Berlín entre el dilema de atajar todo brote antisemita y el horror por Gaza

  • El Gobierno alemán trata de dominar los brotes de antisemitismo surgidos en medio de las protestas contra el proceder de Israel en Gaza, un conflicto ante el que Berlín sigue la norma de la extrema cautela por responsabilidad histórica.

Gemma Casadevall

Berlín, 23 jul.- El Gobierno alemán trata de dominar los brotes de antisemitismo surgidos en medio de las protestas contra el proceder de Israel en Gaza, un conflicto ante el que Berlín sigue la norma de la extrema cautela por responsabilidad histórica.

Apenas un par de episodios entre las manifestaciones de estos días en distintos puntos de Alemania contra Israel, han sido suficientes para desatar las alarmas del Ministerio de Interior y de Justicia, la condena de la canciller, Angela Merkel, y una llamada al coraje cívico del presidente, Joachim Gauck.

Todo acto antisemita es "un ataque a la libertad y la tolerancia, un intento de socavar los principios de una sociedad democrática", apuntó hoy la canciller, oficialmente de vacaciones desde el sábado, a través de un comunicado leído por su viceportavoz, Georg Streiter.

Que en Alemania exista una "comunidad judía revitalizada" es motivo de "satisfacción" del Gobierno y la inmensa mayoría de la ciudadanía, proseguía Merkel, para garantizar que todo ataque a objetivos o miembros de ese colectivo será perseguido con rigor.

"Llamo a todo alemán, a todos los ciudadanos, a levantar la voz ante todo nuevo síntoma de antisemitismo en nuestras calles", apuntaba Gauck, según el cual "ni las autoridades, ni la policía, ni los ciudadanos, ni menos aún este presidente" tolerarán tales actitudes.

El derecho a la existencia de Israel ha sido consigna de Estado de los sucesivos gobiernos federales del país, a modo de reconocimiento de la responsabilidad histórica de la Alemania actual hacia ese país tras el Holocausto nazi.

Anclada a ese compromiso ha discurrido la prudencia extrema mostrada por los Ejecutivos alemanes frente a Israel desde la posguerra a la actualidad, sea en medio del rechazo internacional por la política de asentamientos judíos o frente a las reiteradas incursiones en los territorios palestinos.

Esta norma se ha movido apenas milimétricamente en medio del estupor por la muerte de centenares de civiles en la presente ofensiva en Gaza. Berlín reacciona recordando sistemáticamente el derecho de Israel a defenderse, insistiendo en que Hamás utiliza a su población como escudo humano, aunque apremiando a poner fin a matanzas "desproporcionadas".

Paralelamente, sus autoridades tratan de atajar de raíz los conatos de antisemitismo registrados estos días, a menudo camuflados entre las manifestaciones de protesta que, como en otras partes de Europa, se han producido en Alemania.

El temor a que la legítima protesta dé alas a los enemigos del Estado de Israel -desde la ultraderecha alemana al radicalismo islámico- lleva a Berlín a extremar sus precauciones, a niveles que en otros países se considerarían exagerados, vistas las dimensiones del horror que sacude Gaza.

La fiscalía de Berlín abrió diligencias por la difusión en una mezquita del barrio de Neukölln de un mensaje lanzado por un imán arengando a la muerte de los judíos.

Asimismo, se investigan las proclamas antisemitas registradas en manifestaciones pro-palestinas en Berlín, donde se escucharon gritos de "judío, judío, cerdo cobarde, sal fuera y lucha solo", mientras que en Essen (oeste) se detuvo a una decena de personas que presuntamente pretendían atacar una sinagoga.

Las autoridades berlinesas preparan un fuerte dispositivo ante una manifestación a favor de Israel, convocada para el viernes, que coincidirá con otra marcha por el centro de la capital alemana, tras la que la comunidad judía ve la mano de Irán.

El dilema entre dónde está la frontera entre la crítica a Israel y el antisemitismo es un "problema alemán", sentenciaba hoy en su edición digital el semanario "Der Spiegel".

La historia obliga a la ciudadanía a salir al paso de cualquier forma de odio antisemita sin esperar que sea la comunidad judía la que lo haga, proseguía ese medio, en alusión a las sucesivas intervenciones del presidente del Consejo Central de los Judíos, Dieter Graumann, o el embajador de Israel, Yajov Hadas-Handelsman.

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