China se come -literalmente- las especies en extinción de Zimbabue

  • El apetito de los trabajadores chinos por animales a punto de desaparecer, como las tortugas de Bell, es "insaciable", según las organizaciones conservacionistas. Como en China resulta muy caro comerse esas especies, aprovechan los bajos precios de Zimbabue para comprarlos.
Erin Conway-Smith, Johannesburgo (Sudáfrica) | GlobalPost

A los trabajadores chinos en Zimbabue les gusta comprar animales salvajes para comer, y se deleitan degustando tortugas en vía de extinción, y otras especies en peligro como pitones, leopardos, e incluso perros que andan sueltos por las aldeas.

Considerados manjares exquisitos, en China resulta muy caro comerlos. Pero en Zimbabue son relativamente baratos.

Peor aún: con la economía del país debilitada, hay pocos recursos para poner freno a ese apetito por piezas en vías de extinción, advierten los grupos conservacionistas.

China está invirtiendo de manera significativa en minería, agricultura y construcción, y sus compañías desembarcan en las naciones africanas acompañadas de miles de trabajadores.

Allá donde hay chinos en África, el comercio ilegal de animales raros inevitablemente aumenta, según los expertos.

En Kenia, la caza furtiva de elefantes aumentó notablemente a lo largo de las carreteras construidas por equipos de trabajadores chinos, y los mercados etíopes suplen la demanda china de palillos de comer de marfil y otros suvenires ilegales.

En una reciente redada en las casas de trabajadores chinos en Masvingo, Zimbabue, aparecieron restos de carne y  esqueletos de 40 tortugas. Las tortugas de Bell, una especie protegida en todo el mundo, habían sido metidas en agua hirviendo cuando aún estaban vivas para separar la carne del caparazón, según informaron las autoridades.

También se encontraron 13 tortugas Bell (Kinixys belliana) almacenadas en tambores de metal, sin agua ni comida.

Cuatro trabajadores chinos fueron multados cada uno con 300 dólares y deportados por matar tortugas en vías de extinción "para consumo personal". En algunas partes de China este tipo de animal se utiliza para hacer una sopa muy cotizada.

"Nuestros animales salvajes son un legado para futuras generaciones de zimbabuenses, y debemos de proteger con celo su bienestar", afirmó tras conocerse los hechos la Sociedad Nacional de Zimbabue para la Prevención y Crueldad de los Animales (ZNSPCA por sus siglas en inglés).

El ZNSPCA tiene previsto reunirse con la Embajada de China para tratar el tema del saqueo de animales protegidos para comer, según ha informado el presidente de la organización, Ed Lanca. "Es una tendencia que va en aumento.

No se trata sólo de tortugas, se trata de perros, y si no son perros son pitones. También nos dicen que el leopardo tiene demanda", afirma.

Los chinos "están animando a las comunidades locales a que les faciliten la carne", añade Lanca.

Se han publicado noticias sobre trabajadores chinos que roban bebés de tortuga de reservas naturales en Zimbabue, lo que ha llevado a una de ellas al menos a aumentar sus medidas de seguridad.

Según Lanca, otra gran preocupación es el comercio de partes de animales protegidos, utilizadas en la medicina tradicional china, entre ellos los huesos de león y las escamas de pangolín.

La Embajada China en Zimbabue no ha querido hacer declaraciones sobre estas acusaciones, pero está al corriente del caso reciente de las tortugas. "Estamos investigando para ver si esto es cierto o no", asegura un portavoz.

Los trabajadores chinos "respetan la cultura de aquí" y "el pueblo chino está haciendo muchas cosas buenas", además de ayudar a la economía de Zimbabue, añade el portavoz diplomático.

En China se suele bromear diciendo que la gente del sur del país come cualquier cosa que tenga patas, excepto las mesas, y todo lo que vuela, excepto los aviones.

Pero no son sólo los animales exóticos los que están acabando en la mesa de los chinos. También se dice que compran los perros a los campesinos. "Algunos son perros vagabundos, pero otros son mascotas", afirma Lanca.

Hace dos años unos ingenieros chinos que instalaban transmisores en Matabeleland South fueron acusados de robar perros locales y comerlos. Varios ciudadanos chinos fueron detenidos después de ser detectados matando salvajemente a perros en su campamento base.

Pero tan sólo recibieron una amonestación de la policía y fueron puestos en libertad.

El problema parece continuar: el periódico Financial Gazette informó el mes pasado sobre denuncias de restaurantes chinos de gama alta en Harare que supuestamente están sirviendo platos hechos con carne de perro y gato.

El año pasado China envió una delegación de alto nivel a Zimbabue para celebrar unos seminarios en los que enseñaron a sus ciudadanos a respetar la cultura del país africano, después de que se difundiesen informaciones sobre abusos que causaron resentimiento y enfado entre la población local.

Lanca dice que el ZNSPCA no tiene ni el dinero ni los recursos humanos para atender los nuevos problemas causados por los trabajadores chinos.

La organización, financiada totalmente con donaciones, ya se encarga de velar por el bienestar de los animales de Zimbabue, desde pequeñas mascotas hasta jirafas.

"No tenemos recursos suficientes para nada. Si tuviésemos suficientes vehículos y personal, podríamos controlar esto", se lamenta Lanca.

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