Bryan Stevenson, el ángel de la guarda del corredor de la muerte

    • Stevenson, abogado, lidera la organización Equal Justice Initiative, que defiende a presos en el corredor de la muerte en Estados Unidos, a menores en la cárcel y a aquellos tratados injustamente.
    • La pasada semana consiguió la liberación de Anthony Ray Johnson, que llevaba 28 años en el corredor de la muerte por un crimen que no cometió.
Bryan Stevenson en la charla TED en 2012"
Bryan Stevenson en la charla TED en 2012"
James Duncan Davidson. Licencia CC BY-SA 3

Es el ángel del corredor de la muerte. El acompañante, defensor y la única esperanza que les queda a muchos de aquellos en la milla verde: el lugar donde, durante años, los presos en Estados Unidos esperan el final, con una ejecución por inyección letal, silla eléctrica o pelotón de fusilamiento. Algunos lo llaman el 'El joven Nelson Mandela de América'.Bryan Stevenson es abogado y creador, además de director, deEqual Justice Initiative, una organización sin ánimo de lucro que se encarga de defender y mediar por aquellos que ya han perdido, junto a su libertad, toda esperanza. Desde Alabama, su trabajo se centra en presos de toda condición, pero especialmente en aquellos más indefensos, como niños y condenados a muerte.

Hace unos días, su organización conseguía vencer en uno de sus casos más mediáticos. El estadounidense Anthony Ray Hinton, de 58 años de edad, salía de la cárcel, después de pasar 28 años en el corredor de la muerte de Alabama. Injustamente: había sido acusado del asesinato de dos personas, de un crimen que no cometió. Junto a él, ya son 116 los hombres salvados de la cadena perpetua por la entidad, creada en 1989. Y, junto a él, a su salida de la cárcel, sonreía su liberador: Bryan A. Stevenson.

Todo ello gracias a su labor. Una tarea de décadas que ser rige bajo las palabras de una mujer: la abuela del activista. En una entrevista en Desert Island Discs, el veterano programa musical de la BBC, Stevenson recalcaba las palabras de su abuela, hija de esclavos: "tienes que acercarte a las cosas para poder entenderlas realmente". "Era dura, era fuerte, era poderosa", contaba en 2012 sobre ella, "siempre querías estar cerca de ella". Una abuela que, además, cuando él tenía 9 años, le hizo prometer que "siempre iba a hacer lo correcto. Incluso cuando lo correcto fuera lo difícil"."No he conocido nunca nadie para quien no quede esperanza"

Otra de las máximas con las que trabaja es una aprendida a base de defender a inocentes, de pedir libertad y de visitar a aquellos en el último lugar del mundo: las celdas de los condenados a muerte. Su lema: "cada uno de nosotros valemos mucho más que lo peor que hayamos podido hacer". Así, con una fe inquebrantable en la dignidad humana, prosigue su labor, y suma más nombres los de inocentes liberados, pero también sigue su trabajo de apoyo para aquellos culpables.

Nacido en una familia afroamericana, fue el primer miembro de su familia en ir a la Universidad: nada más y nada menos que Harvard. Antes, había estudiado de niño en una escuela segregada: sólo para personas de raza negra. Sus bisabuelos fueron esclavos. Su abuelo, a sus 86 años, fue brutalmente asesinado.

"Es un trabajo difícil", reconocía a la BBC. Visita a personas en la cárcel, entre ellas niños: Estados Unidos es el único país del mundo que condena a niños de 13 años a cadena perpetua, a morir en la cárcel. Además, su lucha se centra en la discriminación racial en el sistema judicial de EEUU. Pero sobre todo, acompaña a los presos, se acerca a ellos e intenta comprender: "son personas condenadas, personas que han sido juzgadas de no tener ningúna característica moral que les redima, para los que no queda esperanza. No he conocido nunca nadie para quien no quede esperanza".

No defiende solo a inocentes. Todo el mundo merece compasión, explica. "He representado a personas que han hecho cosas muy complicadas y peligrosas", explica, "incluso algunos que deberán ser institucionalizados durante un largo periodo de tiempo", cuenta, pero recalca: "nunca he conocido a nadie del que pueda decir que no queda esperanza". Es una idea —su pasión—creer en el ser humano: "Creo que si alguien dice una mentira no es sólo un mentiroso, que si alguien toma algo que no es suyo no es sólo un ladrón. Incluso si matas a alguien, no eres sólo un asesino". "Me enorgulle defender la dignidad del ser humano", resalta. Su defensa de personas culpables es ir más allá de lo que harían otros muchos: defender a inocentes es muy fácil, se podría argumentar.

"No estoy en contra del castigo", argumenta ante sus críticos. Pero su labor es otra: "el sistema judicial estadounidense está marcado por el error: de cada 9 personas que han sido ejecutadas en America, hemos identificado a una que era inocente". Es un error impermisible: si alguien tuviera 1 de 9 posibilidades de sufrir accidente de avión, por ejemplo, nadie se subiría al aparato, argumenta.El corredor: donde reafirma su fe en el ser humano

La luz de su vida está en ese corredor: "he tenido clientes que han pasado mucha parte de mis visitas intentando animarme a mi, preocupados por mi estado mental cuando trataba con un tema complejo. Hay una dinámica, incluso en el corredor de la muerte, que reafirma mis esperanzas y aspiraciones, sobre lo que pueden y deben hacer los seres humanos".Clemencia: es, si se tuviera que resumir en una palabra, su tarea, y cómo tituló su autobiografía:Just Mercy('Solo clemencia').

Mostrar comentarios