Amenazas de despido de un ministro a empleados antichavistas y silenciar a la oposición: así es la Venezuela de Maduro

    • Los políticos del partido oficialista de Venezuela muestran su cara más dura tras las elecciones.
    • El ministro de Vivienda y Nicolás Maduro amenazan a quienes están con el 'fascismo', en alusión a la oposición.

Ya lo advirtió la vicepresidenta del Consejo Electoral Nacional (CNE) de Venezuela, Sandra Oblitas, cuando el Gobierno de Nicolás Maduro accedió a un recuento de todos los votos emitidos en los comicios del pasado 14 de abril: los resultados son 'irreversibles'.Pero no es Oblitas el único miembro de los aparatos del Estado venezolano que ha impuesto su parecer sobre la voluntad del pueblo venezolano. El ministro de Vivienda, Ricardo Molina, ha declarado -micrófono en mano y ante un grupo de trabajadores públicos- que no le importan 'en absoluto lo que dicen las las normas laborales'.'Cero beligerancia. Yo no acepto que aquí nadie venga a hablar mal de la revolución, de Nicolás, del comandante Chávez. No acepto militantes de partidos fascistas [en alusión a la oposición]. Quien quiera ser militante de esos partidos que renuncie, porque si no renuncia, yo mismo le voy a botar [despedir]', dijo ante los aplausos de los empleados, aparentemente satisfechos con esto.Nicolás Maduro también acusó de 'fascistas' a los principales canales privados en Venezuela, Televén y Venevisión, dos días después de las elecciones. Les invitó a 'decidirse': o están con él o con el 'fascismo'.Maduro ha llegado a acusar directamente a la cadena Televén de haber provocado las muertes en las protestas por supuesto fraude electoral en el día posterior a los comicios. 'Televén apoyó al candidato de la derecha (...). Una cosa es la campaña electoral, pero otra cosa es que ustedes se encadenen con llamados a la violencia como el lunes [15 de abril]. Les cabe a ustedes responsabilidad, Televén'.

Por su parte, el presidente de la Asamblea Nacional (el parlamento venezolano), Diosdado Cabello, retiró la palabra la pasada semana a todo diputado que no reconociera a Maduro como su nuevo presidente electo.Poco pareció importarle que se trate de personas elegidas por la población. Tampoco hizo caso de las sospechas que pesan sobre los ajustados resultados electorales, de los que también desconfía el portavoz de los observadores internacionales en estas elecciones, Gustavo Palomares.Nicolás Maduro obtuvo un 50,66% de los votos frente al 49,07% del líder de la oposición, Henrique Capriles. Los más de 3.300 centro de votación afectados por presuntas irregularidades que denuncia la coalición opositora, Mesa de Unidad Democrática, y las críticas internacionales han llevado a una auditoría interna para recontar los votos. En ella estarán presentes miembros de ambos partidos, pero no un tercer observador neutral, como pide Palomares para garantizar el proceso.

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