Sean Rose, de 12 años de edad, fue hallado muerto el 30 de marzo en su casa en el municipio estadounidense de Bessemer. En un primer momento, las autoridades consideraron que la muerte estaba provocada por un golpe en la cabeza, producido mientras jugaba con su hermano, de 17 años de edad.
El hermano fue detenido para ser interrogado, pero en esa misma noche el joven pudo regresar a casa. Sin embargo, la investigación policial ha determinado que el joven, de 17 años de edad, manejaba el arma de forma imprudente y las pruebas aportadas por los testigos han sido claves para acusarlo de homicidio.
Una semana después, los agentes se personaron en el mismo domicilio al producirse un incendio, concretamente en un coche. Tras una investigación adicional, los agentes consideraron que suceso había sido intencionado.
Todo apunta a que se trata de un joven, amigo de la familia, de 17 años de edad, que fue visto mientras originaba el incendio en el coche. Los agentes, ahora, investigan por si existe una conexión entre ambos incidentes.
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