Al Qaeda se aprovecha de la crisis en Pakistán

(Islamabad, Pakistán). Las lluvias torrenciales han inundado casi una cuarta parte de Pakistán, obligando a los militares a cambiar su prioridad de luchar contra los talibanes en el cinturón tribal del norte y centrarse en las urgentes e ingentes operaciones de emergencia para aliviar el país.

Mientras el gobierno civil paquistaní intenta gestionar este desastre natural, las organizaciones de caridad islámicas, algunas de las cuales EEUU considera grupos terroristas, han comenzado a aliviar las necesidades de la población, lo que complica aún más la frágil seguridad del país.

En una conferencia de prensa la semana pasada, el presidente de Pakistán, Asif Zardari, admitió que la catástrofe tendrá un impacto en la seguridad del país. "Hay posibilidades de que fuerzas negativas aprovechen esta situación", afirmó.

Unos 60.000 soldados paquistaníes, respaldados por las Fuerzas Aéreas y la Marina, participan en las tareas de rescate y alivio en las zonas afectadas por las inundaciones, especialmente en Khyber Pakhtunkhuwa, en la frontera con Afganistán y que es el epicentro de las operaciones militares de los paquistaníes y la OTAN que luchan contra los islamistas en la zona.

En Swat, en donde el Ejército de Pakistán lanzó una gran ofensiva contra los talibanes en mayo, las armas permanecen en silencio mientras las fuerzas de seguridad se centran en rescatar a las miles de personas atrapadas en las diferentes partes del valle. Todas las carreteras principales y los puentes han sido arrasados por el agua.

"Es cierto que el ejército está trabajando el doble", afirma Athar Abbas, portavoz del Ejército de Pakistán. Abbas confirma que el valle del Swat y los distritos vecinos de Waziristan Sur han sido terriblemente afectados por las lluvias torrenciales y las inundaciones.

A los analistas les preocupa que los talibanes, empujados fuera del Swat debido a la fuerte presión del Ejército de Pakistán en primavera y verano, puedan aprovechar esto para reasentarse en la zona.

La crecida de los ríos también ha cortado las líneas de abastecimiento de la OTAN, paralizando la capacidad de las fuerzas internacionales de llegar a Afganistán.

Las persistentes lluvias e inundaciones, que comenzaron el 22 de julio en la provincia de Baluchistan y que han seguido sin descanso, han afectado hasta el momento a 20 millones de paquistaníes, desde las zonas montañosas en el norte hasta la costa del sur. Cerca de 1.600 pakistaníes han muerto a causa de la catástrofe, una de las peores en la historiareciente del país. Las agencias de ayuda internacional han calculado que el coste de los daños está entre los 10.000 y 15.000 millones de dólares.

Las operaciones militares en Waziristan Sur, un bastión para los talibanes paquistaníes y otros grupos vinculados a Al Qaeda, también se han visto prácticamente paralizadas al aislar las inundaciones los distritos de Dera Ismail Khan y Tank, que sirven como importantes rutas de abastecimiento de las fuerzas de seguridad en la región.

"Primero lo primero. No podemos ver a nuestros conciudadanos en la miseria. El jefe del Ejército ha dado órdenes muy claras de que las operaciones de rescate y de ayuda sean la primera prioridad de los militares", explica Abbas.

"Estamos haciéndonos totalmente cargo también de cuestiones de seguridad. Nos estamos asegurando de que estos elementos [los talibanes] no aprovechan esta situación", continúa.

Hamid Mir, un analista de seguridad con base en Islamabad, cree sin embargo que hay pocas dudas de que los Talibanes y otros islamistas vinculados a Al Qaeda se están aprovechando del cambio de prioridades del Ejército.

"Hay informes de que varios controles de seguridad del Ejército han sido destruidos por el agua en los distritos de Waziristan Sur y Swat", indica. "El Ejército se enfrenta a un gran desafío. Tiene que combatir a los islamistas y a las inundaciones al mismo tiempo. Y esto no es un paseo por el campo".

Las rutas de abastecimiento principales de la OTAN, las que conectan el puerto de Karachi con la frontera de Afganistán, están totalmente inundadas, dicen los observadores.

"Los suministros de la OTAN se han paralizado por completo debido a las inundaciones masivas en varios puntos. Yo he visto personalmente esas autovías inundadas de agua hasta la cintura", asegura Mir.

Las autoridades de Pakistán y de la OTAN niegan que las inundaciones hayan causado problemas de abastecimiento.

Mientras el Ejército de Pakistán y el gobierno civil intentan responder al desastre a escala nacional, las numerosas organizaciones de caridad islámicas del país, han podido responder rápidamente a nivel local.

Los medios paquistaníes destacan la gran ayuda que está ofreciendo la Fundación Al-Khidmat, controlada por el principal partido político islamista del país, Jammat-e-Islami, Jammat-ul-Dawa'h. Los investigadores culparon a dicho partido del los atentados mortales de 2008 en Bombay, India, que causaron la muerte de más de 170 personas.

Cerca de 20.000 voluntarios de estas organizaciones están ahora rescatando a personas aisladas en zonas anegadas. Estos grupos también han instalado campos de refugiados, y facilitan comida y techo. "No me importa si son extremistas o liberales. Lo que sé es que fueron los primeros en llegar a ayudarnos", asegura el campesino Ameer Khan.

Sentado en un cobertizo improvisado en un campamento de socorro gestionado por Jammat-ul-Dawa'h en Mardan, al oeste de Peshawar, Ameer dice que recibe dos comidas al día, una por la mañana y otra al atardecer, al igual que los otros 400 refugiados. Todos ellos observan estos días el Ramadán, y practican el ayuno durante las horas diurnas.