El ataque de los aliados da alas a Putin para ampliar su control sobre Siria

  • Rusia reforzará la base naval de Tartus (Siria) y podría responder con ataques a los aliados de EEUU en la zona. Putin reafirmará su control en Siria.
Un piloto de la RAF sube a la cabina de un Tornado en Akrotiri, Chipre, el 14 de abril de 2018 (EFE / EPA / Cpl L MATTHEWS)
Un piloto de la RAF sube a la cabina de un Tornado en Akrotiri, Chipre, el 14 de abril de 2018 (EFE / EPA / Cpl L MATTHEWS)

Trump ya tiene un eslogan que vender en su campaña electoral para el Congreso y el Senado. Con él las líneas rojas que se traspasaban con Obama no se aceptan y los ataques químicos bajo su presidencia se pagan. No solo eso. Una parte de su electorado no veía con buenos ojos su relación con Rusia, más si cabe con el RusiaGate como telón de fondo. Esa acusación se mitiga con este ataque anunciado de antemano y "perfectamente orquestado y que no ha ocasionado bajas civiles", según la portavoz del Departamento de Defensa, Dana White.

Europa, con Gran Bretaña y Francia a la cabeza, pueden decir al mundo que no se quedan parados ante las acciones de un 'monstruo" como Assad, aunque Alemania se ponga de perfil. Y Putin puede mandar más hombres y armamento para controlar la base naval de Tartus y afianzar su posición en la zona 'legitimado' por el ataque aliado con Irán como aliado. 

La pregunta es ¿Es factible un ataque a gran escala y un enfrentamiento entre Rusia y EEUU? Los expertos consultados por este medio no ven probable esa posibilidad. "Rusia contestará, pero dentro del mismo escenario con bombardeos selectivos sobre los aliados de los aliados. Existe la posibilidad de una guerra más amplia, pero de baja intensidad. La guerra la tiene controlada Assad con la ayuda de Putin", señala Diego Crescente, analista político y socio de MAS ConsultingGroup, que considera que "Rusia aprovechará el momento para acabar ahora con todos los rebeldes que pueda, no hay que olvidar que en Siria conviven hasta 15 grupos terroristas de distintas facciones, por lo que puede intensificarse una guerra de guerrillas al estilo Irak", destaca.

Felipe Sahagún, experto en relaciones internacionales, considera que las líneas rojas han sido traspasadas desde el principio en Siria. "Para empezar, si Assad ha atacado con armas químicas (algunas fuentes rusas señalan a Gran Bretaña), es porque las tenía, cuando ya hay una resolución que le obligaba a dejarlas en manos de Rusia". 

Son muchos los que se preguntan por qué Assad se ha arriesgado ahora a atacar con armas químicas, cuando la comunidad internacional se había olvidado de la guerra Siria. "Es que funcionan. En las zonas donde más resistencia hay en Siria, después de usar armas químicas se ha producido una retirada rebelde y la comunidad internacional tampoco ha reaccionado", destaca Sahagún.

Crescente apostilla, "EEUU no está interesado en un frente permanente en Siria, no puede mantener tanto flancos abiertos. Está más preocupado del Sudeste Asiático, de las islas artificiales chinas, de Polonia y Ucrania. Tampoco puede permitirse perder otra guerra, y hace tiempo que no las gana con claridad, ahí tenemos Afganistán e Irak. Y si quieres ganar una guerra lo que hay que hacer es mandar gente al terreno, algo que Trump ya ha dicho que no pretende hacer", sentencia. De hecho, los objetivos de este ataque han sido cuidadosamente seleccionados para "mitigar el riesgo de implicación de las fuerzas rusas", ha asegurado el jefe del Estado Mayor de EEUU, el general Joseph Dunford.

Rusia, por su parte, ha exigido desde su Ministerio de Exteriores "poner inmediatamente fin a la línea extremadamente peligrosa adoptada por los líderes de Occidente para destrozar todos los acuerdos sobre las vías para el arreglo sirio". El mismo Putin ha contestado con retórica, por el momento, señalando a Occidente como responsable de una "escalada en torno a Siria destructiva para las relaciones internacionales. El tiempo lo pondrá todo en su sitio, como ya ha responsabilizado a Washington por su sangriento ajuste de cuentas a Yugoslavia, Irak y Libia", ha sentenciado.

