Un pista checa lleva a desmantelar una red de falsificación masiva de pasaportes

  • En noviembre de 2014 la Policía checa descubrió una banda que compraba DNI y pasaportes, tanto robados como perdidos.

    Los responsables de la red cobraban a los destinatarios de los documentos falsificados desde 100 a 3.000 euros por cada uno de ellos.

Un pista checa lleva a desmantelar una mafia de falsificación masiva de documentos para migrantes
Un pista checa lleva a desmantelar una mafia de falsificación masiva de documentos para migrantes
M.G.

Europol ha informado que distintas policías europeas han detenido a 16 personas acusadas de la falsificación de documentos a gran escala y el tráfico de irregular de migrantes. 

La operación cerrada ahora nace en noviembre de 2014, cuando la Policía checa comenzó a investigar a un grupo criminal que estaba comprando en el país documentos de identidad y pasaportes, tanto robados como perdidos.

Tras las primeras pesquisas, los agentes checos descubrieron que el propósito de este grupo criminal era enviar los documentos robados a Grecia para que fueran modificados en Atenas por grupos criminales.

Los documentos ya manipulados eran después enviados de vuelta a la República Checa y distribuidos a través de empresas de mensajería a los clientes potenciales de terceros países.LINVID20160531_0003Pasaportes por mensajería

Fue gracias a la información proporcionada por las autoridades checas a Europol lo que ha permitido esta semana cerrar dos investigaciones paralelas, que han llevado a desarticular una red criminal dedicada a la producción y distribución de documentos falsos o falsificados (pasaportes, tarjetas de identidad, visados).

La clientela de estos criminales eran nacionales de terceros países que recibían los documentos a través de empresas de mensajería tanto en Estados miembros de la UE como en otros países de África, Oriente Medio y Asia.

Los documentos falsificados eran proporcionados posteriormente a los migrantes irregulares para entrar en la UE o para la legalización de su situación en un determinado país de la UE.

La investigación en Grecia puso de relieve la estructura y la jerarquía de la red que tenía su jefatura criminal en Atenas, y se componía de dos grupos delictivos distintos que funcionaban en paralelo.

El primero de los grupos estaba compuesto por ciudadanos de Bangladesh (Grupo Criminal A) y el segundo de sudaneses ( Grupo Criminal B).

Las investigaciones revelaron que el grupo delictivo A envió a través de servicios de mensajería al menos 126 paquetes que contenían los documentos de viaje, mientras que el Grupo B recibió 431 paquetes solamente el año pasado.

Como cualquier mafia de tráfico de personas, los detenidos no trabajaban gratis y así sucedía que cobraban a los destinatarios de los documentos falsificados desde 100 a 3.000 euros por documento.

Las tarifas variaban dependiendo de la calidad del documento, el tipo y el país de emisión del que pretendía proceder.

Los documentos falsificados por estos dos grupos criminales incluían pasaportes, tarjetas de identificación nacionales, visados Schengen, permisos de conducir, tarjetas de registro de solicitantes de asilo y permisos de residencia.

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