FAES considera "pertinente" la reacción del Ejecutivo de Mariano Rajoy ante el anuncio de desarme de ETA, pero vaticina que el 8 de abril asistirán a una "nueva escenificación" de la banda terrorista con el propósito de "enmascarar su derrota". Por eso, advierte de que no hay que "ceder protagonismo a la propagada terrorista".
La fundación que preside José María Aznar saluda que el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, haya dejado claro que "no habrá contrapartidas" y que el Ministerio del Interior haya puntualizado que es la disolución de la organización terrorista lo que sigue siendo el "elemento clave".
En su análisis, que ha recogido Europa Press, FAES hace hincapié en la petición del Gobierno vasco que lidera Iñigo Urkullu emplazando a Rajoy a "estar a la altura". A su entender, estar a la altura supondrá "tener claro el marco conceptual del final del terrorismo.
"Lo que nos jugamos todos, instituciones y ciudadanía, es dotar de sentido el sacrificio de las víctimas, mantener intacto el acervo político de la democracia española agredida y asentar las bases de una convivencia en paz y libertad desde la decencia y la justicia", avisa FAES, para añadir que "eso exigirá no ceder protagonismo a la propaganda terrorista".
En este sentido, recuerda que se ha llegado hasta aquí gracias a que el Estado de Derecho "hizo valer su legitimidad y su eficacia" y, por lo tanto, un eventual desarme será fruto de la firmeza del Estado, "no de ninguna disposición de la banda, de ningún 'proceso'" o "de ninguna intriga protagonizada por 'hombres de paz' con años de complicidad criminal a la espalda".
LAS ARMAS, UNA PRUEBA PARA ACLARAR ASESINATOS
FAES sostiene que corresponde a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado la verificación del estado en que se encuentre ETA en cada momento, de la situación de sus arsenales y de su clausura. Además, recuerda que quedan más de trescientos asesinatos sin resolver judicialmente, sin autoría conocida, y las armas que puedan ocuparse "son pruebas de convicción para aclarar estos extremos y sustanciar las responsabilidades que procedan".
La fundación destaca que estar a la altura implica también recordar que ETA ha asesinado "en nombre de una pretensión política de signo nacionalista". Así, sostiene que el final de ETA a que aspira el conjunto del nacionalismo vasco es aquél en el que queda "intacto el valor político de esa pretensión, sin que la macro-victimización de más de ochocientas personas lo afecte".
En este sentido, FAES defiende "refrescar la memoria". "Estaremos a la altura si el recuerdo y la reparación a las víctimas, la deslegitimación de la trayectoria histórica de ETA y la exigencia hacia los que, desde las cárceles, mantienen su militancia terrorista, protagonizan este momento".
Es más, resalta que se estará a la altura si se ponen a "desmontar los pretextos que han dado justificación ideológica y amparo retórico a la práctica terrorista". A su juicio, mientras subsista y quiera ser "hegemónica" la narrativa del 'conflicto', "subsistirá la justificación retrospectiva de medio siglo de terror".
La fundación cree que estarán a la altura "mientras se persiga sin desmayo la disolución incondicional y definitiva de la banda". "La verdadera paz exige señalar la destrucción y la muerte causadas, responsabilizar a los que mataron y honrar a los que murieron", concluye.
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