La fortificación convertida en uno de los hoteles más lujosos de Europa

  • El Castillo de Ashford en Irlanda se ubica en la isla de San Patricio, la de los paisajes de tierras vírgenes teñidas de un verde lleno de matices.
El castillo de Ashford
El castillo de Ashford
Fotografía de la web del hotel
El castillo de Ashford
El castillo de Ashford

Irlanda se ha sentido siempre como una tierra lejana, incluso para sus nacionales. Dicen que el hambre y las penalidades de primeros del siglo XX forzaron a muchos de sus habitantes a emigrar y hoy hay cuatro millones en la isla mientras que ochenta millones se reparten por todo el mundo. La isla de San Patricio, la de la cerveza Guinness, la de los paisajes de tierras vírgenes teñidas de un verde lleno de matices. Es tierra de pueblos con encanto, de paisajes sumidos en la bruma unas veces y de un sol tímido que ilumina acantilados abruptos junto al mar. Es también tierra de castillos aunque ninguno como el Ashford Hotel.

El castillo de Ashford
 

Junto al lago Corrib en el condado de Mayo se levantó en 1228 una fortificación para asentar la victoria de los normandos frente a los locales; que, con el tiempo ha ido ganando en esplendor y grandeza. El Hotel Ashford ha ido pasando de unas manos a otras cada una de las cuales se iban añadiendo alas hasta completar el gran complejo hotelero que dio a conocer el director americano John Ford cuando rodó aquella gran película 'El Hombre Tranquilo' y que muchos años después ha servido como alojamiento a actores como Brad Pitt o músicos como el Beattle George Harrison.

El castillo de Ashford
 

Dejando atrás una noche de pintas, ostras y música celta en directo en el Temple Bar de Dublín, comienza un viaje de casi tres horas en coche para atravesar la isla desde la capital al este hasta el oeste. Tras conducir por un paisaje bañado por un verde intenso, en medio de un bosque y al pie de un lago que hace adivinar el Océano Atlántico unos kilómetros más allá, en un paraje de ensueño, se alza una fortaleza majestuosa de fachada de piedra gris característica de la zona, de almenas y torreones, en la que dos elegantes perros de piedra franquean la puerta junto al ‘doorman’, la primera gran sonrisa del hotel.

El castillo de Ashford
 

Si la propuesta exterior es fabulosa con un singular club de hípica, una impresionante escuela de cetrería, un gran campo de golf que discurre entre árboles y agua y las excursiones en barco para recorrer el lago y visitar algunas de sus más de 300 islas; el interior es único y epatante. Su profusa decoración parece que reproduce fielmente el lujo y el esplendor con el que se debía de vivir en tiempos pasados. Salones con chimeneas, cortinas pesadas que cubren los ventanales el lujoso y exclusivo cine de 30 butacas, el silencio de la biblioteca, la tranquilidad del gran spa, obras de arte y tapices complementan la calidez de sillones y sofás.

El castillo de Ashford
 

Habitaciones con una decoración propia del mejor palacio, paredes tapizadas, grandes cortinajes, cuadros y camas con dosel. Cenas en el marco incomparable del comedor Georges V con una cocina irlandesa renovada, y el Té de la cinco que se sirve en el Connaught Room, el epítome de la elegancia, mesas vestidas, lámparas de araña, grandes espejos, y flores frescas siempre, además de las mejores vistas a los jardines del castillo y una gran selección de tes, sandwiches y deliciosos scones. Desde el Bar del Prince of Wales, se puede disfrutar de catas del mejor whisky irlandés.

The Ashford Castle
 
The Ashford Castle
 
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