Créditos fiscales para sustentar los ingresos de los pobres

Biden expande el estado de bienestar con un plan de rescate revolucionario

El tercer paquete para sacar a la economía de la profunda crisis provocada por la pandemia incluye un crédito dirigido a los hijos para combatir la pobreza infantil que podría hacerse permanente.

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Biden expande el estado de bienestar
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Estados Unidos se dispone a proceder a la mayor expansión del estado de bienestar en más de medio siglo, desde el presidente Lyndon B. Johnson. Sucederá en cuanto el demócrata Joe Biden estampe su firma en el tercer paquete de rescate que se adopta en el Congreso para sacar a la economía de la profunda crisis provocada por la pandemia. Un plan que va más allá del pago directo que se abonará a los contribuyentes o de la prórroga de la asistencia suplementaria a los parados.

Esas son las dos medidas que se llevan los titulares. Hay, sin embargo, otra que no recibe tanta atención y que puede ser revolucionaria a la hora de dar sustento a los ingresos de las familias más pobres. El paquete legislativo contiene un crédito fiscal reembolsable de 3.600 dólares por cada hijo menor de seis años, que se abonarán en pagos mensuales de 300 dólares. Esa cantidad se rebaja a 3.000 dólares anuales para los que tengan hasta 17 años.

En cierta medida, es una idea similar a la que Tony Blair planteó hace dos décadas para combatir la pobreza infantil en Reino Unido y que retoma en parte la propuesta de la renta universal que el empresario Andrew Yang prometió en las primarias demócratas las pasadas presidenciales. El principio es similar al que se sigue en los programas sociales de apoyo para las personas mayores que dejan de trabajar. Esta asistencia pública a los niños se elimina para las rentas más altas.

Se estima que el paquete legislativo que va a firma Joe Biden permitirá reducir la pobreza infantil este año del 14% actual al 6%. La medida beneficiará especialmente a la minoría negra e hispana, que están sufriendo el mayor impacto de la doble crisis sanitaria y económica. Se trata, por tanto, de un verdadero cambio sísmico en la política estadounidense que crea recelo entre los conservadores, porque da una garantía de un ingreso permanente a las familias.

El estímulo fiscal movilizado en EEUU para responder a la pandemia supera el equivalente al 20% del PIB. Es cuatro veces más que la respuesta que se dio a la crisis financia de 2008 y 2009, que no llegó al 5%. Dos billones se movilizaron en 2020 y para este se esperan casi tres billones más, contando con los 1,9 billones presupuestados en el paquete propuesto por Joe Biden. Se calcula que unos 700.000 millones llegarán a los consumidores durante los próximos cinco meses

Donald Trump y los republicanos lograron el apoyo sin fisuras de los demócratas en los dos primeros paquetes de estímulos que se adoptaron el pasado año. La amplitud y profundidad de la crisis hicieron necesaria una intervención pública que va más allá de lo que fue tolerable durante décadas en los EEUU. Joe Biden, por su parte, aprovechó la distracción creada por el segundo 'impeachment' para que los medios conservadores no prestaran atención a los detalles más jugosos de su plan fiscal.

El tercer paquete de estímulos, sin embargo, no tendrá el respaldo de los republicanos pese a que medidas como el apoyo directo a los hijos es una idea que ganó apoyo durante la crisis entre los conservadores moderados más jóvenes, como una vía justa para reducir la desigualdad, elevar las oportunidades y detener la caída en las tasas de natalidad. Es lo que defiende el ala más progresista entre los demócratas. Ambos sufrieron la fuerte moderación en los salarios.

La gran cuestión es si este apoyo fiscal podrá convertirse en un programa de asistencia permanente. El temor es que se desincentive la búsqueda de empleo

La gran cuestión es si este apoyo fiscal a los niños podrá sostenerse en el tiempo y convertirse en un programa de asistencia permanente para las familias con menos recursos. Ahí emerge una crítica. El temor principal es que con esta ayuda se desincentive la búsqueda de empleo, porque una familia puede cobrar más crédito tributario por hijo de lo que paga en impuestos y de lo que gana con sus salarios cuando se combinan con otros créditos fiscales por hijo.

Los conservadores también ponen en duda el momento en el que se adopta la medida, justo cuando el proceso de administración de la vacuna se acelera y la economía empieza a recuperarse. La tasa de paro bajó en febrero al 6,2%. Por eso entienden que el plan de los demócratas no busca aliviar el impacto del coronavirus, sino expandir y afianzar el papel del gobierno como garante de los ingresos. En este sentido, insisten en que solo una parte pequeña va dirigido a la pandemia.

Los demócratas repiten que esta crisis es de una naturaleza muy diferente a otras que enfrentó el país y argumentan que la transferencia de ingresos es necesaria para garantizar que las familias más afectadas no pasen hambre ni estén a riesgo de perder sus casas. Sin embargo, no es un secreto que la intención de la Administración que preside Joe Biden es que muchas de estas disposiciones se hagan permanentes al tiempo que buscan desmantelar la rebaja fiscal de Trump.

Como dice el excongresista Barney Frank, uno de los que definieron la respuesta a la crisis financia, "hay un nuevo consenso y es que el Gobierno tiene un papel importante que desempeñar" a la hora de ayudar a la economía. La secretaria del Teroso, Janet Yellen, insiste que es mejor que quedarse cortos. La gran mayoría de los estadounidenses también apoya esta visión plasmada en el paquete de rescate, de acuerdo con las últimas encuestas de Monmouth y Quinnipiac.

Los demócratas aprendieron, además, a ignorar los miedos de gastar demasiado y lo ven como una baza de cara a las legislativas de 2022. Al menos así lo sugiere Charles Schumer, el líder de la mayoría en el Senado, al recordar como perdieron las elecciones tras la Gran Recesión porque "el paquete de estímulos resultó ser demasiado pequeño", señala. Este, sin embargo, será uno de los más caros por su impacto y duplicará el coste si se extienden algunas provisiones.

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