Según Asuntos Exteriores

Dos periodistas españoles, asesinados en un ataque terrorista en Burkina Faso

D.B.A., de Pamplona y R.F.F., de Barakaldo (Vizcaya) trabajaban en un documental sobre los operativos para proteger los parques naturales contra la caza furtiva. Les acompañaba un ciudadano irlandés.

Las ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya
Las ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya
EFE

Los dos periodistas españoles que fueron secuestrados este lunes tras sufrir un ataque en el este de Burkina Faso, han sido asesinados, según ha informado, a falta de una confirmación oficial de las autoridades del país, la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya. El suceso ha ocurrido en la zona de Pama, donde individuos armados emboscaron a una patrulla de efectivos burkineses contra la caza furtiva, en la que iban empotrados los periodistas españoles. D.B.A., de Pamplona y R.F.F., de Barakaldo (Vizcaya) trabajaban en un documental sobre los operativos para proteger los parques naturales contra la caza furtiva. 

Según ha explicado González Laya en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, aunque la información aún es "confusa", todo indica que dos de los cadáveres encontrados en el lugar del ataque corresponden a los dos periodistas españoles que, junto a un reportero irlandés, estaban realizando un documental sobre la caza furtiva en la región, cercana a la frontera con Benín.

El suceso ha ocurrido en la zona de Pama, donde individuos armados emboscaron a una patrulla de unos cuarenta efectivos burkineses contra la caza furtiva, en la que iban empotrados los periodistas españoles. Laya ha indicado que se trata de una zona peligrosa, en la que actúan grupos terroristas, furtivos y bandidos, además de redes yihadistas. La ministra ha reconocido que se trata de un día "muy triste" para el periodismo y ha puesto en valor la labor de los periodistas en España y en zonas de conflicto.

Precisamente, el Ministerio de Asuntos Exteriores va a presentar mañana, junto a Reporteros Sin Fronteras el llamado "chaleco digital", una aplicación de geolocalización para "smartphones" que tiene como objetivo minimizar los riesgos que corren los reporteros que trabajan sobre el terreno, en situaciones de peligro.

Aunque se desconoce, de momento, la autoría de este acto violento, Burkina Faso sufre ataques yihadistas desde abril de 2015, cuando miembros de un grupo afiliado a Al Qaeda secuestraron a un guardia de seguridad rumano en una mina de manganeso en Tambao, en el norte del país, que aún sigue desaparecido.

La región más afectada por la inseguridad es la del Sahel, situada en el norte y que comparte frontera con Mali y Níger, aunque la inseguridad se ha ido expandiendo a provincias limítrofes, y desde el verano de 2018 afecta también al este del país. Los actos terroristas se atribuyen con frecuencia al grupo local burkinés Ansarul Islam, a la coalición yihadista del Sahel Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (GSIM) y al Estado Islámico en el Gran Sáhara (EIGS), que atacan también en Mali y Níger.

Como consecuencia de la violencia, Burkina Faso sufre la crisis de desplazados que más rápidamente crece en el mundo, con más de un millón de personas fuera de sus hogares (más de uno por cada 20 habitantes).

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