Ferrari 250GTO, el coche más caro de la historia

  • De entre los diez coches más caros de la historia, la mitad son de la casa italiana.
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Que Ferrari es la escudería de coches más admirada y apreciada por los aficionados al motor, no se les escapa a nadie. Que sus precios desorbitados son acordes a la potencia y dinamismo de sus motores, es algo redundante. Que son el objeto de deseo, la máquina más admirada por la que casi todos pagarían, si pudieran, para lucir en el garaje y conducirlo de cuando en cuando también lo sabemos. Qué de entre los diez coches más caros de la historia, la mitad sean Ferraris puede entenderse. Pero que el precio que se ha pagado por uno de sus vehículos en una subasta celebrada en Monterrey, California, hayan sido 38 millones de dólares, convirtiéndole en el coche más caro de la historia, cuesta asumirlo.

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Cuando un aficionado e inversor se decide a invertir en un coche clásico, se buscan y valoran ciertas características: que sea un vehículo con más de cincuenta años, que se hubieran producido pocas unidades, que en uso queden menos aún, que haya sido un vehículo que hubiera lucido sus capacidades en carreras y a ser posible, dominando tales circuitos. Que hubiera pertenecido a alguien famoso, ayuda a revalorizar el vehículo. Que mantenga todas sus piezas originales, y que haya pasado por el menor número de manos posibles, suma. Parece que todos estos factores y algunos más convergen sobre este modelo que ha alcanzado un precio de vértigo.

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El Ferrari 250GTO, un modelo del año 1962, logró en 2014 un precio de adjudicación en subasta de 38,115 millones de dólares, superando en casi diez millones, el récord que hasta entonces había situado a un Mercedes W196R en el coche más caro de todos los tiempos, con un precio de 29,65 millones de dólares. El hecho de que del Ferrari 250GTO sólo se fabricaran treinta y nueve unidades ha contribuido, sin duda, a que se alcanzara esas cifras astronómicas.

Este Ferrari GTO se vendió originalmente el 11 de septiembre de 1962. Su comprador fue un francés que compitió varios años como piloto de Fórmula 1. Su color de fábrica fue un gris metálico pálido con toques rojos y blancos, aunque ahora su color es el rojo Ferrari (así se mostró en la subasta realizada aquel año en Pebble Beach).

Posteriormente fue adquirido por un italiano que lo incorporó a su colección privada de vehículos de Maranelo Rosso. De estas manos pasaron al comprador anónimo que desembolso más de cuarenta millones de dólares si tenemos en cuenta el 10% adicional quese paga a la casa de subastas.

Su diseñador, Sergio Scaglietti, creó una berlineta de dos puertas, motor V12 frontal de tres litros y transmisión manual de cinco velocidades. El Ferrari 250GT desarrollaba una potencia que le hacía el coche más rápido de cuantos participaban en carreras oficiales.  Conseguía alcanzar los 280 kilómetros por hora, una velocidad muy destacada para principios de los 60.

Aunque para homologar la categoría GT, la FIA exigía una producción de al menos 100 unidades, en este caso Ferrari limitó su stock a sólo treinta y nueve unidades. Todas las unidades que se produjeron llevaban en la parte superior del morro tres pequeños paneles con forma de 'D' que se abrían para aumentar el flujo de aire hacia el radiador.

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