Los alimentos que nos "envenenan": bombas de azúcar ocultas al consumidor

  • La revista '60 millions de consommateurs’ desvela los engaños en los envases de los alimentos para tapar cantidades de azúcar y aditivos. 
La mala cosecha deja a los japoneses sin patatas fritas
La mala cosecha deja a los japoneses sin patatas fritas
Fotografía de un cacao en polvo.
Cacao en polvo. / Pixabay.

No importa el supermercado al que vayas. Cuando nos paseamos por los pasillos en busca del producto adecuado podemos leer en cada uno de sus envases información positiva. "Rico en fibra", "alto contenido en vitamina D", "fuente de calcio"... Estas frases son ejemplos del día a día, pero lo que no suele aparecer son los efectos nocivos de ciertos alimentos para nuestra salud. Y como vais a comprobar, es una práctica habitual. 

La trampa presenta dos claras vertientes: obviar un ingrediente o inventarse la cantidad del mismo. El resultado, alimentos pobres en materias primas brutas (legumbres, frutas, leche y carne) pero ricos en aditivos que rebosan de ingredientes a bajo coste, desnaturalizados para engañar a nuestro gusto.

La revista francesa '60 millions de consommateurs’ (60 millones de consumidores) desvela en un número especial numerosas aberraciones nutricionales a través del análisis minucioso de 100 alimentos comunes. Según la publicación, los ingredientes nocivos se disimulan a menudo detrás de información apetecible.

Las  bombas de azúcar y los aditivos

Habitualmente los célebres chocolates en polvo se presentan como los mejores aliados del desayuno. Por ejemplo, en el Nesquik se indica que es “perfecto para el desayuno: con hierro, vitamina D y zinc”. Sin embargo, según el estudio, su preparación ha sido enriquecida en vitaminas. En el envase no se  especifica que es “rico en azúcar”, ya que es una auténtica bomba, con un 76% de azúcar.

Otro ejemplo de 'engaño' es el los fideos instantáneos. La marca Tanoshi comercializada en el país vecino solo tiene un 0,4% de legumbres deshidratadas. Una cifra mínima. Por el contrario, esto es lo que pone en su recipiente: “El sabor a legumbres y salsa de soja está inspirado en una técnica culinaria japonesa, el 'kinpira'. Es un preparado de legumbres salteado y braseado en salsa de soja". El análisis asegura que para darle ese sabor, se le han incorporado 12 aditivos.

En este ámbito ni siquiera se libran los yogures. Si bien estos se encuentran en la lista de productos que no se pueden modificar, la industria láctea ha conseguido que se permitan incorporar colorantes, edulcorantes y otros aditivos en los yogures de frutas.

Los riesgos para la salud son enormes. Por un lado, el consumo excesivo de azúcar puede provocar obesidad, colitis ulcerosa, aumento de triglicéridos en sangre, diabetes, riesgo de enfermedades vasculares y riesgo de complejo de vitamina B (entre otros). Por otro, los aditivos alimentarios, definidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como "sustancias que se añaden a los alimentos para mantener o mejorar su inocuidad, su frescura, su sabor, su textura o su aspecto", tienen las siguientes consecuencias: pueden ser carcinógenos (agentes que causan cáncer) otros son teratógenos (provocan defectos congénitos o mutágenos y otros pueden dañar los tejidos o conducir a la esterilidad, según 'Ciencia de Alimentación'

Asimismo, en un estudio internacional publicado al inicio de 2017 en el ‘British Medical Journal’, se asoció la posibilidad de contraer cáncer con los alimentos modificados con aditivos. “Un aumento del 10% de la proporción de alimentos modificados en la dieta ha demostrado asociarse a un aumento de más del 10% del riesgo de desarrollar cáncer”, señala.

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