Ban insta al presidente de Sudán a cooperar con la Corte Penal Internacional

Naciones Unidas, 10 feb (EFE).- El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, instó hoy al presidente de Sudán, Omar al Bachir, a cooperar con la Corte Penal Internacional (CPI) si sus magistrados deciden emitir una orden de detención en su contra por su presunta responsabilidad en las atrocidades cometidas en Darfur.

El máximo responsable de Naciones Unidas aseguró en una conferencia de prensa que el mandatario africano "debe cooperar con la CPI, sea cual sea la decisión".

"Sea cual sea la decisión de la CPI, es muy importante que el presidente Bachir y el Gobierno de Sudán actúen de una manera responsable", afirmó Ban.

El secretario general de la ONU dijo que tuvo la oportunidad de reunirse con Bachir en la reciente cumbre de la Unión Africana (UA) en Etiopía.

Entre los asuntos de los que conversaron estuvo la "seguridad" de la misión conjunta de la UA y la ONU en Darfur (UNAMID), y las "repercusiones de los temas de la CPI", indicó Ban sin ofrecer mayores detalles.

"Urgí al presidente Bachir a que cooperara por completo con las misiones de la ONU y a que garantizara la seguridad de nuestro personal e instalaciones, y él dijo que así lo haría", apuntó.

Además, sostuvo que entiende las razones por las que la UA y la Liga Árabe tratan de conseguir que el Consejo de Seguridad de la ONU empleé la autoridad de que dispone para retrasar por un año el proceso contra Bachir.

Los partidarios de esta medida advierten de que el procesamiento del mandatario sudanés torpedearía cualquier esperanza de resolución pacífica del conflicto en Darfur.

El fiscal de la CPI, Manuel Moreno Ocampo, solicitó el año pasado a la sala preliminar de la corte una orden de arresto contra el presidente Bachir por considerarlo responsable de crímenes de guerra, lesa humanidad y genocidio.

El conflicto en Darfur, en el occidente de Sudán, comenzó en enero de 2003 cuando dos grupos armados se rebelaron contra el Gobierno por la situación de pobreza en la que se encuentra sumida esa región.

Desde entonces unas 300.000 personas han perdido la vida y al menos dos millones y medio más se han visto obligadas a abandonar sus hogares, según la ONU.