Castro privatiza y Chávez nacionaliza: el mundo al revés

    • Mientras el régimen cubano toma medidas para adoptar las reglas de la economía de mercado, el presidente venezolano sigue el camino contrario.
Chávez analiza con Fidel y Raúl Castro la consolidación de proyectos conjuntos
Chávez analiza con Fidel y Raúl Castro la consolidación de proyectos conjuntos
Carlos Salas

El 2 de agosto pasado, Raúl Castro anunció que los cubanos podrían abrir negocios y contratar empleados. Era la vanguardia de una serie de cambios considerados por muchos expertos como "los mayores cambios estructurales" desde que tomó el poder hace cuatro años.

El general de 79 años, hermano de Fidel Castro, y presidente del país desde 2008 aprobó mediante consejo de ministros " el ejercicio del trabajo por cuenta propia". Se eliminaban varias prohibiciones, de modo que se otorgaban "nuevas licencias" y se permitía "la comercialización de algunas producciones, flexibilizando la contratación de fuerza de trabajo".

Aunque no es la primera vez que Cuba hace estos ensayos, el anunciado por Castro ese 2 de agosto era una revolución dentro de la revolución, o más bien, un golpe de la contrarrevolución porque significaba poner en práctica las reglas de la economía de mercado, el capitalismo que tanto ha criticado Fidel Castro y los castristas desde que tomaron el poder en 1958.

Por ejemplo, los empleados por cuenta propia tendrían ahora que pagar un impuesto sobre la renta. Si hay algo que define a las economías de mercado modernas y que las diferencian de los regímenes comunistas es precisamente eso: los impuestos. Además, esos empleados autónomos o empresarios tendrían que contribuir a la seguridad social, pagar un impuesto sobre las ventas (una especie de IVA) y por supuesto, pagar impuestos por contratar trabajadores. Sin duda, un triunfo del capitalismo.

Tras escuchar esto, Víctor Fonseca, un profesor de física, dijo a la agencia Reuters: ""La gente se va a poner contenta, porque es una oportunidad quizás única de tener un pequeño negocio".

Junto a ese anuncio Castro hizo pública la noticia de que despediría a más de un millón de funcionarios. Eso era la quinta parte de la administración. Un verdadero revolcón a un estado socialista.

Una ruina económica

¿Por qué estos cambios? Porque el país está en la ruina económica, según narraba a principios de agosto Felipe Sahagún, analista del diario El Mundo. "La caída de los precios del níquel (principal producto exportado por Cuba), los huracanes en 2008 (los daños se han valorado en unos 10.000 millones de dólares) y la crisis económica y financiera internacional desde entonces hacen temer a los dirigentes cubanos otro golpe igual o más fuerte que la caída del Muro de Berlín si no reaccionan con rapidez". Hace unos días, la revista The Athlantic dijo que Fidel Castro le había comunicado que el sistema económico socialista no funciona ni en Cuba. "El modelo cubano no funciona ni para nosotros".

¿Significa esto que el régimen está en las últimas? Eso es lo que pensó Leire Pajín en su reciente viaje a Cuba. En un encuentro con periodistas, la secretaria de organización del PSOE, les comunicó que el país pronto iba a cambiar, a juzgar por muchos signos. Uno de los periodistas que la escuchó y que conoce bastante bien Cuba, lo puso en duda porque esa cantilena se lleva escuchando desde hace mucho tiempo.

Porque eso mismo se decía hace 20 años, cuando cayó el régimen soviético, el verdadero sostenedor de la economía cubana. Lo mismo se dijo con la crisis de los balseros, cuando miles de cubanos construyeron balsas artesanas, para huir hacia Miami. Eso fue en 1994 pero no se conmovieron los cimientos. Las malas cosechas azucareras, la falta de petróleo, el fracaso de la agricultura, la ausencia de mercados eficientes, han llevado a los cubanos a una situación extrema. Pero los castristas siguen ahí.

Fue también por esas fechas cuando empezaron a crecer los "paladares", restaurantes de comidas caseras montados en las propias casas. Hubo un intento de apertura pero a los pocos años, se dio marcha atrás. Era muy contrarrevolucionario.

Ahora, ya no lo es. Los Castro vuelven a privatizar el país.

La gran paradoja

Lo paradójico es que su mayor admirador, Hugo Chávez, está haciendo lo contrario: nacionalizar Venezuela. Chávez ha nacionalizado supermercados (Éxito y Cada), haciendas, fábricas de café, cadenas de hoteles (Hilton), y compañías de seguros (La Previsora, la primera del país). Ha intervenido casas de bolsa, financieras y bancos (el Banco de Venezuela, del Santander, fue comprado y nacionalizado).

Venezuela es junto a Haití el país que más decrecimiento económico ha tenido en el último año, con el agravante que Haití tuvo un terremoto asolador, y Venezuela le sobra el petróleo. Antes de que llegara Chávez, en 1998, la economía venezolana estaba muy mal y el índice de criminalidad era muy alto. Once años después no se ha mejorado. Ha empeorado. Según el Banco Central de Venezuela, la economía venezolana sufrió una caída de 3,5% en el primer semestre de 2010, mucho más que el mismo período del año pasado (noticia de Associated Press de principios de agosto).

Por eso, resulta una inmensa paradoja que mientras un país comunista como Cuba quiere abandonar su sistema económico implantando la economía de mercado poco a poco (como ha hecho China y que tan bien le ha funcionado), otro país latinoamericano que tenía economía de mercado (no muy eficiente, por su enorme cantidad de pobres) vea como única salida socializar más la economía.

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