Antioquía, entre la cultura árabe y turca

  • En el siglo IV AC, Alejandro Magno abrió una ruta desde Grecia hasta Persia, a través de lo que hoy es Oriente Medio. Fue un camino de conquista que otros imperios seguirían con el paso del tiempo. Los restos de cada civilización se pueden apreciar hoy en la cultura, los monumentos y la continua presencia de civiles y militares en toda la ruta, un recorrido que para Alejando Magno acabó en Babilonia, el actual Irak. En la hoy ciudad turca de Antioquía se habla árabe y turco, algo que en casos como en la enseñanza lleva a enfrentamientos.
Antioquía, ¿crisol de culturas o centro de disputas lingüísticas? (Foto: Ryesiloglu)
Antioquía, ¿crisol de culturas o centro de disputas lingüísticas? (Foto: Ryesiloglu)
Ryesiloglu
Theodore May | GlobalPost

(Antioquía, Turquía). Es hora de comer en Antioquía, la ciudad de importancia más austral de Turquía. Opto por un clásico: humus.No había probado los garbanzos en ninguna de sus formas desde hacía meses. Estaba entusiasmado. Cuando me traen el plato, unto un trozo de pan y me lo como.

Rápidamente me doy cuenta que no tiene nada que ver con el humus al que estoy acostumbrado y que me encanta. De hecho, es demasiado empalagoso. Llamo al camarero."¿Qué es esto?", le pregunto."Humus con mantequilla", responde con tono de obviedad. Humus con mantequilla. Una antigua especialidad de Oriente Medio, con un toque turco.

Las calles de Antioquía (conocida como Antioch en tiempos bíblicos) son un escenario que une culturas, de la misma manera que árabes y turcos recorren las calles arriba y abajo y entran en tiendas rotuladas en los dos idiomas y hablan una mezcla de ambas lenguas. Las iglesias están desperdigadas por toda la ciudad y también existe una pequeña pero vibrante comunidad judía. Los chiíes alauitas también forman parte de la población.

Turquía no es un país particularmente diversificado. Por ejemplo, más del 99 por ciento de la población es musulmana, según el World Factbook de la CIA. Sin embargo, Hatay, la provincia de la cual Antioquía es la capital, parece una región que se abre a diversos mundos. Esto puede tener su explicación en la Historia.

Tras el colapso del imperio otomano, las fuerzas europeas redibujaron el mapa de Oriente Medio y decidieron que Hatay sería para Siria. Sin embargo, en 1938, el gobierno local formado principalmente por personas leales a Kemal Ataturk, el fundador de la Turquía moderna, declaró la independencia de Hatay. Un año después pasaba a ser parte de Turquía. El Hatay moderno ocupa un lugar curioso en la historia turca.

Sus diversos idiomas, etnias y religiones a veces no se corresponden con la enorme fuerza del nacionalismo turco, que busca forjar una identidad común para el país y sus ciudadanos. "Esta parte del país siguió bajo el control del mandato francés, que también dominaba Siria hasta 1939", explica Resat Kasaba, profesor adjunto de sociología en la universidad de Washington. "Los años 20 y 30 fueron la época en que las políticas para forjar una identidad turca estaban en su máximo apogeo. Antioquía no fue parte de Turquía hasta entonces (1939)".

Explicado de manera sencilla, da la impresión que el legado histórico de Antioquía ha convertido a la ciudad en un lugar donde se combina el nacionalismo turco con la diversidad, en lugar de la exclusividad. La prensa local informaba hace unas semanas de que el estado turco había llevado a los tribunales a 10 líderes religiosos de Hatay por dar clases de religión musulmana. Provenían de un grupo que habla árabe como primera lengua. Más allá de las enseñanzas religiosas, en la escuela no se puede estudiar árabe, pese a que se calcula que el 60 por ciento de la población de Antioquía habla árabe, en su mayoría como primera lengua.

"Los árabes quieren eso", afirma Mithat Kalaycioglu, editor del periódico Hatay Gazette, y quien también habla árabe. "Pero la primera lengua [del Estado] es el turco y vivimos en Turquía. Tenemos un problema porque si nosotros enseñamos árabe, entonces los kurdos querrán enseñar kurdo. Todos los países tienen una primera lengua".

Kasaba matiza un poco las cosas. Dice que se enseñan segundas lenguas en la escuela, pero son principalmente europeas. Las asignaturas importantes se enseñan en turco. "Quienes hablan árabe y kurdo aprenden el idioma en su hogar como lengua primaria. También he oído que algunas familias de Antioquía envían a sus hijos a Siria para que aprendan el idioma".

A la hora de definir los principios del Estado, la constitución turca dice que "la lengua oficial es el turco". Las actuales tensiones de Hatay obedecen a los roces políticos entre islamistas y nacionalistas. Los partidos de estos últimos siempre han defendido la identidad turca por sobre todo, incluida la identidad religiosa. En ese sentido, la gente de Hatay, con su humus con mantequilla y los rótulos bilingües, podrían ser algo incomodo en un país poco acostumbrado a celebrar la diversidad.

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