Trágico suceso

Cárcel para un padre que dejó morir a su bebé mientras jugaba a videojuegos

La investigación de la policía expuso que las condiciones del apartamento en el que se encontraba la menor no eran nada óptimas, ya que se encontraron bolsa de basura por todas las habitaciones. 

Pantalla y consola videojuegos
Pantalla y consola videojuegos
UNSPLASH/CC/GLENN CARSTENS-PETER

Los hechos ocurrieron entre la noche del 19  y la tarde del 20 de diciembre del año 2017 en Glasgow. Los padres de la menor, Conroy y Boyle, de 27 y 24 años respectivamente, estaban en su casa viendo la televisión en el salón mientras su bebé se encontraba en su dormitorio. Después de cenar, la pareja se sentó frente al televisor y pasó largas horas mirando programas, viendo series y jugando a videojuegos. Se acostaron hacia las seis de la madrugada de la mañana siguiente. Cuando se despertaron, sobre las cinco de la tarde, Conroy vio que su hija Kiera Conroy, de 19 meses, estaba muerta. 

Cuando los agentes de la policía inspeccionaron la casa pudieron observar que había bolsas de basura amontonadas por todas las habitaciones. Los médicos han asegurado que esta acumulación de residuos podría haber supuesto un riesgo de asfixia para la menor. Además, el contacto con los pañales sucios, que había en las bolsas, pudieron haber provocado que Kiera se contagiara de alguna infección bacteriana. 

Ante el tribunal, el padre reconoció haber causado o provocado, de forma consciente, que su hija sufriera maltrato o estuviera descuidada, algo que pudo causarle daños en su salud. En este sentido, las revisiones médicas de la menor sacaron a luz que, durante el día de los hechos, la bebé había sido alimentada con cuatro nuggets de pollos y unos aros de espagueti. Tras esto, Kiera pasaría 21 horas sin ingerir ningún otro tipo de alimento

Condenado a prisión

El padre del bebé ha sido condenado a 14 meses de prisión por la muerte de la menor. El sheriff de la ciudad, Fergus Thomson, calificó como "trágico" el suceso. En declaraciones a los medios, el abogado de los padres ha señalado que Conroy y su pareja deberán vivir con la pérdida de su hija y "acepta que el cuidado de Kiera fue significativamente inferior a lo que cabría esperar".

Durante el juicio, la madre, Kirsty Boyle, aseguró que durante el tiempo que pasaron frente a la televisión  jugando a videojuegos no escucharon llantos de la menor, por lo que asumieron que estaba durmiendo. Sin embargo, a la mañana siguiente, se encontraron sin vida el cuerpo de su hija. Boyle también admitió que suministró a su hija a pastillas de valium por la calle.

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