El captagon, la ‘anfetamina' de los yihadistas, ya causa estragos en el Golfo

  • Es un poderoso afrodisíaco que inhibe el dolor y el miedo, y reduce la sensación de hambre a los combatientes. Procede de la fenetilina y es una de las grandes amenazas actuales.

    Desde Líbano, donde se ha llegado a incautar casi de 200 millones de euros de Captagon en un solo mes, la sustancia viaja a los países del Golfo, los principales consumidores. 

Las fuerzas de seguridad sirias secuestran una carga de Captagon.
Las fuerzas de seguridad sirias secuestran una carga de Captagon.
Diego Caldentey

El caos en Siria propulsó en el país y en el vecino Líbano la fabricación descontrolada y el tráfico del captagon, una droga destinada a los combatientes y consumida principalmente en los países del Golfo. Esta sustancia es una especie de anfetamina que inhibe el dolor y el miedo. Por su terrible nivel de daño a las personas y la cantidad de víctimas, ha sido alertada como una de las más grandes amenazas por el último informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE).

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En realidad, Captagon es el nombre comercial de la fenetilina, que fue sintetizada por primera vez en 1961. Esta sustancia fue utilizada durante veinticinco años como una alternativa a las propias anfetaminas en el tratamiento de diversos trastornos, por ser más suave. El tratamiento de personas con trastornos de hiperactividad o incluso para el tratamiento de la narcolepsia, por ejemplo, demandaba de este producto farmacológico.

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Solo en el Líbano se ha llegado a incautar casi de 200 millones de euros de Captagon en un solo mes, durante el pasado año. Desde allí, la droga 'viaja' hasta todos los grupos emparentados con la Yihad. Los combatientes de Estado Islámico (EI) se muestran proclives al consumo de este psicoestimulante, que disminuye el miedo, reduce la sensación de hambre y al que se le atribuyen propiedades afrodisíacas. Además de por vía oral, el Captagon puede también ser inyectable.

Hay un hecho ineludible que muestra los avances de la sustancia en el último año. Los servicios de seguridad sirios y libaneses han reforzado su lucha contra esta droga, que es producida en lugares donde las autoridades locales son permisivas respecto a su fabricación, o donde simplemente no existen, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).

Según las autoridades sirias, esta droga está tan presente en las calles que no hay militante que no pueda acceder a ella al momento y antes de cualquier acción bélica.

Líbano se muestra desde hace poco como país fabricante de esta sustancia. Es decir, es un claro y nuevo exportador de la misma. El captagon se mezcla habitualmente con cafeína y otras sustancias. Hace menos de dos meses, las autoridades libanesas anunciaron haberse incautado, en coordinación con Arabia Saudita, de 12 millones de pastillas de captagon y detuvieron al 'cerebro' de la célula encargada de la exportación hacia el Golfo.

Por su parte, la agencia siria antinarcóticos se ha incautado hace un año de 24 millones de pastillas, de las cuales cinco millones fueron confiscadas en el aeropuerto de Tartús. Pero, al margen de este operativo, la tendencia se acentúa. En Siria, asolada por la guerra, las autoridades aseguran que el captagon es una sustancia producida en las regiones bajo control de los rebeldes, sobre todo en el norte del país y cerca de Damasco.

El poderoso exitante comienza a causar estragos porque además provoca que las milicias yihadistas eliminen el cansancio y el miedo mientras se encuentran en el frente de batalla. En Líbano, los talleres en los que se produce captagon están concentrados a lo largo de la frontera con Siria, en el este o el norte, según la UNODC.

Allí, las redes que comercializan esta sustancia precisan de anfetaminas, a las que se les añade alcohol y ácido cítrico para fabricar captagon. Posteriormente, los ingredientes son secados y se colocan en una maquina utilizada normalmente para endurecer los caramelos. Después los productos se exportan a través del aeropuerto y el puerto de Beirut, donde las pastillas son diseminadas posteriormente por Turquía.

Los países del Golfo son los principales consumidores de este producto. Cada 'pack' de pastillas cuestan entre 4,6 y 9 euros). Arabia Saudí es otro de los países de destino por excelencia de la también conocida como 'anfetamina' de los yihadistas.

De acuerdo con el análisis de la UNODC, por sus siglas en ingles, con el colapso de la infraestructura estatal en Siria, el debilitamiento de las fronteras y la proliferación de grupos armados, el país ha pasado a convertirse en un importante centro de producción de drogas, en especial de estas anfetaminas adulteradas.

En este sentido, aunque no existen datos fiables en cuanto a su prevalencia de consumo, UNODC reportó un incremento notable en las cantidades de anfetamina decomisadas en Oriente Medio. Pero sí hay otras certezas: los servicios de inteligencia norteamericanos ya han alertado de que el consumo de Captagon por parte de miembros del Estado Islámico, Frente Al Nusra y el Ejército Sirio Libre es cada vez más frecuente, y se cree que cuando los terroristas cometen atentados podrían estar bajo la influencia de esta droga.

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