Los niños de Siria juegan a adivinar si el siguiente avión les bombardeará

  • En una conversación con LaInformacion.com el médico de Sham el Jair  Amjad Fareku narra los momentos más difíciles que ha vivido en la guerra. No olvida el ataque con armas químicas ocurrido en 2013 y no olvida a los niños... esos niños. 

    En Siria, los niños juegan para olvidar la guerra y uno de los juegos consiste en adivinar si los aviones que sobrevuelan sobre sus cabezas les van a bombadear. Casi siempre aciertan por el sonido, el sonido de la muerte.

Los niños de Siria juegan a adivinar si el siguiente avión les bombardeará
Los niños de Siria juegan a adivinar si el siguiente avión les bombardeará

Los niños en Siria no juegan con videojuegos, ni intercambian cromos. En medio de la guerra, dos millones y medio de pequeños han abandonado Siria, pero en el país permanecen más de siete millones.

Muchos no tienen acceso a la educación porque las escuelas han sido arrasadas. No hablan de exámenes ni de ciencia. Han hecho de la guerra un juego, juegan entre escombros y con armas, entre los muertos, entre la destrucción.

¿Qué se podrá esperar del futuro de unos pequeños que son capaces de ver con tanta naturalidad la muerte a su alrededor, la nada? Es la pregunta que se hacen muchos. Afortunadamente hay imágenes que dan esperanza. La de verlos jugar como niños de verdad, ver cómo convierten una rueda en un columpio o el cráter de una bomba en un piscina. Incluso, se divierten tratando de adivinar si los aviones que sobrevuelan el país pertenecen a la Coalición o a los rusos, si lanza ayuda humanitaria o lanza bombas.

“Te sorprendería lo fuerte que son los niños. Intentan analizar lo que les sucede y no ser solo testigos de la guerra. Por ejemplo, solo con el sonido pueden saber de qué tipo de avión se trata si ruso o de la coalición. Discuten durante varios minutos hasta reírse. También distinguen las bombas”, cuenta a LaInformacion.com, el médico de la organización 'Sham el Jair', Amjad Fareku. El asombro es total.

Fareku es un cirujano maxilofacial que nació en el este de Damasco, aunque ahora reside en Turquía. Fue testigo del ataque con gas en la zona oriental de Damasco en agosto de 2013 que causó 1.500 muertos, la gran mayoría niños. “Escuchamos unas explosiones anormales y después de una o dos horas empezamos a sentir algo anormal. Mucha gente empezó a llegar al punto médico en el que yo me encontraba porque se encontraba mal, muy mal”, cuenta. Como cirujano, asegura, estás acostumbrado a ver estas cosas, pero con el gas sarín "se produjo una inspiración de la muerte. Había una estética fúnebre, los niños tumbados en el suelo parecían dormidos, pero estaban muertos". Sin duda, este suceso ha marcado su vida para siempre. También la inacción de la Comunidad Internacional.

Fareku no tiene dudas. El régimen de Bashar al Assad está detrás del ataque, sin embargo la ONU no ha podido demostrarlo. Está disgustado porque muchas de esas muertes, de mujeres y niños, podrían haberse evitado con un antídoto llamado antropín, que es muy barato, “pero no había para todos”.

Durante estos seis años de guerra, Siria se ha convertido en un laboratorio de armas. El régimen sirio y las distintas facciones del conflicto disponen de todo tipo de armas. Uno de los más usados durante el inicio de la guerra fueron las bombas barril que “cuestan muy poco pero afectan mucho” o los ataques con cloro, “el mismo que se utiliza en el agua”.Así trabaja la ONG siria Sharm el Jeir 

La revolución siria arrancó en 2011, al calor de las llamadas primaveras árabes. Cuando empezó el conflicto, los sirios tenían la opción de tomar las armas, salir del país o ayudar. La de Amjad Fareku fue ayudar. Es el director de operaciones de la ONG siria Sharm el Jeir. Ha estado en Madrid apoyando a la Asociación de Apoyo al Pueblo Sirio (APPS) durante varios actos que han realizado en la capital con el objetivo de reunir ayuda humanitaria. Amjad es la contrparte siria que ayuda a que toneladas de ayuda lleguen a su destino."Familias enteras han huido con los puesto y llega el invierno"

La ONG está formada por 350 personas que ofrecen ayuda médica, psicológica y social a los sirios desplazados en zonas no controladas por el régimen, en uno de ellos, está los evacuados de Alepo. “La situación es dramática porque familias enteras han huido con los puesto. Muchos viven en las afueras de la ciudad, sin nada. Estamos en invierno y es una zona montañosa, con nieve y con mucho frío. Vivimos una especie de desastre humanitario”, explica."Hay que intentar enseñarles a cultivar"

Amjad Fareku y su organización tratan de reconstruir la destrozada siria. En estos seis años de conflicto,  los asedios, bombardeos y crisis humanitarias están a la orden del día. Quienes sobreviven tratan de vivir bajo la normalidad de la guerra. “Intentamos mejorar la vida de la gente con proyectos, uno de ellos consiste en desarrollar sus propios cultivos”, asegura. Cultivan legumbres y también desarrollan una incipiente ganadería con lo que pueden dinamizar la economía y el comercio entre los sirios. “La gente tratan de ser auto suficiente en medio del conflicto”, indica.El hambre es un arma de guerra

Matar de hambre ha sido una de las armas más utilizadas durante las guerra. Hacia unos meses, varias imágenes de esqueletos con vida dieron la vuelta al mundo. Eran residentes de las ciudades asediadas a las que no llegaban ni comida ni alimentos. "Los primeros años del asedio fueron muy duros, porque al principio pilló de sorpresa a los residentes. Después desarrollaron sistemas de ganadería primarios, con algunas vacas, y fueron capaces de fabricar mermelada, mantequillas o quesos. Te sorprendería todo lo que la gente es capaz de hacer. Incluso convertimos un fábrica de medicamentos en una fábrica de vendas", cuenta con una sonrisa. Los niños van a escuelas subterráneas

En Madrid, Amjad subraya que teniendo en cuenta el sufrimiento durante estos cinco años, “te sorprendería lo bien que están. Viven día a día. Los niños tratan de ir a escuelas temporales cuando pueden”. Como las escuelas son también objeto de ataques, muchos niños van a escuelas subterráneas donde están a salvo de las bombas.Camiones de la esperanza desde España

Amjad ha venido a España para contar la labor de la ONG y los efectos de la guerra. Desde España les han llegado 16 contenedores con ayuda humanitaria a los que hay que sumar otros cuatro que saldrán este fin de semana. Pañales, sillas de ruedas, material escolar...es parte de la ayuda que se envía desde España.

El próximo 19 de febrero se realizará una carrera para recaudar fondos que permitan seguir enviando convoyes de ayuda humanitaria a Siria El objetivo, reconstruir Siria y que los niños inocentes vuelvan a jugar. 

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