Alberto Fernández, de crítico de Kirchner a su 'delfín' y favorito para ganar a Macri

  • El candidato del peronismo se perfila como ganador en las encuestas para las elecciones, en las que Argentina se juega su futuro económico.
Alberto Fernández, candidato del kirchnerismo
Alberto Fernández, candidato del kirchnerismo
EFE

Diego Armando Maradona le duró a Boca apenas un año. Corría el año 1982 y, a pesar de que un año antes la directiva 'xeneize' había tenido que hacer un esfuerzo tremendo para hacerse con el mejor jugador argentino del momento -que venía de marcar 45 goles en una temporada con Argentinos Juniors y que tenía una oferta mucho mejor de River sobre la mesa-, el FC Barcelona se lo 'birló' a cambio de 1.200 millones de pesetas. Boca ingresó la plata con más resignación que entusiasmo y su marcha a Europa -también jugaría en el Nápoles y el Sevilla- se antojó definitiva. Sin embargo, cuando la carrera de Maradona parecía completamente amortizada entre lesiones, excesos y droga-, decidió reconciliarse con La Bombonera para poner punto final a su trayectoria como jugador con 37 años.

La relación de amor-odio del pueblo argentino con sus ídolos se pudo evidenciar años más tarde, de nuevo, con el propio 'Pelusa', que pasó de ser visto en 2008 como el 'salvador' de la selección nacional de fútbol tras la debacle de Alfio Basile en la fase de clasificación para el Mundial de 2010, a marcharse por enemistado con la federación y los aficionados por negarse a aceptar una serie de cambios en su cuerpo técnico... Y es que el caso de Maradona es uno de los más paradigmáticos de que Argentina suele ser una tierra de segundas (y de terceras y de cuartas y de quintas) oportunidades, no solo para 'la mano de Dios', al que incluso se le ha llegado a comparar con Eva Perón como un reflejo de "las creencias y las necesidades colectivas, de los despojados, de los pobres, de los que necesitan creer que Dios está cerca".

Quizás por todo ello, el peronismo vuelve a presentarse a unas elecciones generales en pleno 2019. Y, tal vez por lo mismo, el peronismo es el favorito para ganar este domingo y desbancar a Mauricio Macri del poder. Paradójicamente, el kirchnerismo, la versión más moderna del peronismo que ocupó el poder durante buena parte del nuevo siglo y hasta 2015, se presenta a estos comicios sin Cristina Fernández de Kirchner a la cabeza, después de que sus problemas con la justicia le hayan obligado a rendir cuentas por la presunta corrupción durante su etapa en la Casa Rosada. Por eso, y a falta de Evita, será Alberto Fernández, exministro de los Kirchner y hasta hace no mucho crítico con Cristina, quien lidere al peronismo en estas elecciones.

La suerte está echada en Argentina, donde los dos candidatos principales a las elecciones presidenciales del domingo protagonizaron este jueves sus cierres de campaña: si Macri confía en la remontada respecto a lo que señalan las encuestas, Fernández parte como gran favorito en los sondeos. Más aún porque en el último día contó sobre el escenario con una persona que ha estado fuera de los focos durante gran parte de la contienda electoral: su candidata a la vicepresidencia y expresidenta del país... que no es otra que Cristina Fernández Fernández de Kirchner. Escudada tras quien la mayoría percibe como su 'delfín', la exmandataria arengó a los seguidores en Mar del Plata.

¿Quién es Alberto Fernández?

Alberto Ángel Fernández (Buenos Aires, 2 de abril de 1959) es un político, abogado y profesor de derecho penal y civil. Fue conjuez del juzgado federal de San Isidro y dio sus primeros pasos en política de la mano de Alberto Asseff, llegando a ser presidente del ala juvenil del Partido Nacionalista Constitucional. Durante el gobierno de Raúl Alfonsín fue director de sumarios y subdirector general de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Economía. Allí comenzó una carrera política imparable y con todo tipo de puestos en la Administración.

Entre 1989 y 1995, fue superintendente de Seguros de la Nación. En 1996, pasó a trabajar para Eduardo Duhalde, gobernador provincial de Buenos Aires, primero como presidente de Gerenciar S.A. y luego como vicepresidente del Grupo Bapro, hasta 1999. Mientras ocupaba esos puestos, fue uno de los fundadores del Grupo Calafate, un 'think tank' que apoyó las candidaturas presidenciales de Duhalde en 1999 y, después, del entonces gobernador de la provincia de Santa Cruz, Néstor Kirchner, en 2003.

Tras la victoria de Kirchner, Fernández ocupó el cargo de jefe de Gabinete el 25 de mayo de 2003 y lo mantuvo después de que su mujer, Cristina Fernández de Kirchner, asumiera el cargo de presidenta a partir del 10 de diciembre de 2007. Siete meses después, en julio de 2008, renunció al cargo tras la crisis por las retenciones a las exportaciones agropecuarias que llevó a un paro patronal, que duró 129 días.

Tras su renuncia, se convirtió en uno de los mayores críticos del kirchnerismo, defendiendo el mandato de Néstor Kirchner pero cuestionando algunas de las medidas del Gobierno de Cristina. En 2018, regresó al kirchnerismo tras limar asperezas con Cristina Kirchner. Y, el pasado 18 de mayo de 2019, ella lo nombró como precandidato a presidente de la Nación para las elecciones de 2019, en un movimiento sin precedentes -y que recuerda a otros como el que utilizó en Rusia Vladimir Putin con Dimitri Mevdevev- en el que la candidata a la vicepresidencia eligió al candidato a presidente.

¿Quién gobernará la Argentina?

Cristina Fernández, actual senadora, ha sido la principal líder política de oposición desde que Mauricio Macri, aspirante a la reelección, asumió el Ejecutivo a finales de 2015. La mayoría daba por descontado que Cristina buscaría volver a la Casa Rosada este año pese a haber perdido buena parte del beneplácito popular por las polémicas políticas de su gestión y los casos judiciales por presunta corrupción.

Pero la líder del kirchnerismo sorprendió en mayo pasado al anunciar que competiría por la Vicepresidencia y que nombraba como candidato a Alberto Fernández. La inédita situación de una candidata a vicepresidenta eligiendo quién encabeza una fórmula electoral disparó pronto la idea de que, en caso de ganar las presidenciales, será Cristina y no Alberto quien mande en Argentina, una hipótesis que el propio oficialismo ha alimentado en esta campaña. Sea como fuere, lo único que es seguro es que, si gana el kirchnerismo, el peronismo volverá de nuevo al poder.

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