Nuevo "cargo de agua dulce"

El cambio climático pasa factura al Canal de Panamá y sube la cuota de sus clientes

Canal de Panamá. / Pixabae
Canal de Panamá. / Pixabae

Los 'Papeles de Panamá', el caso Odebrecht, desfalcos internacionales… Panamá ha sido el centro de atención de los casos de corrupción más escandalosos de la última década. Pero a nivel local, su joya económica es el Canal de Panamá que ha logrado mantener su maquinaria en marcha y no se ha visto salpicado por ninguno de estos vaivenes. Todo han sido éxitos –incluyendo la ampliación de Sacyr pese a los pleitos por sobrecostes- pero ahora la vía interoceánica afronta uno de los desafíos más difíciles en su historia.

Las advertencias de Greta Thunberg se han materializado en la cuenca hidrográfica y el descenso de las lluvias por el cambio climático ha ocasionado la disminución de la cantidad de agua disponible para el cruce de navíos. Ante esta situación, la entidad ha decidido incrementar la factura del paso y esto afectará a ese 5% del comercio mundial que utiliza la vía. De hecho, España ocupó el puesto 14 entre los países que crearon más flujo de carga en 2019 y 27 buques con la bandera del país cruzaron el estrecho camino el año pasado.

Se trata de "un cargo de agua dulce". Fuentes de la Administración del Canal de Panamá (ACP) contaron a 'La Información' que a partir de este sábado 15 de febrero se incorporará el valor del recurso en el renglón de la factura correspondiente a otros servicios marítimos. "El cargo tiene un componente fijo que oscila entre 2.500 y 10.000 dólares, dependiendo del tamaño del navío, y un componente variable que se sitúa entre el 1% y el 10% de la factura total, en función de la cantidad de agua disponible. Las autoridades panameñas reconocen que la frecuencia del paso de barcos se podrá ver afectada por las nuevas tarifas, razón por la que la ACP se había negado a engrosar los 'tickets' hasta ahora en las facturas, pero otros canales, como el de San Lorenzo en EEUU y el Rin de Alemania, ya han implementado medidas similares y han marcado la pauta a Panamá..

El cruce de los busques no es barato de por sí. Los barcos con dimensiones Panamax (hasta 294 metros de eslora) pagan entre 300.000 y 400.000 dólares por navegar en aguas panameñas. Los buques que cruzan el canal ampliado, los NeoPanamax (grandes cargueros y petroleros) pagan entre 500.000 y 800.000 dólares. En cuanto a los barcos pequeños, como un velero de 50 pulgadas, el coste para atravesar el país es de 800 dólares y para los que miden entre 50 y 80 pulgadas, el peaje asciende a 1.300. Esta actividad genera un aporte muy importante al Gobierno local. Al cierre fiscal de 2019 los ingresos alcanzaron los 3.365 millones de dólares, el nivel más alto desde su inauguración, de los que el Fisco panameño se quedó con unos 1.786 millones.

El recorrido del Canal de Panamá permite la hazaña de cruzar del océano Pacífico al Atlántico en un recorrido de 80 kilómetros que dura entre 8 y 10 horas.  Cada navío utiliza un promedio de 52 millones de galones de agua fresca (casi 2 millones de hectólitros) proveniente de los lagos Alajuela y Gatún. La vía ampliada por Sacyr incluye depósitos que evitan que el 60% del agua sea desperdiciada en el mar cuando se acaba el trayecto, pero el antiguo trayecto no lo hace, con lo que gran parte se desperdicia. Las autoridades han activado la alarma porque el año 2019 concluyó como el quinto más seco de los últimos 70 años en cuanto al registro de lluvias y no se puede desperdiciar así el agua dulce.

Gráfico de la Autoridad del Canal de Panamá.
Gráfico de la Autoridad del Canal de Panamá.

Esta escasez de agua no solo afectará al funcionamiento de la institución. El problema se agrava cuando se toma conciencia de que los lagos que abastecen al canal también son responsables de surtir agua a casi la mitad del país. El administrador de la ACP, Ricaute Vasquez, aseguró a los medios en una comparecencia de prensa que "siempre pensamos que el agua era abundante y gratuita, al igual que el aire (...) y la historia ha demostrado que no es así". 

En declaraciones a La Información, la institución explicó algunas de las medidas tomadas para paliar la situación, como la suspensión de la generación de energía en la hidroeléctrica de Gatún para no gastar agua a través de las turbinas; la eliminación de la asistencia hidráulica en las esclusas Panamax, porque agilizan el tránsito de los barcos pero emplean más agua; la implementación de "esclusajes cruzados" o el envío de agua entre los dos carriles de las esclusas durante los tránsitos para reducir su vertido al mar; y hacer que dos barcos pasen al mismo tiempo. Otras medidas, como desalinizar agua de mar también se están estudiando, pese a que tienen un coste más elevado.

En estos momentos es verano en Panamá. El lago Gatún apenas ha alcanzado una altura de 83 pies (unos 25 metros), cuando debería estar en unos 88 (27 metros). La administración del Canal de Panamá espera que con estas medidas el problema disminuya y su directiva viajará a países como Israel en los próximos meses para estudiar más opciones. En los próximos años se verá la capacidad de acción de una institución y un gobierno para cuidar las aguas que abastecen las necesidades primarias de la mitad de un país y a una parte importante de su actividad económica. 

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