El Bundestag (cámara baja alemana) aprobó este martes suspender para 2021 la regla constitucional del freno de la deuda, paso previo obligatorio para la tramitación de los presupuestos del año que viene, que prevén un fuerte déficit por la crisis del coronavirus. Este trámite -previsto en la Ley Fundamental para situaciones extraordinarias- ya fue aprobado este año, gracia a la holgada mayoría de la gran coalición de conservadores y socialdemócratas, para poder actualizar los presupuestos e incluir las ayudas -financiadas mediante deuda- frente a la Covid.
La aprobación tuvo lugar durante el debate presupuestario en el parlamento, que abordó el proyecto de cuentas públicas revisado que le ha enviado el Ejecutivo federal de la canciller, Angela Merkel. El presupuesto del Gobierno central para 2021 prevé gastos por 499.000 millones de euros, de los que 180.000 (36%) serán financiados mediante deuda. Se trata del segundo mayor déficit público del Gobierno alemán desde la II Guerra Mundial, tras el de este año (217.800 millones de euros).
"Vamos a crecer a raíz de esta crisis", aseguró el ministro de Finanzas, Olaf Scholz, al intervenir en el Bundestag. Para devolver en el futuro la actual deuda será preciso invertir en los "ámbitos de futuro adecuados", advirtió el ministro, que apuntó hacia una economía neutral en términos climáticos, la tecnología y la digitalización. Además, consideró que los ricos deben pagar más impuestos.
El presupuesto 2021 está atravesado de arriba abajo por la crisis del coronavirus. Las ayudas para empresas suponen unos 39.500 millones de euros en estos presupuestos, que cuentan con líneas de apoyo para hospitales, aeropuertos y trenes. Para comprar vacunas se han reservado 2.700 millones de euros.
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