Así 'reinserta' Australia a un violador: le da permiso para que visite a prostitutas

  • Libertad vigilada durante 10 años a un reincidente por asalto sexual que tendrá que cumplir un total de 52 condiciones para salir de la cárcel.
Prostitución
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¿Cómo se logra que un agresor sexual modifique su conducta y sus impulsos, y no reincida? La cuestión no es fácil de contestar, ya que aunque diversos estudios han demostrado que la terapia grupal reduce el riesgo de que vuelva a actuar en hasta un 50%, no existe actualmente ningún tratamiento que garantice una rehabilitación completa. Ni siquiera la castración química (voluntaria) demuestra ser efectiva en todos los casos, por lo que la pregunta es: ¿puede un violador reinsertarse en la sociedad? Una cárcel de Australia cree que sí y, por eso, ha dejado en libertad vigilada a un agresor sexual para que pueda visitar a prostitutas y reducir así su riesgo de reincidencia.

Edward William Latimer, de 61 años y en prisión permanente, tiene antecedentes penales que se remontan a su adolescencia y ha pasado la mayor parte de su vida adulta en prisión por delitos sexuales, desde el acoso a la agresión, tal y como apunta 'The Guardian'. Ahora, por segunda vez en los últimos 11 años, se le ha permitido salir de la cárcel, esta vez en situación de libertad vigilada durante los próximos 10 años, bajo 52 condiciones que incluyen un toque de queda, no consumir alcohol o pornografía, y ningún acceso a prostitutas sin aprobación expresa del centro.

En este sentido, el juez que autorizó su salida, Anthony Derrick, argumentó en su decisión emitida este martes que si bien Latimer sigue siendo un grave peligro para la comunidad, el riesgo podría ser controlado gracias a este tipo de medidas de reinserción: "Hay mecanismos adecuados de protección en las condiciones de la orden de supervisión, para garantizar que si el preso comienza a dar pasos atrás, los responsables de su supervisión lo noten rápidamente y sea llevado de nuevo ante el tribunal".

"El acceso a las trabajadoras sexuales no resolverá por sí solo el problema de la capacidad del preso para manejar sus impulsos sexuales, [pero] la opción de que se involucre en un contacto sexual regular, aunque infrecuente, debe servir como un factor de protección adicional", sostiene el magistrado.

Una segunda oportunidad

Entre su largo historial delictivo, en 2005 Latimer fue condenado a casi tres años de prisión por intentar violar a un hombre borracho que se había quedado dormido en un parque. Latimer fue puesto en régimen de prisión permanente el año siguiente, hasta que finalmente fue puesto en libertad en 2014 bajo una orden de supervisión vigilada durante cinco años. Sin embargo, en 2015 un juez descubrió que Latimer volvió a intentar agredir sexualmente a dos mujeres que no conocía, por lo que fue enviado a prisión nuevamente.

En aquella época, Latimer aún se negaba a aceptar que era un delincuente sexual, pero Derrick (el juez que le otorgó la primera condición de libertad vigilada) lo animó a recibir terapia para tratar de reinsertarse en la sociedad. Tras un seguimiento de su conducta, el juez determinó que Latimer había hecho suficiente progreso como para ser reintroducido en la comunidad y que se había vuelto receptivo al tratamiento psicológico.

"Ahora puede identificar algunos de los factores desencadenantes de su actitud ofensiva, especialmente el aburrimiento, la soledad o hablar con mujeres que no conoce. Ha aumentado su comprensión de las situaciones de riesgo que deberá evitar", señala el juez, que se muestra convencido de que esta segunda oportunidad, con la ayuda de las visitas esporádicas a prostitutas, servirá para que Latimer por fin se reintegre en la sociedad.

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