"Estamos aliviados y agradecidos por el hecho de que nuestros colegas han vuelto con nosotros ilesos", ha afirmado la jefa de la delegación del CICR en Afganistán, Monica Zanarelli. "Su secuestro y la muerte de nuestros seis colegas fueron una agonía emocional para todos nosotros, especialmente para sus familias y amigos", ha añadido.
Los dos trabajadores del CICR fueron secuestrados por un grupo armado el 8 de febrero de 2017 cuando iban a repartir ayuda humanitaria en la provincia de Jawzan junto con otros seis colegas que murieron por los disparos recibidos en el asalto.
"Ha llevado mucho esfuerzo y estamos agradecidos a las comunidades y a las autoridades que se han movilizado y que han tenido un papel en facilitar la liberación de nuestros colegas", ha asegurado Zanarelli. "Nuestra prioridad ahora es su bienestar y que se reencuentren con sus familiares. Pedimos a todos que respeten su privacidad y la de sus familias en este momento", ha concluido.
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