Carmen Yulín Cruz: juventud, logros e historia negra del azote de Trump

  • Comenzó su carrera política en 1992. Desde entonces, su estilo firme y directo ha llevado a que la definan como "obstinada, testadura y luchadora".
Carmen Yulín Cruz
Carmen Yulín Cruz

Cuando en 1974, Carmen Yulín Cruz hizo sus primeros pinitos en 'política' como presidenta de clase y del Consejo de Estudiantes en el University High School nada hacía presagiar que sería el entrenamiento perfecto para plantar cara a un presidente de Estados Unidos, el mismísimo Donald Trump. Los ataques de la alcaldesa de San Juan a la administración estadounidense por su lentitud a la hora de ayudar a Puerto Rico tras el paso del huracán María han dado la vuelta al mundo. "Le pido al presidente de los Estados Unidos que se asegure de que alguien está a cargo de la tarea de salvar vidas. Porque lo que vamos a ver es algo parecido a un genocidio", ha sido uno de sus comentarios, que provocó un sonado cruce de acusaciones entre ambos políticos.

"Cruz suele actuar de forma directa, de frente. Ella no va a dejar que nadie haga lo que ella no está dispuesta a hacer"

Luis Vega
Luis VegaMiembro de la Cámara de Representantes

Nacida en Puerto Rico, en 1963, desde pequeña cosechó numerosos éxitos en sus estudios y como estrella del atletismo. Terminó escuela elemental en la Julio Sellés Solá con honores, igual que el instituto. Sus buenas notas le sirvieron para dar el salto al continente, donde se graduó Magna Cum Laude en Ciencias Políticas en la Boston University y realizó un máster en la Universidad de Carnegie Mellon en Pittsburg, siendo la primera estudiante en recibir el Spirit Award, un galardón de cine independiente. 

Pronto, comenzó a destacar en el plano profesional. Su carácter tenaz la hizo adentrarse en una de las áreas más complicadas de cualquier compañía: la de recursos humanos. A pesar de que en los años 80 los puestos directivos estaban en su mayoría copados por hombres, Cruz no se amilanó. En su currículo, aparecen empresas tan conocidas como Colgate, Inc., AT&T y Scotiabank, en las que conquistó los cargos más altos. Incluso llegó al Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. Sin embargo, el gusanillo de la política de sus tiempos de estudiante, unido a las ganas de ayudar a los colectivos más vulnerables en su tierra natal, no tardó en reaparecer. En 1992, regresó a Puerto Rico para trabajar como asesora de la alcaldesa de San Juan, Sila María Calderón.

En las elecciones del 2008, Cruz fue elegida como miembro de la Cámara de Representantes, donde destacó por ser una diputada incansable: presentó 90 proyectos de ley. Su preocupación por el pueblo y su entrega total a las causas que defendía no pasó desapercibida y cuando se presentó a la reelección consiguió ser la política con más votos en las primarias de la historia de su partido en el 2012. Además, por si fuera poco, su alta capacidad de trabajo hizo que pudiera compaginarlo, no solo con el cuidado de su hija, sino con la publicación de su primer libro “El Poder está en la Calle”, donde relata sus experiencias en el trabajo comunitario, social y cívico. 

Adorada en los barrios más pobres de la capital puertorriqueña, su creciente popularidad le hizo presentarse a las elecciones a la alcaldía con el Partido Popular Democrático, a la que accedió en 2012 con un programa basado en el reconocimiento de derechos de las mujeres, de la comunidad LGTB y de las minorías étnicas. Durante estos años, su fama no ha hecho más que crecer: la franqueza con la que se expresa y su tendencia a hablar en términos directos y emotivos han hecho que sus adversarios políticos la tengan como a una digna 'enemiga'. 

Sin embargo, como todo gran líder tiene puntos ciertamente oscuros. Fue duramente criticada por su apoyo Óscar López Rivera, el militante puertorriqueño asociado con un grupo que organizó una campaña mortal de bombas en Nueva York y otras ciudades en los años setenta y ochenta, y al que llegó a ofrecer trabajo cuando abandonó la prisión tras 35 años de condena, según publica el New York Times.

Su equipo más cercano la describe como "obstinada, testadura y luchadora". Ahora, recibe Trump para reclamarle en persona la ayuda que tanto precisa Puerto Rico. Es evidente que, una vez más, demostrará su franqueza, irá de frente y cogerá el toro por los cuernos. Quienes la conocen están convencidos de que no se amilanará. Sus palabras lo dicen todo: "Ya no soy políticamente correcta. Estoy furiosa y no aguanto más. Ya dejé a un lado la amabilidad".

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