Cientos de periodistas malienses se manifiestan contra la violencia

Bamako, 17 jul.- Alrededor de 700 personas, en su mayoría periodistas, se manifestaron hoy en Bamako para denunciar las agresiones y las amenazas sufridas por varios profesionales de la información desde el golpe de Estado del pasado 22 de marzo, que derrocó al presidente de Mali, Amadou Tumani Turé.

"Tolerancia cero para los enemigos de la libertad de prensa", se leía en algunas pancartas portadas por los participantes en la manifestación, que coincidió con una jornada en la que la mayoría de los medios de información escrita no salió a la calle en señal de protesta.

"¿Dónde está el Estado?" o "Sin prensa no hay democracia", fueron algunos de los lemas coreados por los profesionales de la información que convocaron esta marcha después de que un grupo de desconocidos secuestró y propinó una paliza el pasado jueves a Saouti Labas Haidara, periodista y directivo del rotativo "L'Independent".

El 2 de julio, un redactor del diario "L'Aurore", Abderrahman Keita, fue también secuestrado, encapuchado y golpeado por hombres armados.

La manifestación, en la que también participaron líderes políticos y sindicales partió de manera simbólica de la sede del periódico "L'Independent", donde fue secuestrado Haidara.

A pesar de la convocatoria lanzada por varias asociaciones y sindicatos de prensa, la televisión y la radio estatales funcionaron a lo largo del día con normalidad, así como los medios del grupo Kayira, cercano a la Junta Militar.

Esta manifestación coincide con el viaje del primer ministro maliense, Cheick Modibo Diarra, a Burkina Faso para continuar las negociaciones entre las distintas fuerzas de Mali con el objetivo de avanzar hacia la normalización de la actividad política.

A pesar de que la Junta Militar que se hizo con el poder en Mali en marzo prometió el regreso a la legalidad constitucional y ha dado pasos en esa dirección, favoreciendo el nombramiento de un nuevo presidente y un primer ministro, muchas voces han denunciado que los militares no tienen intención de regresar a los cuarteles y devolver el poder íntegramente a los civiles.