Clegg y los liberaldemócratas valoran a puerta cerrada la oferta "tory"

  • Londres.- Los liberaldemócratas dedicaron hoy una jornada maratoniana a valorar la oferta del líder tory, David Cameron, que permita formar cuanto antes un gobierno estable tras la crisis provocada por la falta de mayoría absoluta en el Parlamento tras las elecciones del jueves en el Reino Unido.

Clegg valorará la oferta de los conservadores "con espíritu constructivo"
Clegg valorará la oferta de los conservadores "con espíritu constructivo"

Londres.- Los liberaldemócratas dedicaron hoy una jornada maratoniana a valorar la oferta del líder tory, David Cameron, que permita formar cuanto antes un gobierno estable tras la crisis provocada por la falta de mayoría absoluta en el Parlamento tras las elecciones del jueves en el Reino Unido.

El líder liberaldemócrata, Nick Clegg, arrancó la jornada con una primera reunión con el equipo negociador del partido, tras la que se dirigió al acto de conmemoración del final en Europa de la Segunda Guerra Mundial, celebrado en el centro de Londres, al que también asistieron Cameron y el líder laborista y todavía primer ministro Gordon Brown.

A su llegada a la sede del partido, el líder liberal aseguró que su grupo encara la negociación con los "tories" con un "espíritu constructivo".

No obstante, recordó que se "guiarán" por las "cuatro grandes prioridades" que han regido su programa: reforma del sistema impositivo, reforma educativa, nuevo enfoque en materia económica y reforma del sistema político, la más importante y "fundamental" para Clegg.

El dirigente mantuvo más tarde cuatro horas de sesión con todos los diputados liberaldemócratas, un encuentro alterado por un numeroso grupo de manifestantes que exigían a Clegg con gritos y pancartas a las puertas de la sede del partido que no cediese en el tema la reforma del sistema electoral si llega a aliarse con los conservadores.

Apremiado por los manifestantes, Clegg salió a dirigirles unas breves palabras en las que les animó a continuar por ciudades y calles del país su campaña a favor de un sistema electoral más justo pero sin revelar lo tratado en la reunión con sus correligionarios.

Uno de los diputados asistentes a la reunión, David Laws, se limitó a decir que seguirían las negociaciones con los "tories" aunque se negó a fijar un plazo temporal, que sería "ficticio" y no "ayudaría" en nada.

Laws dijo que el partido es consciente de las "presiones" existentes para que los políticos tomen una decisión "tan pronto como sea posible" pero remarcó que lo importante, ahora, es adoptar una "decisión que sea correcta a largo plazo".

Entre las muchas presiones que soportan los partidos destacan las de dirigentes empresariales y de la City -centro financiero de Londres-, que han instado a las tres principales formaciones a anteponer la necesidad de afrontar con urgencia la crisis económica a sus intereses "egoístas".

La posición en la que Reino Unido se encuentra actualmente es poco habitual, ya que el país tiene por primera vez en treinta y seis años lo que aquí se llama un Parlamento "colgado" (sin mayoría absoluta).

Esta situación ha obligado a Cameron a llamar a las puertas de los liberales, al igual que hicieron también ayer los laboristas de Gordon Brown, que plantearon a Clegg otra propuesta, en caso de que éstos no llegaran a un acuerdo con los "tories".

El Partido Laborista ha presentado a los "LibDem" dos áreas en las que podría haber acuerdo -gestión económica de la crisis y reforma del sistema electoral para hacerlo más representativo.

El problema, sin embargo, es que así como liberaldemócratas y tories superan en el Parlamento la mayoría absoluta de 326 escaños, la suma de laboristas y el partido de Clegg no la alcanza, con lo que se necesitaría el apoyo de otras fuerzas políticas.

A ello se une las resistencias de Clegg a una eventual alianza con un partido laborista que mantenga al frente a un político que considera tan gastado como Gordon Brown.

Hay quienes dentro del laborismo parecen de acuerdo con el líder liberaldemócrata en esa apreciación, y así hoy un recién reelegido diputado laborista, John Mann, pidió públicamente la dimisión del líder laborista como única forma de facilitar una eventual alianza con los liberales.

Clegg ha decidido en cualquier caso lo que parecía más obvio y él mismo había defendido: dar al partido con mayoría de votos y de escaños la ocasión de ser el primero en intentar formar un gobierno.

Pese a las obvias discrepancias entre ambas formaciones en materias clave, Cameron se ha declarado dispuesto a encontrar vías de entendimiento aunque sin ceder en asuntos clave del programa conservador.

El líder "tory" recordó el viernes las discrepancias existentes entre ambos grupos en cuanto a asuntos cruciales como Europa, inmigración o Defensa.

No obstante, subrayó que ambos partidos podrían encontrarse en "territorio común", como en su oposición a los carnés de identidad o su común rechazo de la propuesta laborista de incrementar la cotización a la seguridad social a partir del próximo año.

El asunto más espinoso continúa siendo la exigencia liberaldemócrata de reforma del sistema electoral, a la que siempre se han opuesto los "tories", aunque Cameron ha prometido la creación de una comisión que analizaría esa posibilidad, algo que queda por ver si convencerá a Clegg y los suyos.

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