Alemania ya sufre escasez de medicinas por el parón industrial y el coste del gas

Los altos costes que viene registrando el gas natural desde el invierno pasado han hundido a la producción de químicos en Alemania. Tras salvar el reto de pasar un invierno sin los envíos de gas procedente de Moscú, el país germano se enfrenta a otro desafío igual de importante: la escasez de medicamentos. La producción industrial de productos químicos sufre una caída de más del 20% en lo que va de año y esto afecta directamente a la fabricación farmacéutica, que requiere de esos bienes intermedios para producir las medicinas que luego se distribuyen en farmacias y hospitales. 

Como también pasa en España, los problemas de la industria alemana se notan principalmente en los consumidores electrointensivos, aquellos que requieren de grandes cantidades de electricidad para su producción. Un caso concreto de sector afectado es el químico, que emplea a medio millón de trabajadores y ejerce de suministrador intermedio para otros sectores, como el farmacéutico. La menor producción del primero lastra al segundo, dando lugar a esta escasez de medicinas. 

En las farmacias faltan medicamentos e incluso los hospitales ya tienen dificultades para adquirir sus suministros, debido a las dificultades de abastecimiento y sustitutivos. La ola de infecciones respiratorias que sufre Europa tras dos años con mascarilla ha ayudado a agravar el problema, llegando hasta el punto de no disponer de medicamentos como paracetamol infantil o tratamientos contra la fiebre. 

El colapso de la industria química se muestra en las últimas cifras trimestrales hechas públicas por la administración alemana, que cifra en un 14,1% la caída interanual de la producción de químicos hasta septiembre, arrastrando a la producción farmacéutica a un descenso del 5,5% de su producción. El temor está ahora en que muchas empresas no puedan seguir subsistiendo por los altos costes y acaben cerrando, lo que tensionaría aún más la cadena de suministro que garantiza la fabricación de fármacos. 

Los médicos piden soluciones

El presidente de la Cámara Federal de Médicos, Klaus Reinhardt, solicitó al gobierno de Olaf Scholz que intercambiara medicinas con países vecinos y no excluyera algunos que llevaran unos meses caducados. Esta petición ha sido rechazada por otras entidades sanitarias, que alegan que esta práctica sería "irresponsable" y "un peligro para la vida", ya que se desconocen los posibles efectos secundarios de su consumo tardío. 

La asociación de médicos de la sanidad pública ha requerido al Ministerio de Sanidad alemán que intervenga de forma inmediata para solucionar la escasez, incluso acudiendo a los mercados internacionales para garantizar el suministro: "Necesitamos regulaciones extraordinarias y medidas inmediatas como al principio de la pandemia de covid, cuando se adquirieron mascarillas y equipos de protección", declaró recientemente el presidente de la asociación médica KBV, Andreas Gassen.

El Gobierno de Scholz se defiende de las críticas alegando que está preparando un proyecto de ley con el que busca paliar esta situación. Una de las medidas que se dan por confirmadas pasa por obligar a las aseguradoras a importar productos de varias regiones del mundo, no sólo del proveedor más barato, para reducir los problemas de suministro. 

Una recesión inevitable para Alemania

Las estimaciones publicadas recientemente por el Banco Alemán de la Industria (IKB) fijan una tasa media de inflación del 5,7% durante 2023, y apunta a que será un año marcado por una recesión "inevitable" y procesos de ajuste en la economía, además de dar por segura la caída de la demanda. El PIB alemán, según sus estimaciones, caerá un 0,8% el próximo año y la economía no se recuperará hasta la segunda mitad del año, postergando la recuperación completa al año 2024. 

No todo son malas noticias, puesto que la entidad considera que los precios de las materias primas, los tipos de cambio o la economía se mueven en la dirección correcta, algo que podría cambiar la dinámica inflacionista. Respecto a los precios de la energía, el banco cree que lastrarán al país como emplazamiento industrial y retrasarán nuevas inversiones en el corto plazo.