Así se enredó la trama Gürtel a la alemana

  • Dos meses después de que estallara el escándalo, la fiscalía de Hannover afirma que existen sospechas fundadas sobre la posible obtención de beneficios del ya expresidente alemán, Christian Wulff, tras aceptar -presuntamente- regalos de ricos e influyentes amigos.

El presidente de Alemania anuncia su dimisión ante las acusaciones de corrupción
El presidente de Alemania anuncia su dimisión ante las acusaciones de corrupción

A mediados del pasado mes de diciembre, el diario Bild hace sonar la caja de los truenos. Su reportaje de investigación desvela que el entonces presidente alemán, Christian Wulff, había adquirido su chalet familiar en la ciudad de Hannover bajo condiciones privilegiadas a través de un préstamo privado . Fue enen su época al frente delaBaja Sajonia, cuya capital es Hannover.

El artículo asegura que había obtenido 500.000 euros un matrimonio de millonarios, el de su amigo empresario Egon Geerkens. El préstamo habría sido para la compra de ese chalet valorado en 415.000 euros. Se lo concedieron sin pedirle aval alguno y a un 4% de interés en vez de al 5% habitual por aquella época.

Wulff admite recibir el préstamo de la mujer del rico empresario para la compra de la vivienda y convoca una rueda de prensa para entonar un mea culpa unos días después de destaparse el asunto.

"Me ha quedado clara la irritación que ha causado la financiación de la vivienda privada de mi familia. Podría y tendría que haberlo evitado", dice ante las cámaras en su residencia oficial berlinesa, el Palacio de Bellevue.

La canciller Angela Merkel, artífice de la llegada a la jefatura de Estado de Wulff y colega del partido cristianodemócrata, apoya al presidente federal desde el principio. No parece que el reportaje de Bild vaya a tener consecuencias políticas.

Tintes de censor

Pero entonces el diario publica que su redactor jefe había recibido un correo el día anterior a la publicación de este reportaje intentando pararle los pies. Lo firma el propio Wulff, tal y como reconocerá más adelante.

En el correo electrónico, Wulff amenaza con denunciar al periódico y habla de "guerra", en la versión de Bild. La versión suavizada que ofrece el ya entonces presidente tras saltar esto a la luz es que lo único que quería era retrasar la publicación del reportaje un día.

Pero admite que también había pedido al diario alemán que publicase los datos cómo si él hubiera facilitado voluntariamente en vez de presentarlo como lo que era: una revelación fruto de una investigación periodística.

"No intenté evitar [su publicación]. Pedí esperar un día y que en el reportaje figurase que era yo quien había revelado el contrato y el nombre de la concesionaria privada del crédito [la mujer de Geerkens, Edith] y que no se informara de que se había investigado", afirma en una entrevista concedida en enero a la televisión pública alemana.

Si con esta explicación buscaba calmar los ánimos de unos medios de comunicación y una opinión pública doblemente indignada, con esta confesión desde luego no lo consigue.

Amistades peligrosas

La indignación va in crescendo y los medios alemanes rebuscan, indagan y encuentran más episodios dudosos del presidente Christian Wulff en su época como ministro-presidente de la Baja Sajonia (2003-2010).

La revista Stern es una de las primeras en añadir leña al fuego: resulta que el empresario de cuya mujer Wulff había recibido el crédito para su casa, el millonario Geerkens, acababa de acompañar al presidente en un viaje de negocios a China con muchos empresarios presentes poco antes de concederle el préstamo en octubre de 2008.

Wulff justifica en todo momento el crédito como el préstamo privado de un amigo, al que ahora se descubrirá que visitó en dos ocasiones en su mansión de Mallorca. El presidente alemán pasó dos vacaciones de verano con su primera mujer, Christiane, en casa del magnate germano (en 2003 y 2004).

Regalos para un gobernante

En esta ocasión los detalles sí se conocen de mano de Wulff, más concretamente de sus abogados, que hacen pública una lista de sus vacaciones en casas de amigos mientras era ministro-presidente de Baja Sajonia.

Las críticas arrecian y los medios de comunicación le echan en cara cada vez más cosas. Le critican por haber aceptado que Air Berlin le pasase a clase business sin cobrarle un suplemento cuando él había pagado clase turista en un viaje a Florida, precisamente para irse de vacaciones a otra casa de su amigo Geerkens. (Cierto es que un billete de avión en primera para un vuelo trasatlántico es notablemente más caro que uno normal).

Tampoco gusta que pasara otras vacaciones en la mansión mallorquina de otro empresario millonario alemán, aunque no es una información nueva, pues esto sucedió poco después de que llegara a la jefatura de Estado en junio de 2010.

El diario Die Welt ha revelado recientemente que cuando Wulff era ministro-presidente de la Baja Sajonia también utilizó durante meses un teléfono móvil sin pagar un céntimo. El móvil pertenecía a la compañía de su amigo David Groenewold, destacado productor de cine. El abogado de Groenewold (que también está siendo investigado), que entre otros filmes ha producido "La Ola", lo confirmó.

Además, Wulff se fue de vacaciones con Groenewolda la exclusiva isla alemana de Sylt en 2007, que pagó el productor. Eso sí: Wulff asegura que abonó en metálico su parte.

"Sospechas fundadas"

El jefe de Estado ha tenido que dimitir este viernes, presionado por el movimiento de ficha de la Fiscalía de Hannover.

La Fiscalía afirma que existen "sospechas iniciales fundadas sobre la posible obtención de beneficios" del ya expresidente alemán durante su época al frente del gobierno de Baja Sajonia.

Por ello ha solicitado al Parlamento que retire la inmunidad a Christian Wulff y así poder investigarle.

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