Dos años del califato del EI: menos territorio, pero sigue atemorizando al mundo

  • Desde que Estado Islámico proclamó su califato, la organización ha perdido casi la mitad del territorio en Irak y en torno a un 20 por ciento en Siria.

    La formación adolece pero continúa horrorizando al mundo, en las redes y a través de sus lobos solitarios dispuesto a atacar en cualquier momento.

Dos años de califato: menos territorio pero más lobos dispuesto a atacar
Dos años de califato: menos territorio pero más lobos dispuesto a atacar

Se cumplen dos años desde que el portavoz de Estado Islámico, Abu Mohamed al Adnani, proclamase el califato y a su líder,  Abu al Bagdadi, califa. Un cargo de gran simbolismo en el mundo musulmán que hace referencia al sistema de gobierno establecido tras la muerte de Mahoma en 632. Al establecerlo, la formación yihadista evocaba al periodo de máximo esplendor del imperio musulmán, y se atrevía a reclamar algo que ni siquiera  Osama Bin Laden se había atrevido.

El 29 junio de 2014, Estado Islámico extendía su dominio desde Diyala (este de Irak) hasta Alepo (norte de Siria) y su líder exigía a todos los musulmanes que emigrasen de forma obligatoria al califato. Ante la pasividad de la comunidad internacional fue conquistando amplios territorios en Irak y Siria, apoderándose de su riqueza y sometiendo a los habitantes de su territorio.

En el último año,  la fortaleza del Estado Islámico ha menguado sobre el terreno. Pese a la ineficacia de los bombardeos de la Coalición Internacional,  el departamento de Defensa de EEUU anunció en mayo que los yihadistas han perdido el 45 por cierto del territorio en Irak y un 20 por cierto en Siria. El antes y después lo marcó la entrada en el conflicto de Rusia, país aliado de Siria que puso en marcha una serie de ataques aéreos y terrestres contra Estado Islámico.

Muchas de las grandes conquistas de los yihadistas ya han sido recuperadas. Es el caso de Palmira en Siria o, más recientemente, Faluya en Irak. Además, varias ofensivas tratan de recuperar las dos grandes capitales del autodenominado califato: Mosul, la capital espiritual y Raqqa, la capital administrativa. Por otro

Por otro lado, en Libia los yihadistas también están perdiendo terreno, concretamente en su bastión en este país, Sirte, donde el ejército trata de expulsarles.

El recrudecimiento de los combates ha mermado la capacidad de mando de los terroristas. Durante estos dos años, ha sufrido importantes bajas, principiante los números dos para Irak y Siria, Abu Muslim al-Turkmani y Abu Nabil al Anbari. También han aumentado las noticias, sin confirmar, de la posible muerte del lider Abu Al Bagdadi. Pero sobre todo, el Estado Islámico ya no es tan atractivo. Según los cálculos de Washington Post ha reducido de 2.000 a 200 los nuevos reclutas al mes.

La formación adolece pero continúa horrorizando al mundo. Lo hace a través de sus lobos solitarios, dispuestos a atacar en nombre de la organización y su propaganda, capaz de llegar a cualquier rincón del mundo.  Solo en el mes de junio, han tenido lugar dos de los más sangrientos ataques, el de Orlando en EEUU y ahora el de Turquía. Solo en el mes de junio, 46.000 fieles están recordando que el califato entra en su año II. 

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