Encontrar trabajo es a la vez un objetivo y una esperanza tristemente remota para muchas de las personas en edad de ser empleados. La dificultad de esta tarea se multiplica infinitamente cuando la persona que solicita un empleo tiene síndrome de Down.
A Collette Divitto, americana de 27 años residente en Boston, le ocurrió en multitud de ocasiones. La mayoría de las empresas en las que solicitaba un puesto le decían que no daba "el perfil adecuado", haciendo imposible la entrada al mundo laboral de esta graduada en 2013 en Clemson University.
Collette no desesperó porque sabía que tenía un don. La repostería es lo suyo y sus galletas, con el aval de su familia y amigos, eran únicas en el mundo. Por ello, en 2015 y con la ayuda de su madre Rosemary Alfredo y su hermana Blake, fundó la empresa Collettey’s Cookies (Las Galletas de Collette), a través de la cual comenzó a vender sus galletas hechas en su propia casa.
Su éxito se quedó en familia en un principio, pero pronto el sabor de sus productos conquistó paladares de terceros. El propietario del supermercado Golden Goose Market le ofreció la posibilidad de vender las galletas en sus estantes y la respuesta de los clientes fue óptima: se vendieron más de 100 bolsas de galletas en una semana.
La cadena de televisión WBZ-TV sacó a la luz la historia de Collette a principios de año convirtiéndose en viral. 25 millones de personas la conocieron a través de las redes sociales y la visibilidad de su empresa creció gracias a sus apariciones en programas de televisión nacionales e incluso incluyéndose sus galletas en las bolsas de regalo que recibieron las 'celebrities' en la gala de los Oscar.
Desde entonces, la empresa recibe pedidos de todos los rincones del mundo en su web horneándose aproximadamente en el último año 180.000 galletas, y claro, Collette dice que "no puede parar de sonreír".
Ya contrata a personas con discapacidad
"No puedo dejar de estar feliz”, explica la emprendedora de 27 años con síndrome de down a WBZ-TV. “Todo lo que ha pasado me supera”, añade.
A principios de este mes, Divitto trasladó su centro de operaciones a una cocina en un espacio destinado a Trabajos de la Comunidad en el centro de Boston.
El proyecto entrena a personas con discapacidad otorgándoles conocimientos para que se unan al grupo de trabajadores. La idea es que la organización pueda proveer a Divitto con colaboradores mientras la compañía se expande.
Y es que su mayor beneficio no es el económico sino conseguir trabajos pagados a empleados que serían desestimados en cualquier otra empresa. Ya han comenzado las contrataciones y su objetivo es contratar a al menos 20 personas con discapacidad.
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