El acuerdo de Boris Johnson, "diseñado para fracasar" y provocar un Brexit duro

  • El primer ministro propone un acuerdo que la oposición critica por falta de seriedad, mientras Boris planea un cierre exprés del Parlamento.
Boris Johnson, durante la convención de los conservadores de 2019
Boris Johnson, durante la convención de los conservadores de 2019
EFE

Boris Johnson ha decidido ceder ante la presión del Parlamento británico, que hace unas semanas aprobaba una ley que le obliga a llegar a un acuerdo con la UE o solicitar una nueva prórroga del Brexit. Por ello, este miércoles ofrecía a la UE un pacto renovado que dejaría fuera del texto la polémica cláusula de salvaguarda irlandesa incluida en el acuerdo original sellado entre Theresa May y Bruselas hace un año. Sin embargo, el contenido del nuevo pacto ha sido ampliamente criticado por la oposición, que considera que el primer ministro británico lo ha "diseñado para fracasar" en las negociaciones con la UE.

De hecho, la líder escocesa, Nicola Sturgeon, iba más allá y sugería a través de Twitter que la intención de Boris Johnson es provocar un Brexit 'duro' el próximo 31 de octubre, la fecha en la que expira la prórroga actual para ejecutar la salida de Reino Unido de la UE: "Es difícil ver cómo se llegará a las 'propuestas' sobre el Brexit del Gobierno del Reino Unido. Y es difícil escapar a la conclusión de que están diseñadas para fallar. Para Escocia, el punto fundamental sigue siendo: estas propuestas nos sacarían de la UE, el mercado único y la unión aduanera contra nuestra voluntad. Eso es inaceptable".

Por su parte, el líder de los laboristas y de la oposición, Jeremy Corbyn, explicaba en 'Sky News' que cree que la propuesta de Boris Johnson no deja claro cómo afectaría a los acuerdos del Viernes Santo (que en 1998 sellaron la paz en Irlanda tras tres décadas de conflicto armado). Es más, para Corbyn el acuerdo que plantea Boris Johnson es "peor" que la propuesta de Theresa May de noviembre de 2018, especialmente porque con sus planteamientos previsiblemente Reino Unido se alejará aún más de la regulación comunitaria de la UE. 

Además, Corbyn exige al primer ministro que explique su plan ante el Parlamento, aunque se alinea con Sturgeon sobre su probable respuesta ante una hipotética votación del plan: "Es inaceptable". En este contexto, solo la DUP (socio de gobierno del Partido Conservador en Reino Unido) ha mostrado su apoyo provisional al plan de Boris Johnson, si bien recalca que se necesita "trabajar más" el texto y los puntos que incluye la propuesta.

Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker agradeció ayer "la determinación del primer ministro Johnson de avanzar en las conversaciones antes del Consejo Europeo de octubre y de avanzar hacia un acuerdo. Reconoce los avances positivos, especialmente en lo que respecta a la total alineación normativa para todos los bienes y el control de los bienes que ingresan a Irlanda del Norte desde Gran Bretaña", según el comunicado de la Comisión Europea.

Sin embargo, Juncker también señala que todavía hay "algunos puntos problemáticos que necesitarán de más trabajo en los próximos días, especialmente en lo que respecta a la cláusula de salvaguarda [irlandesa]. Se debe preservar el delicado equilibrio alcanzado por los acuerdos del Viernes Santo. Otra preocupación que debe abordarse son las normas aduaneras", asegurándose en cualquier caso de "prevenir una frontera dura, preservar la cooperación norte-sur y la economía de toda la isla, y proteger el mercado único de la UE y el lugar de Irlanda en ella", según la nota.

¿Una nueva suspensión del Parlamento?

En cualquier caso, las críticas al plan de Johnson se multiplicaron este miércoles después de conocerse que el primer ministro de Reino Unido solicitará una nueva suspensión del Parlamento que entraría en vigor el 8 de octubre y concluiría el día 14 con el discurso de la reina, después del varapalo del Tribunal Supremo a una iniciativa similar, según fuentes citadas por la cadena 'Sky News'.

Con este movimiento, aún por confirmar, Johnson evitaría la sesión de control al Gobierno prevista para el 9 de octubre e interrumpiría la actividad en las dos cámaras parlamentarias en un momento clave, cuando se avecinan nuevas negociaciones con la UE sobre el Brexit.

Al contrario del anterior cierre del periodo de sesiones, invalidado por el Tribunal Supremo británico por ser "ilegal", en esta ocasión el argumento utilizado por Johnson sería la necesidad de que Isabel II lea las prioridades del Gobierno tras el cambio de Ejecutivo, un procedimiento más estándar.

Horas antes, el primer ministro británico remitía a la Unión Europea (UE) una propuesta de acuerdo sobre el Brexit que permitirá que no haya controles en la frontera de Irlanda del Norte "bajo ninguna circunstancia" y que hará que la isla de Irlanda se rija durante los próximos cuatro años por las reglas comunitarias de la UE.

"Hoy vamos a presentar en Bruselas lo que creo que son propuestas razonables y constructivas", anunciaba Johnson en la clausura del congreso anual del Partido Conservador, donde advertía nuevamente de que si la UE no esta dispuesta a hacer concesiones en la dirección que espera Londres "la alternativa es que no haya acuerdo". "Ese no es el resultado que queremos, en absoluto, pero déjenme decirles que es un desenlace para el que estamos preparados".

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