En un solo día

Birmania vive otro baño de sangre sobre las protestas con al menos 91 muertos

La represión policial se convierte en la única reacción de la junta militar pese a los llamamientos de la comunidad internacional, de la ONU a Estados Unidos, a que cese la situación de violencia.

Un hombre en motocicleta atraviesa una barricada de fuego en Myanmar.
Un hombre en motocicleta atraviesa una barricada de fuego en Myanmar.
DPA vía Europa Press

Birmania continúa añadiendo días de luto a su historia. Al menos 91 personas han muerto este sábado por la represión de las fuerzas de seguridad birmanas contra los manifestantes que han salido a protestar una vez más contra el golpe de Estado militar del mes pasado; unas manifestaciones revigorizadas por tratarse del día de las Fuerzas Armadas en el país asiático.

"Nuestro recuento muestra que a las 16.30 (hora de Birmania), han sido asesinados 91 civiles en 40 ciudades de todo el país por las fuerzas del régimen golpista", indica el medio en un mensaje publicado en su cuenta de Twitter, acompañado de una tabla de víctimas configurada a a través de las declaraciones de activistas y testigos.

Los incidentes han ocurrido en diferentes manifestaciones convocadas en localidades como Mandalay, las inmediaciones de Rangún, o Kyaikhto. Entre las víctimas mortales habría una niña de 13 años, según las fuentes del medio local Myanmar Now. Entre los fallecidos también se encuentra un joven de 21 años, identificado como Chit Bo Nyein, capitán del equipo sub-21 del club de fútbol del Hantharwady United, que recibió un disparo de las fuerzas de seguridad cuando ayudaba en la tetería de su familia en la localidad de Insein, en Rangún.

Además, la Embajada de EEUU ha confirmado en las últimas horas un ataque a tiros contra el Centro Americano de Rangún, sin que por el momento se haya identificado a sus responsables. El ataque no ha dejado víctimas que lamentar, informa Ep. El número provisional de detenidos a lo largo de todo el día rebasa ya los 25, de acuerdo con el Myanmar Now.

Más de 320 personas han muerto ya por la represión de las autoridades militares contra las manifestaciones, en medio de la condena Estados Unidos, la Unión Europa y multitud de organizaciones internacionales. Promesas de elecciones libres como la realizada este mismo sábado por el comandante en jefe del Ejército birmano, Min Aung Hlaing, contrastan con anuncios como el realizado en la víspera por el canal de noticias estatal MRTV, que advertía a los civiles de que no salieran a las calles hoy porque podrían recibir "un tiro en la cabeza o en la espalda".

Como viene siendo habitual, los manifestantes han exigido la liberación de la líder 'de facto' del país, Aung San Suu Kyi, ahora bajo arresto domiciliario después de la asonada. El Ejército birmano ha denunciado que el partido de la detenida, la Liga Nacional para la Democracia, manipuló el resultado de las elecciones de noviembre de 2020, detonante del golpe. El partido niega las acusaciones y pide a los militares que aporten pruebas de ello.

Mientras tanto, la enviada especial del secretario general para Birmania, Christine Schraner Burgener, ha vuelto a declararse enormemente preocupada por la violencia en curso cometida por las fuerzas de seguridad del país. "Entre los muertos se encuentran mujeres, jóvenes y niños", ha apuntado, antes de pedir "una respuesta internacional firme y unificada, hacia el restablecimiento del gobierno democráticamente elegido en Birmania".

El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ned Price, también ha expresado su preocupación por la situación que atraviesa el país y ha señalado que se encuentra "conmocionado" y "entristecido" por los indicios de que las "fuerzas de seguridad "están haciendo uso de la fuerza letal contra la población". En un comunicado, ha calificado estos actos de "brutales" y "horribles" y ha lamentado que estén afectando, además, a niños de corta edad, quienes también han muerto a manos de los militares.

"Expresamos nuestras más profundas condolencias a los familiares y seres queridos de todas las víctimas y condenamos las acciones de las fuerzas de seguridad birmanas en los mayores términos", ha dicho antes de matizar que el "régimen no puede gobernar mediante el terror".

Por su parte, el equipo de la ONU desplegado en el país ha dicho estar también muy "preocupado" por el impacto de los acontecimientos políticos, especialmente en las áreas ahora afectadas por el conflicto. Así, ha explicado que el equipo está prestando ayuda a 1 millón de personas, aproximadamente, de las cuales un tercio son desplazados a nivel interno. Sin embargo, ha lamentado que el trabajo de las ONG se vea "obstaculizado por la falta de acceso al sistema bancario". La organización ha señalado, asimismo, que únicamente cuenta con un 10% de los 270 millones de dólares que necesita para ofrecer la ayuda necesaria a la población birmana.

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