Miles de monos agresivos y hambrientos asolan a la población de Nueva Delhi

  • Muchos han escapado del refugio silvestre Bhatti Kalan, que alberga en la actualidad a 19.000 primates. Los niños y las mujeres son los principales blancos de sus mordidas. La última menor atacada tuvo que recibir nueve inyecciones contra la rabia y el tétanos.

    Los animales carecen de alimentos porque ese espacio ya no es autosuficiente: se han dejado de plantar árboles que arrojen frutos. En la ciudad temen una nueva invasión de monos Reshus, como los que provocaron la muerte del teniente de alcalde en 2007. 

Un mono Rhesus, de la especie que provocó la muerte del teniente de alcalde de Delhi en 2007.
Un mono Rhesus, de la especie que provocó la muerte del teniente de alcalde de Delhi en 2007.
D. Caldentey

La aldea de Bhatti Kalan está situada al suroeste de Nueva Delhi, en la India. Se trata de un inmenso espacio de vida silvestre para miles de monos. Estos animales, en sus orígenes, crecían distribuidos por toda la capital del país asiático. Hoy, ese apacible lugar se ha convertido en epicentro de primates hambrientos y desontrolados, que saltan las vallas y atacan a la población con inusitada violencia.

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La primatóloga Iqbal Malik ha corfirmado lo que viene sucediendo en esta espacio natural, que se encuentra vallado. En las últimas semanas los hospitales de Delhi han registrado ingresos de menores mordidos por los animales, que escalan de manera simple los cercos y han comenzado a asolar y colarse en las viviendas cercanas de los barrios más alejados del centro, periféricos a la aldea de Bhatti Kalan.

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El gobierno de Delhi comenzó a contratar personal profesional para apresar monos en 2001. Al principio los primates eran retenidos en jaulas y puestos luego en libertad al azar por la ciudad. Hay que remontarse a la pasada década del 90 para comprender que "la población de macacos, bien alimentados, de Delhi, explotó y se volvió agresiva", como sostiene Malik.

Entonces las autoridades de la ciudad comenzaron a organizar un complejo traslado de los monos hacia Bhatti Kalan. Los responsables del Departamento de Vida Silvestre de Nueva Delhi admitieron que no hubo otra opción que intentar controlar a los monos en un único espacio, ya que habían comenzado a generar innumerables problemas en todas partas. Ningún otro municipio ni estado del país querían recibir más macacos.

La gota que colmó el vaso fue la muerte, en 2007, del teniente de alcalde de la ciudad, S.S. Bajwa, quien falleció atacado por una plaga de monos 'Rhesus'. En realidad, el hombre cayó desde su terraza del primer piso cuando intentaba desembarazarse de los macacos que habían escalado hasta su vivienda. Así nació el Santuario de Vida Silvestre Asola Bhatti, en 2007. La superficie del terreno es de casi 5.000 hectáreas.

El terreno, en teoría, era un refugio seguro (tanto para los animales como para la población). En los últimos nueve años fueron trasladados allí 19.000 macacos. En este período de tiempo, Nueva Delhi ha destinado 1,1 millones de euros para alimentar a la población de monos de Bhatti Kalan. Pero el refugio, gradualmente, se fue convirtiendo en poco "autosuficiente". Como expresa Malik, por problemas presupuestarios dejaron de plantarse gradualmente árboles que pudieran alimentar con sus frutos a los monos.

Se estima que, además de los 19.000 monos hambrientos que hay en el Santuario, otros 7.000 andan sueltos y dispersos por las calles de Delhi. El resultado ha comenzado a conocerse poco a poco. Dos monos Rhesus (de la misma especie de los que atacaron al teniente de alcalde Bajwa) acaban de provocar recientemente con sus mordeduras el traslado de una niña, que fue cogida por la cabeza por los animales, mientras sus familiares intentaban desesperados despegar su cuerpo del primate.

La niña necesitó nueve inyecciones contra la rabia, el tétanos y otras enfermedades. Para recibir el tratamiento (gratis), tuvo que viajar a un hospital a 20 kilómetros de distancia. Según los lugareños, el centro de salud local carece de medicamentos para mordeduras de mono, por lo que se sienten abandonados por sus políticos.

En cercanías del santuario, los vecinos dicen que están siendo objeto de una auténtica invasión de monos. Los menores son particularmente los más vulnerables. "A las mujeres tampoco las dejan en paz", ha explicado Indrapal, un vecino de los cientos que andan con palos por estas horas para ahuyentar a los animales que se cuelan por los techos y ventanas de sus hogares, según recoge el medio alemán Deutsche Welle. Los tejados de las viviendas ya han sido recubiertos de ramas espinosas por sus propietarios para evitar que los primates salten sobre ellos. Lo que puede ocurrir en breve, aseguran, resulta desconcertante.

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