Boris gana impulso y UK acaricia el Brexit duro: tres preguntas necesitan respuesta

  • Johnson, favorito para ser el próximo 'premier', arrasa en la carrera para suceder a May. Promete dejar la UE, con o sin pacto, el 31 de octubre.
Boris Johnson logra más del 33% de apoyos en la primera votación de las primarias conservadoras
Boris Johnson logra más del 33% de apoyos en la primera votación de las primarias conservadoras
EFE

Nueva etapa en la carrera por suceder a Theresa May al frente del Gobierno británico... con victoria aplastante del 'caballo favorito'. El polémico Boris Johnson, exministro de Exteriores y figura indiscutible entre los 'brexiteers' más duros, se aleja de sus principales rivales para hacerse con Downing Street: Jeremy Hunt y Michael Gove.

El exalcalde de Londres, que lanzó su candidatura prometiendo consumar el Brexit el 31 de octubre con o sin acuerdo con la Unión Europea, recibió 126 votos de los diputados 'tories' frente a los 46 de Hunt. En el camino se quedó Dominic Raab, exministro del Brexit, eliminado al lograr menos del 10% de los apoyos, un reflejo de la visión de los 'tories' sobre la labor del Gobierno en la caótica negociación con Bruselas. 

Las votaciones continuarán esta semana hasta que solo queden dos finalistas, que después se someterán a una elección entre los afiliados del Partido Conservador. El resultado se conocerá el 22 de julio, aunque no hay mucho margen para la sorpresa. Johnson, claro favorito para ser el próximo 'premier' británico, ha conseguido incluso el apoyo del europeísta Matt Hancock, uno de sus antiguos rivales.   

Algunos de sus competidores en la lucha por la sucesión también apoyan un Brexit duro si esa es la única opción para romper con Bruselas -Rory Stewart, con 37 votos, es el único que se opone a un divorcio no negociado-.  Dado que la Unión Europea ha repetido hasta la saciedad que no renegociará el Acuerdo de Retirada consensuado entre May y los Veintisiete, una salida sin acuerdo es cada día más probable. Estas son las preguntas que necesitan respuesta sobre un escenario de ‘no deal’ para el que la mayoría de las empresas todavía no ha puesto en marcha planes de contingencia. 

¿Cómo obligará el 'premier' a las empresas a prepararse? 

Una vez que Reino Unido salga de la UE, será tratado como un “tercer país” y las empresas con sede en territorio británico necesitarán ajustarse a la nueva legislación para comerciar dentro y fuera de la Unión. Por ejemplo, las compañías británicas deberán obtener un número de registro e identificación de los operadores económicos (EORI) para comerciar bienes con la UE; también deberán organizar declaraciones aduaneras para importaciones y exportaciones y necesitarán registrarse para procedimientos simplificados transaccionales con el fin de simplificar los procesos aduaneros cuando importen bienes desde la UE. Todo este proceso supondrá un aumento de costes notable tanto para las empresas ‘comunitarias’ que trabajen en el mercado británico como para las compañías inglesas que venden a la UE. Los sectores del automóvil, el agroalimentario o el ‘retail’ se encuentran entre los más afectados.

Aún así, solo un 23% de las empresas han activado sus planes de contingencia para un escenario de ‘no deal’, según un sondeo del Instituto de Directores. En mayo, únicamente 69.000 de las 240.000 empresas que necesitan registrarse para obtener un número EORI lo habían hecho. Además, menos del 10% de esas 240.000 empresas se han registrado para los procedimientos simplificados transaccionales.

El propio Ministerio para la Salida de la UE ha advertido que las empresas británicas no están lo suficientemente preparadas para un Brexit duro. Si el próximo 'premier' quiere materializar el divorcio a finales de octubre sin acuerdo con Bruselas, deberá encontrar una forma de obligar a las compañías a intensificar sus planes para evitar que la industria y los consumidores sufran graves trastornos.

¿Cómo negociará UK acuerdos de comercio con terceros países si no hay pacto con la UE?

Actualmente, la UE tiene casi 50 acuerdos de comercio en vigor (o parcialmente en vigor) con países y bloques comerciales de todo el mundo. Si Reino Unido abandona la UE sin un acuerdo dejará de estar sujeto a dichos tratados.

Londres ha intentado negociar con diversos países para prorrogar los acuerdos de comercio de la UE y que continúen aplicándose en un Brexit duro. Hasta ahora solo ha tenido éxito en la firma de 12 acuerdos de sustitución e incluso estos no replican con precisión los tratados de la UE actualmente en vigor. El Gobierno británico también necesitará que se aprueba la ‘Trade Bill’ para implementar dichos acuerdos bajo la legislación británica.

Más allá de los acuerdos ya existentes, es probable que a Londres le cueste cerrar nuevos tratados con países que no pertenezcan a la UE en un escenario de ‘no deal’, que extendería una imagen de inestabilidad a corto plazo. Y solo cuando se establezca la relación con el bloque podrán esos terceros países determinar significativamente su relación comercial con Reino Unido, dada la interconexión del comercio UK-UE.

¿Y Gibraltar?

En el Peñón, epicentro de la disputa entre el Gobierno español y el británico durante el diseño del Acuerdo de Retirada, las economías española y gibraltareña están profundamente entrelazadas. Las industrias del sector servicios de Gibraltar dependen de aproximadamente 10.000 trabajadores que cruzan cada día la frontera. Actualmente, el Acuerdo de Retirada protege los derechos de estos trabajadores y contiene aplicaciones específicas al territorio de Gibraltar.

Para un eventual escenario de ‘no deal’ el Gobierno español ha propuesto medidas unilaterales para mantener la relación económica entre España y la colonia británica, aunque son temporales y revocables. Un Brexit duro aumenta la posibilidad de que se endurezcan los controles en la frontera, lo que provocaría retrasos y perturbaciones para la economía del Peñón. Sin un acuerdo con la UE, cuesta imaginar qué pasos podría tomar Londres para garantizar el flujo de bienes y servicios.

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