"Oiga, le falta un poco": Nobel impulsa paz en Colombia, dicen víctimas

Para las víctimas del conflicto armado en Colombia, el premio Nobel de Paz otorgado este viernes al presidente Juan Manuel Santos es un "impulso" y un "apoyo" para acabar el conflicto armado de más de medio siglo.

"Oiga, le falta un poco, le falta un poco, no hay que desfallecer", es el mensaje que envía el premio a quienes han defendido la paz, dijo a la AFP la congresista Clara Rojas, quien estuvo casi seis años secuestrada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas).

Rojas, quien era jefa de campaña de la candidata presidencial Ingrid Betancourt cuando las FARC las tomaron a ambas de rehenes en 2002, también consideró que el Nobel constituye "un impulso, una señal de la comunidad internacional de que tenemos que producir pronto un resultado porque sin duda no sólo es la paz de Colombia, es la paz del mundo" la que está en juego.

"Es un premio a la perseverancia (...), es el reconocimiento a todo el esfuerzo de todo este proceso que ha sido sin duda tan difícil y máxime en este momento, después de los resultados del domingo", cuando 50,21% de los votantes rechazaron en un plebiscito el pacto de paz que había firmado Santos con las FARC, explicó Rojas.

Rojas es una de las millones de víctimas del conflicto armado colombiano, en el que durante más de medio siglo han participado guerrillas de izquierda, paramilitares de derecha y agentes estatales, dejando un saldo de 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,9 millones de desplazados.

Para Fabiola Perdomo, quien quedó viuda en 2007 luego de que las FARC mataran a su esposo Juan Carlos Narváez en medio de una masacre que acabó con la vida de 11 diputados regionales del departamento de Valle del Cauca, esta distinción a Santos es también "un homenaje" a quienes han sufrido la confrontación.

"Le están diciendo a las víctimas que están con el país, que están con la paz, y que llegó la hora de parar tanto dolor, tanto sufrimiento y tanto derrame de sangre entre los colombianos", dijo a AFP Perdomo, quien actualmente trabaja en la gubernamental Unidad para las Víctimas.

"Definitivamente abre una luz de esperanza y tenemos que sentirnos hoy orgullosos de ser colombianos, orgullosos de vivir en este país, pero también comprometidos porque tenemos un reto enorme con Colombia, con la comunidad internacional y con el mundo", añadió esta mujer que vivió durante cinco años la agonía de tener a su esposo secuestrado para finalmente recibir su cadáver.

También Luz Marina Cendales, hermana de un oficial de policía asesinado en 2002 precisamente mientras trataba de evitar el secuestro de Narváez y sus colegas, dijo a AFP que este viernes que sintió "mucha alegría, mucho optimismo".

"Es como si se renovasen de nuevo las esperanzas del proceso de paz", aseguró Cendales sobre el premio a Santos.

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