Recuperar Faluya será un infierno para el ejército iraquí

  • El coronel Ignacio Fuente Cobo analiza para LaInformacion.com la batalla de Faluya.

    “Barrio por barrio, calle por calle y casa por casa...costará mucho esfuerzo recuperar la ciudad iraquí”, explica.

Recuperar Faluya será un infierno para el ejército iraquí
Recuperar Faluya será un infierno para el ejército iraquí

Faluya será una batalla larga y dura, explica a la www.informacion.com el coronel Ignacio Fuente Cobo. De esas épicas, que escriben el futuro de una nación, en este caso de una etnia la suní, mayoritaria en esta ciudad, situada a 50 kilómetros de Bagdad. “Es una ciudad de enorme simbología. Una especie de hito en la imaginación suní porque es una ciudad rebelde, conocida por representar la oposición a Bagdad. Es la ciudad que primero cayó en manos de los yihadistas y que contó con el apoyo de sus habitantes”, señala el coronel. ... De ahí el interés de unos por reconquistarla y otros por evitar que caiga.

En estos momentos, la ciudad que está prácticamente cercada por tres partes. En el sur, está el río Eufrates que hace de frontera natural y es desde donde está atacando la unidad de élite del ejército regular iraquí, formada por soldados del Equipo de Respuesta Rápida, una unidad de élite, que ha recibido formación de los norteamericanos y otras fuerzas internacionales, entre ellos españoles. 

El campo de batalla es una ciudad parcialmente en ruinas, donde quedan pocas estructuras civiles en pie ya que casi todas han sido destruidas por las interminables batallas que se han librado en sus calles en los últimos años. “En 2004, los americanos tuvieron una batalla muy dura en ella, se recuperó muy poquito y está prácticamente destruida. Quedan en pie muy pocas cosas”, asegura el Coronel, a www.lainformacion.com

Precisamente, esta ortografía de ruinas, con recovecos impredecibles sirven de escondite a los miembros de Estado Islámico que tratan de defenderla y de evitar que caiga. Campos minados, trampas o túneles esperan al ejército iraquí que no se enfrentan a hombres armados con la última tecnología, pero si a personas que están dispuestas a morir en el campo de batalla.

Cinco divisiones del ejército iraquí, es decir entre 80.000 y 100.000 hombres, a los que hay que añadir unos 20.000 policías y decenas de miles de milicias chiíes y otros miles de miembros de milicias suníes se enfrentan a mil o dos mil milicianos de Estado Islámicos que están luchando con voluntarios o jóvenes de la población a los que obligan a luchar. La diferencia numérica es abismal pero ello no significa que la balanza se incline tan fácilmente hacia el lado gubernamental.

El combatiente de EI, más allá de su radicalismo ideológico, es un luchador dispuesto a morir en el campo de batalla “porque no tiene escapatoria y va a intentar producir el mayor número de bajas antes de morir, a través de todas las armas que tenga en su mano o todas las trampas que se le ocurra”.#ولاية_الفلوجة

ولاية #الفلوجة

نزوح المئات من عوائل الرقة هربا من وحشية مجرمي البغدادي pic.twitter.com/VNGQLTaTnl "— داعش عاجل (@DaeshAjel8) 31 de mayo de 2016

Escudos humanos, aprovechamiento del terreno, tácticas de guerrilla urbana, túneles, trampas...es su arsenal para causar el mayor dolor posible antes de yacer. “Llevan desde 2014 en la ciudad y la conoce muy bien. Además, han tenido tiempo para preparar la batalla porque no les ha pillado por sorpresa. “Sabían desde hace meses que les iban a atacar y han preparado sus sistemas de defensas”, asegura el coronel Fuente Cobo. 

El ejército iraquí cuenta con armas regulares, un pequeño número de carros de combate, vehículos blindados y artillería, a lo que hay que sumar la coordinación tierra aire. 

Barrio por barrio, calle por calle y casa por casa...así será la batalla de Faluya, similar a la protagonizada por los soldados de élite que fueron enviados a Modagiscio en una misión de paz para atrapar al caudillo Aidid. Su misión misión se complica cuando dos helicópteros Black Hawk son derribados. Entonces lo único que importa es rescatar a los soldados que han quedado atrapados. Ahora, los propios miembros de EI son las trampa del ejército porque “los yihadistas no tienen salida, ni escapatoria...va a luchar hasta el final y va a dar batalla”.

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