El ciudadano que entreviste al peor delincuente del mundo que se halle en búsqueda y captura no está legalmente obligado a revelar a la Justicia el lugar donde se encuentra.
En casos como la entrevista realizada por Sean Penn al peligroso narcotraficante Chapo Guzmán, muchos se preguntan si el actor tendrá que vérselas con la Justicia mexicana.
Sean Penn conversó durante siete horas con el enemigo público número uno de México en algún lugar de las montañas de Durango. La entrevista se publicó horas después de conocerse su captura.
En dicha entrevista, el Chapo Guzmán justifica sus fechorías por la falta de oportunidades que le tocó vivir desde su infancia. Y alega que todos los crímenes que ha cometido los ha perpetrado en legítima defensa.
La revista que publicó el contenido de la conversación, Rolling Stone, sólo precisa que el lugar donde habló es "montañoso y selvático". Tanto Sean Penn como la actriz de telenovelas Kate del Castillo compartieron mesa y mantel durante la cena con el Chapo Guzmán.
¿Cometían un delito estas dos personas al reunirse en secreto con el delincuente más buscado de México y no informar del encuentro a la policía? El gobierno mexicano tiene dudas al respecto. Según declaraciones a la agencia AFP, el hecho de que los entrevistadores no sean periodistas puede ponerles en aprieto ante la legislación mexicana.
Según un conocido abogado estadounidense, experto en la defensa de profesionales de la información, en EEUU no existe riesgo penal.
"El que actuara como periodista, si acaso, le ayudará a demostrar que no estuvo involucrado en ninguna clase de conspiración con él. No es un delito hablar con alguien. Si (el Chapo) le dio dinero o consejos para evitar ser ubicado, eso es otro problema", sostuvo Abrams. "Pero el mero hecho de que se reunieran, lo entrevistara y escribiera el artículo no es suficiente para justificar una acción penal", ha declarado a la cadena CNN.El secreto profesional
"En España no habría ningún problema", explica el profesor de Derecho a la Información por la Universidad Complutense Ignacio Bel, tanto si son periodistas como si no, porque "la condición de periodista profesional no existe en España".
De acuerdo a la normativa española, para ejercer el periodismo no se requiere de ninguna acreditación especial, por lo que la duda que se plantean las autoridades mexicanas no tendría cabida en el caso español.
"Un juez puede llamar a los periodistas para que presten declaración, pero ellos pueden acogerse al secreto profesional", explica Bel. Ante un juez, el periodista debe remitirse a la información publicada. "No solo no existe el deber de contárselo a la policía, más bien tienes el deber profesional de no contarlo y de proteger la seguridad de tus fuentes".
Bel recuerda cuando los periodistas de El Mundo Manuel Cerdán y Antonio Rubio entrevistaron en un hotel de París a Luis Roldán, exdirector de la Guardia Civil. La policía pudo identificar el lugar de la entrevista tiempo después, cuando ya no estaba allí el prófugo, gracias al cuadro que aparecía en el fondo de una de las fotos. Se trataba de una reproducción de una obra de Lainy, pintor contemporáneo francés.
Por tanto, no es delito entrevistar a un prófugo de la Justicia, "salvo que fruto de estas conversaciones se produzca algún ilícito penal" (por ejemplo, si la entrevista entre el Chapo y Sean Penn hubiera ayudado de algún modo a introducir droga en EEUU).
Todavía no existe una legislación sobre secreto profesional, pero esta figura está reconocida en la Constitución. Los jueces respetan esta figura jurídica. "Hasta el momento no hay ningún caso en España en que se haya condenado a una persona por guardar el secreto profesional", concluye Bel.
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