Brexit: Farage y los euroescépticos, los grandes beneficiados del fracaso de May

Nigel Farage, líder del Partido del Brexit
Nigel Farage, líder del Partido del Brexit
EFE

Si hay alguien que ha salido claramente reforzado de la dimisión de Theresa May, anunciada este viernes, ese es Nigel Farage. El líder del Partido del Brexit es el gran favorito para imponerse en las elecciones europeas en Reino Unido, donde las últimas encuestas le sitúan en cabeza con una estimación de voto del 33,4%; pero, además, la ausencia de un líder que encauce el proceso del Brexit le coloca en una situación inédita hasta ahora: su partido no solo logrará una previsible victoria en Europa, sino que también podría optar a la victoria en unas eventuales elecciones generales en Reino Unido.

Cierto es que los británicos suelen votar de manera distinta, dependiendo de si lo hacen en clave regional, nacional o continental; pero también lo es que la incapacidad de May para concluir en los últimos meses el tortuoso proceso del Brexit no ha hecho más que alimentar el euroesceptismo entre los votantes. Es más, las últimas encuestas apuntan a una irrupción sin precedentes del Partido del Brexit si se celebrasen unas elecciones generales en Reino Unido: nada menos que un 17,32% votaría a la formación de Farage.

Esto colocaría al principal partido euroescéptico como la tercera fuerza más votada, solo por detrás de los conservadores (23,76%) y los laboristas (29,08%), quienes se harían con el poder tras recuperar casi 12 puntos respecto a las elecciones de 2017. Quizás sea esta tendencia al alza, y no tanto un hondo sentido de Estado, lo que ha llevado a Jeremy Corbyn a rechazar cualquier Gobierno conservador que se geste tras la dimisión de May, exhortando al actual Ejecutivo a convocar nuevas elecciones.

"El Parlamento está en un punto muerto y los conservadores no ofrecen soluciones a los otros desafíos importantes a los que se enfrenta nuestro país. Lo último que necesita el país son semanas de luchas internas conservadoras seguidas de otro primer ministro no electo [en unas generales]", comentaba Corbyn este viernes tras el adiós anunciado por May. Unas luchas internas que podrían dejar vía libre a los euroescépticos en el caso de una nueva convocatoria electoral en los próximos meses.

Unidad entre los euroescépticos

La confianza de Farage y los suyos es tal que el Partido del Brexit solo se ha gastado 22.696 euros en campañas en Facebook (su canal de comunicación habitual). Pero se trata de una estrategia perfectamente calculada por Steve Edgington, el joven de 19 años a cargo de las campañas y que previamente había trabajado en la web proBrexit 'Westmonster' [un juego de palabras con la sede del Gobierno, Westminster]: con esa cantidad, aspiran a haber calado en los 110.000 seguidores que tiene el partido en Facebook. En este sentido, el 'sorpasso' entre los partidos euroescépticos es tan evidente que el Ukip, que cuenta con más de 578.000 seguidores en la red social, ha destinado menos de 100 libras (113 euros) a campañas pagadas.

Esa voluntad unificada en el partido de Nigel Farage -el Ukip solo tiene una intención de voto del 2,7%, según las últimas encuestas- contrasta con la división que viven los partidos antiBrexit: Change UK, el partido creado expresamente contra la salida de Reino Unido de la UE, es la tercera fuerza en el bloque (5,8%), por detrás de los liberales demócratas (17,3%) y los verdes (9,2%). Por detrás, el escocés SNP se queda con el 4,3% y el galés Plaid Cymru obtendría el 1% de los votos, según las encuestas.

En cualquier caso, esa acumulación de fuerzas proBrexit en torno a la figura de Farage es algo paradójica, ya que el líder euroescéptico, que ya consiguió alzarse con la victoria con el Ukip en las elecciones europeas de 2014, se retiró inmediatamente del proceso de divorcio con la UE alegando que su perfil no era el de político. "Soy un hombre de negocios. La única razón por la que me metí en política fue para sacar al Reino Unido de la UE. Una vez conseguido el objetivo, llega el momento de retirarme", explicaba entonces.

En cualquier caso, las elecciones europeas ya están sentenciadas en Reino Unido, donde la votación se llevó a cabo este jueves, por lo que independientemente del resultado -que se conocerá el domingo-, la ola de euroescepticismo promete extenderse en los próximos días y semanas, ya que el anuncio de la dimisión de May ha llegado después de la celebración de los comicios, bien para no interferir en la votación, bien porque los conservadores querían esperar a saber los resultados para exigir su salida con más presión a la primera ministra.

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