Estas son las torturas a las que el Partido Comunista Chino somete a las sospechosos de corrupción

  • Un informe de Human Rights Whatch revela las confesiones de algunos de los detenidos que han sobrevivido al sistema de detención secreta que se aplica
Estas son las torturas a las que el Partido Comunista Chino somete a las sospechosos de corrupción
Estas son las torturas a las que el Partido Comunista Chino somete a las sospechosos de corrupción

Se conoce como shuanggui y es el más terrorífico sistema de detención secreta que se aplica en China. Lo aplica el Partido Comunista de China y las víctimas son los miembros sospechosos de conducta irregular, generalmente corrupción: El objetivo es oblligarles a confesar, según se recoge en un informe de Human Rights Watch.

Este sistema se hizo famoso y temido en los años 90 y hoy, se ha convertido en una práctica demasiado habitual en la lucha contra la corrupción dentro del partido chino.  Se ha convertido en una herramienta de castigo que carece de base en el sistema legal chino pero del que, en la práctica, usa y abusa la Comisión Central para la Investigación de la Disciplina (CCDI), el brazo policial del Partido.

De hecho, ninguno de sus 88 millones de miembros está libre de ser sospechoso de corrupción y, lo que es peor, de ser sometido a todo tipo de torturas para lograr una confesión. Detenciones ilegales de duración indeterminada

Los responsables de este sistema de torturas actúan siempre de la misma manera. Primero te citan en un lugar y tiempo concreto y después desapareces. Algunos han permanecido en las garras de sus torturadores sólo unas horas, otros durante semanas e incluso meses y también hay algún caso de miembros del partido de los que no se vuelve a saber nada en un año. 

Y cuando vuelven con sus familias ya no son los mismos. Esas horas, días o semanas han sido sometidos a crueles torturas. La primera y a la que son sometidos practicamente todos los detenidos es el trasladado a unos cuartos sin ventanas y donde la luz está continuamente encendida. El objetivo, hacerles perder la noción del tiempo.Privados del sueño y obligados a mantener posturas imposibles

Una vez allí, la temperatura de la habitación varía, pero siempre oscilando entre valores extremos tanto de frío y como de calor, insoportables para el cuerpo humano. Además, ni el sueño, ni el agua, ni la comida están garantizados y las palizas forman parte de la rutina cotidiana. Pero hay más. Los sospechosos de corrupción son obligados a mantener posturas imposibles durante horas, hasta que terminan con sus cuerpos contusionados y magullados. 

Así lo recoge el informe de Human Rights Whatch que recoge las confesiones de varias de las víctimas. Lu Yicheng, por ejemplo explica que él es un hombre grande y fue obligado a sentarse en un taburete de plástico pequeño, viejo y cojo. "Tenía que estar en la misma posición exacta que me exigían, a veces en solo un tercio de aquel taburete enano… Así estuve sentado durante 10 o 20 horas, hasta que las nalgas se me despellejaron y empezaron a supurar." asegura este hombre. 

Otros hablan de carceleros que no les dirigían la palabra y de espacios muy reducidos. Es el caso de Ren Zhiqing, que asegura "La habitación medía unos 9 metros cuadrados, todo estaba recubierto con caucho esponjoso; había un extractor de humos y una unidad de aire acondicionado. No había día ni noche porque las luces estaban encendidas todo el tiempo, no había ventanas. Excepto por las comidas, cuando más o menos me daba cuenta de la hora que era, no sabía si era de día o de noche."El aislamiento y el maltrato eran tan brutales, que la mayoría de los sospechosos acababa viniéndose abajo en un plazo de tres a cinco días, según Li Peng, funcionario de una comisión local de disciplina. "Entonces contestaban cualquier cosa que se les preguntaba, eran muy cooperativos. Y si duraban más de una semana se les consideraba gente endurecida”.El presidente del partido. Xi Jinping considera la lucha contra la corrupción como una "cuestión de vida o muerte" para el Partido. Desde 2010 se han producido al menos 11 muertes entre detenidos en esa situación. En la mayoría de los casos, las autoridades declaran que se trata de suicidios, aunque los familiares sospechan que han sido causadas por las torturas, aunque es practicamente imposible comprobarlo. Según la organización de derechos humanos "La falta de investigaciones exhaustivas e imparciales en esas muertes acrecienta las sospechas".Entre 33.000 y 66.000 casos al añoAlgunos expertos consultados por Human Right para elaborar el informe calcula que el shuanggui se aplica a entre un 10 y un 20% de los casos de violaciones de la disciplina que se indagan. Dado que la CCDI investigó solo en 2015 330.000 casos, en los que fueron castigados 336.000 funcionarios, esta detención extrajudicial pudo haberse aplicado el año pasado a un número de entre 33.000 y 66.000 casos.Cifras muy alarmantes que han llevado a la directora de HRW para China, Sophie Richardson, a declarar que "El presidente Xi ha basado su campaña anticorrupción en un sistema de detención abusivo e ilegal". "Torturar a los sospechosos para que confiesen no conseguirá acabar con la corrupción, pero pondrá fin a la confianza en el sistema judicial de China", sostiene.El informe de 102 páginas, titulado "Medidas Especiales’: Detención y Tortura en el Sistema de Shuanggui del Partido Comunista de China", se basa en 21 entrevistas con cuatro exdetenidos y familias de detenidos; 35 relatos de víctimas publicados en 200 informaciones de medios chinos, y 38 veredictos de tribunales de todo el país.

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