Martin McGuiness, el ex comandante del IRA que obró la paz

  • "Estoy decidido a ser un embajador para la paz, la unidad y la reconciliación", dijo en sus últimas declaraciones
EUROPA PRESS

Martin McGuinness, fallecido en la madrugada de este martes a causa de una afección cardiaca, lo ha sido todo en Irlanda del Norte. Histórico líder del Ejército Republicano Irlandés (IRA), fue clave en las negociaciones que alumbraron los Acuerdos del Viernes Santo y hasta hace poco formó parte del Gobierno de la región británica.

McGuinness nació en una humilde familia de la deprimida zona de Bogside, de Londonderry, el 23 de marzo de 1950. Pasó por un colegio público y otro católico pero no logró superar los temidos exámenes de los 11 años, un hecho que le marcó e intentó enmendar ya como adulto.

"En mi opinión, ningún sistema educativo tiene derecho a decirle a un niño de 11 años que es un fracaso", dijo McGuinness como ministro del ramo, ya en una Irlanda del Norte en paz, al anunciar la supresión de esta prueba escolar.

Sus escasos logros académicos le llevaron pronto al mundo laboral. Empezó a trabajar como ayudante en una carnicería justo cuando los problemas comenzaron a aparecer en la región británica por la lucha entre unionistas y republicanos, en los años 60.

McGuinness que, según contó él años después, se radicalizó por la discriminación de la población católica en Irlanda del Norte, se enroló a las filas del Ejército Republicano Irlandés (IRA) y con tan solo 21 años se convirtió en su 'número dos' en Derry, como se conoce popularmente a Londonderry.

Las fuerzas británicas le señalan como 'cerebro' y ejecutor de numerosos atentados. Uno de los hechos más controvertidos es su participación en el llamado 'Domingo Sangriento', en enero de 1972, cuando paracaidistas británicos dispararon contra defensores de los derechos civiles de esta comunidad religiosa, dejando 14 muertos. Una comisión de investigación determinó años después que McGuinness estaba presente con una ametralladora pero que no provocó a los soldados enviados por Londres.

Apenas tres meses después, en una entrevista concedida al reportero de la cadena BBC Tom Mangold, McGuinness afirmó que estaba dispuesto a dejar las armas "conforme a los sentimientos del pueblo de Derry", mientras paseaban por la 'no go area' o la 'zona liberada' de la localidad norirlandesa.

Ese mismo año encabezó, junto a su amigo Gerry Adams, la delegación del IRA que negoció con Londres por primera vez para poner fin a la lucha armada, pero este intento descarriló y el conflicto se recrudeció, con él en primera línea.

En 1984, ya condenado 'in absentia', estuvo detrás del atentado dirigido contra la entonces primera ministra británica, Margaret Tatcher, en el Grand Hotel de Brighton. Este hecho fue determinante para que la 'Dama de Hierro' ordenara una guerra sin cuartel contra el IRA que incluyó una estrategia específica para privarle de su "oxígeno propagandístico", por lo que se prohibieron las alusiones a sus líderes en prensa británica.

PROCESO DE PAZ

En la década de 1990, McGuinness y otros miembros del IRA retomaron los contactos con Downing Street para pacificar la región británica. El jefe de Gabinete de Tony Blair, Jonathan Powell, le definiría como el "hombre fuerte" del IRA de "ojos inquietantes".

En 1997, cinco años después de ofrecer al Gobierno de John Major "el fin total de la violencia", se reunió con el nuevo primer ministro, Blair, en el Número 10. "Así que es aquí donde se hizo todo el daño", dijo, en lo que en un principio los negociadores británicos creyeron que era una alusión al mortero lanzado por el IRA en 1996 contra Major, si bien en realidad era una referencia a la firma del tratado de independencia de Irlanda.

El 10 de abril de 1998, en Viernes Santos, las autoridades británicas y el IRA firmaron la paz en Belfast, acabando así con un conflicto armado de 30 años que dejó más de 3.500 muertos en ambos bandos, entre ellos cerca de 2.000 civiles.

Los acuerdos de paz permitieron la creación de un Gobierno norirlandés de amplio espectro al que se incorporó inmediatamente McGuinness como ministro de Educación, cargo que ocupó hasta 2007, cuando el Sinn Féin accedió a compartir el poder con su rival natural, el Partido Democrático Unionista (DUP).

Fue la prueba de fuego para el IRA desmovilizado y McGuinness, que trabajó codo con codo con el líder del DUP, Ian Paisley, uno de los mayores críticos del movimiento republicano del Sinn Féin y con quien llegó a forjar una sincera amistad.

"Ian Paisley y yo nunca tuvimos una conversación sobre nada, ni siquiera sobre el tiempo, y ahora hemos trabajado estrechamente y no hay reproches entre nosotros. Esto prueba que estamos preparados para el nuevo rumbo", valoró el propio McGuinness.

Incluso fue uno de los ex miembros del IRA más combativo con los disidentes del grupo armado que durante los primeros años amenazaron el proceso de paz y aún hoy colean, de acuerdo con informes recientes de la Inteligencia británica. "Mi guerra ha acabado", dijo a "los traidores a la isla de Irlanda".

VICEMINISTRO PRINCIPAL

La última etapa de su vida política arrancó en 2007, cuando se convirtió en viceministro principal de Irlanda del Norte, cargo que ocupó hasta el pasado 9 de enero, cuando anunció su retirada por problemas de salud.

En 2011 intentó alcanzar la Presidencia del Sinn Féin pero perdió en una carrera a tres en la que se impuso Adams, que todavía mantiene el liderazgo de la formación republicana. Un año después, dejó su escaño en Westminster, si bien nunca tomó posesión del mismo.

En 2016, con la llegada de la actual ministra principal y dirigente del DUP, Arlene Foster, McGuinness encaró la recta final de su recorrido político. La relación entre ambos, aunque buena, estalló por la reforma energética impulsada por la mandataria regional, que se estima que ha tenido un sobrecoste de 490 millones de libras (565 millones de euros).

El Sinn Féin reclamó la renuncia de Foster pero ésta se negó y amenazó con elecciones anticipadas. McGuinness, en un último favor a su partido, dimitió y provocó la convocatoria electoral, en la que rehusó participar. "Honestamente, no me siento físicamente capaz", confesó.

En estos comicios, los más reñidos en la historia de la Asamblea regional, el DUP salió vencedor, con 28 de los 90 escaños en juego, y el Sinn Féin logró 27. Las partes están ahora inmersas en negociaciones para formar gobierno y, si fracasan, los norirlandeses irán de nuevo a las urnas.

"Espero poder superar esta enfermedad", dijo McGuinness en sus últimas declaraciones. "Estoy decidido a ser un embajador para la paz, la unidad y la reconciliación (...) Siempre he creído que la reconciliación es la próxima etapa del proceso de paz".

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