Esta acción es puro marketing político, según los expertos, un ataque avisado a las partes afectadas. Tanto, que el Congreso americano no lo ha aprobado y el Pentágono y la Casa Blanca dan opiniones contradictorias sobre si hablamos de una campaña corta o más a largo plazo. "Y hay que tener en cuenta que las fuentes rusas y sirias hablan de que dos tercios de los misiles han sido interceptados. Si a uno le avisan de un ataque está más que prevenido", destaca Sahagún. Lo cierto es que todos ganan algo con este ataque. Pierden en este juego de ajedrez geopolítico, después de ocho años de una masacre continuada que ha convertido en escombros un país y ha provocado más de medio millón de muertos, los mismos de siempre: los ciudadanos sirios.

El tablero Sirio se complica

El ataque a Siria de la pasada madrugada por parte de EEUU, el Reino Unido y Francia supone un paso más de la tensión entre Washington y Moscú, que desde hace años se están midiendo en ese país árabe, donde actúan fuerzas de distintos países.
Desde el comienzo del conflicto en Siria, en marzo de 2011, el presidente, Bachar al Assad, ha contado con Rusia e Irán como aliados.

El 30 de septiembre de 2015,
Rusia inició su primera intervención militar sobre el terreno con el comienzo de una campaña de bombardeos en apoyo del ejército sirio.
Esta intervención supuso un vuelco en el balance de poder en Siria, ya que en aquel momento los principales feudos costeros del Gobierno se veían amenazados por facciones islamistas y rebeldes, que también tenían en su poder la capital económica del Estado árabe, Alepo. Desde entonces, con el respaldo de aviones rusos y de militares de esta nacionalidad sobre el terreno, las fuerzas armadas sirias no han hecho más que avanzar y recuperar el terreno perdido.

Junto a las tropas gubernamentales sirias lucha también la Guardia Revolucionaria iraní, enviada por otro de sus aliados, Irán, que al mismo tiempo ha mandado a asesores castrenses que aconsejan a los soldados sirios. El grupo chií libanés Hizbulá, aliado de Teherán, también participa en la contienda siria en el bando de Al Asad con sus combatientes. Además, hay milicianos chiíes iraquíes y afganos que combaten junto a las fuerzas sirias, ya que el presidente sirio es de credo alauí (una de las ramas del chiísmo).

Por su parte, EEUU, Francia, el Reino Unido y otros países aliados llevan estos años operando en el Estado árabe bajo el paraguas de la coalición internacional contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI). La coalición comenzó su actividad en Siria el 23 de septiembre de 2014, meses después de que el EI proclamara un "califato" en el territorio sirio y el iraquí a finales de junio de ese año. Durante este tiempo, la alianza ha ofrecido cobertura aérea a las operaciones terrestres de las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una agrupación armada encabezada por milicias kurdas, que trabaja en el norte del país y que lucha contra los yihadistas.

Además, EEUU ha enviado a miembros de sus fuerzas especiales sobre el terreno que se han batido junto a las FSD frente al EI en sus antiguos feudos. EEUU también respalda a la principal alianza política opositora del país, la Coalición Nacional Siria (CNFROS), y a su brazo armado, el Ejército Libre Sirio (ELS). Estas dos formaciones tienen sede en Turquía, que también les apoya.

De acuerdo a los datos proporcionados el pasado mes de julio por un comandante del ELS, Washington ofrece soporte de tres tipos: el de la CIA, el del Pentágono y el de la coalición internacional, aunque el de la CIA se retiró hace meses.
"El de la CIA consiste en entrenamiento a algunas facciones y ese es el que ha sido suspendido. Luego está el del Pentágono, que es militar y es el que recibe el ELS, que todavía continúa; y el de la coalición internacional contra el 'Dáesh' (acrónimo en árabe de Estado Islámico)", enumeró en su día el general del ELS, Ahmad Rahal.

Turquía también respalda al ELS y otras facciones insurgentes e islamistas, y algunos grupos han llegado a acusarla de apoyar al EI por no controlar en el pasado la frontera con Siria, lo cual permitió que muchos yihadistas internacionales cruzaran al país árabe. Desde agosto de 2016, hay fuerzas turcas presentes en el norte de Siria que han luchado junto a facciones rebeldes e islámicas contra las FSD, a las que Ankara considera como terroristas. Tal es la amalgama de grupos armados opositores e islamistas que operan en Siria, aparte del secretismo que mantienen, que es complicado saber a cuáles son sus otros apoyos. Hay organizaciones que reciben financiación y armas de Estados regionales como Arabia Saudí y Catar.
También se desconoce qué países sostienen a organizaciones extremistas como el EI y la antigua filial siria de Al Qaeda

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