Ladrillos contra gases lacrimógenos: la protesta en Hong Kong ya es violenta

  • Según la policía, los manifestantes han tirado ladrillos y bombas de gasolina. Por primera vez en tres meses, los agentes usan cañones de agua. 
Manifestantes durante los disturbios en Tsuen Wan, Hong Kong. / EFE
Manifestantes durante los disturbios en Tsuen Wan, Hong Kong. / EFE

Por primera vez desde que hace tres meses arrancaron las protestas, la policía de Hong Kong usó este domingo cañones de agua para dispersar a la población en una nueva tensa jornada de marchas prodemocráticas en la que se vivieron incidentes violentos. La marcha más multitudinaria arrancó a las 15.00 hora local (07.00 GMT) entre las zonas de Kwai Chung a Tsuen Wan, una protesta que fue inicialmente prohibida por la policía pero luego autorizada, después de que los organizadores se comprometieran a mantener la ruta.

Este tipo de tratos entre la policía y los activistas se han convertido en un hecho cada vez más frecuente en las últimas semanas a medida que las protestas se vuelven cada vez más violentas. Sin embargo, aunque estaba previsto que la marcha continuara con una concentración en un parque cercano, en torno a las 16.00 hora local algunos manifestantes comenzaron a crear barricadas improvisadas.

Una hora y media después la policía antidisturbios se desplegó y comenzaron a lanzarse gases lacrimógenos para dispersar a la multitud en Tsuen Wan. Según denuncia la policía en un comunicado, los manifestantes les han tirado ladrillos y bombas de gasolina. Alrededor de las 18.00 hora local (10.00 GMT), dos vehículos de cañones de agua hicieron aparición y la policía disparó contra las barricadas, tratando de derribarlas infructuosamente.

Por otro lado, este domingo se conoció que un total de 29 personas fueron detenidas tras haber participado en una marcha el sábado en la que se sucedieron episodios violentos. Están acusadas de delitos como la reunión ilegal, la posesión de armas ofensivas y la agresión a agentes de policía. La autoridad hospitalaria de la ciudad informó que al menos diez personas fueron atendidas en hospitales públicos y que dos están "en condiciones serias".

Las multitudinarias protestas callejeras, que están suponiendo la mayor crisis política en décadas para la urbe, se han sucedido desde principios de junio, y algunas de ellas han terminado en violentos enfrentamientos entre la policía y los manifestantes.

Cuando las protestas comenzaron, los ciudadanos mostraban su rechazo a un proyecto de ley de extradición presentado por las autoridades locales que permitiría la entrega de sospechosos a jurisdicciones sin acuerdos previos como la China continental, algo que los opositores al texto consideran como el fin de las garantías judiciales que ofrece el sistema hongkonés.

Sin embargo, las manifestaciones han ido evolucionando en las últimas semanas hacia demandas más amplias sobre los mecanismos democráticos de la ciudad y hacia el rechazo a la creciente influencia de Pekín en los asuntos locales.

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