Batalla campal en Río de Janeiro

  • Los intensos tiroteos son lo único que se ha escuchado durante varias horas en la favela Vila Cruzeiro, en la que viven más de 240.000 personas. Es el bastión de la mayor banda de narcotraficantes de Río de Janeiro, donde la Policía Militarizada brasileña ha entrado con sus tanques. En una operación que lleva en marcha desde el domingo, han muerto 30 personas. El Gobierno ha enviado a 800 militares como refuerzo de los 17.500 agentes militarizados ya desplegados.
Ola de contrabando
Ola de contrabando
lainformacion.com
Agencias

La Policía brasileña ha tomado la favela Vila Cruzeiro, el principal baluarte de la mayor banda de narcotraficantes de Río de Janeiro, con apoyo de tanques de guerra, en medio de una ola de violencia que ha causado al menos 30 muertos en cuatro días.

La Policía ahora tendrá la ayuda del Ejército, porque el ministro de Defensa brasileño, Nelson Jobim, ha anunciado que 800 efectivos de las Fuerzas Armadas apoyarán al Gobierno de Río de Janeiro en las operaciones contra el crimen organizado en la ciudad, después de recibir el visto bueno del presidente, Luiz Inácio Lula da Silva.

Los soldados serán enviados a la capital fluminense "para garantizar la protección de los perímetros de las áreas ocupadas por los policías". Contarán con dos helicópteros y diez carros blindados, así como equipos de comunicación y gafas de visión nocturna.

El número de muertos puede aumentar considerablemente, puesto que la Policía todavía no ha divulgado datos sobre la invasión de este barrio marginal en el que viven cerca de 240.000 personas, y que hoy estuvo sometido a varias horas de intensos tiroteos.

Otra operación realizada por la Policía Civil (judicial) en la favela de Jacarezinho terminó con siete presuntos delincuentes muertos, según confirmaron fuentes oficiales.

Con estas operaciones las autoridades persiguen poner fin a una ola de incendios de vehículos que comenzó el fin de semana y que ha proseguido hasta hoy, en un intento de los narcotraficantes de sembrar el pánico en la segunda mayor ciudad de Brasil.

Un contingente de cerca de 200 hombres sitió esta mañana la Vila Cruzeiro, localizada en la falda de un monte en la periferia de Río, y realizó su incursión apoyada por seis tanquetas del modelo M113, cedidas por la Armada, y de los blindados negros que usa normalmente el batallón de elite de la Policía Militarizada.

Los tanques, pintados de camuflaje verde y ocre y armados con ametralladoras de 50 milímetros, dejaron la huella de sus orugas sobre los escombros y neumáticos incendiados con los que habían montado barricadas los "narcos" en los accesos a la favela, mientras grupos de vecinos asistían al espectáculo estupefactos.

La incursión dio paso a un intenso tiroteo, que fue transmitido en directo desde los helicópteros de las televisiones locales y que prácticamente paralizó a la ciudad, que sigue con gran expectativa los acontecimientos.

Uno de los tanques quedó "fuera de combate", al parecer por los disparos que recibió por parte de los criminales, según relataron medios locales.

No obstante, una vez concluidos los enfrentamientos, aún no había un balance oficial sobre lo ocurrido en la maraña de intrincados callejones que forman un auténtico laberinto en esta favela.

Cerca de dos horas después del comienzo del ataque, decenas de sicarios armados con fusiles se vieron obligados a batirse en retirada campo traviesa por el monte en dirección a una favela vecina, denominada Morro do Alemão, que es otro de los mayores fortines de la banda conocida como Comando Vermelho.

Durante la huida, un tirador de élite abatió a uno de los presuntos delincuentes, que se desplomó y después fue arrastrado por uno de sus compañeros, según mostró la televisión Globo en directo.

Batalla campal

Más tarde los criminales prendieron fuego a neumáticos, formando nuevas barricadas y levantando negras columnas de humo en el Morro do Alemão, al parecer para impedir el registro de imágenes a los helicópteros de la prensa y la visión a la propia Policía.

En otras zonas de la ciudad se registraron varios incendios de autobuses y furgonetas, aunque al igual que en días anteriores, los atacantes vaciaron los vehículos antes de prenderles fuego, lo que evitó que se registrasen víctimas entre los civiles.

El miedo llevó a numerosas escuelas y universidades a suspender las clases y miles de vecinos de los barrios próximos a la Vila Cruzeiro tuvieron que abandonar sus casas por temor a las balas perdidas.

En cuatro días de operaciones, al menos 30 presuntos delincuentes han perdido la vida. Siete fueron abatidos hoy, tres el lunes, otros cinco el martes y quince el miércoles, día en el que la Policía realizó operaciones simultáneas en 28 favelas.

Al menos 180 personas han sido detenidas en la suma de todos los operativos, que además han terminado con el decomiso de grandes cantidades de droga y armamento.

La Policía Militarizada está en estado de alerta y ha puesto en la calle a 17.500 agentes, incluyendo al personal de oficinas, lo que ha aumentado ostensiblemente la presencia policial en las calles.

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