Cómo evitar un ataque terrorista en 6 lecciones

    • El embajador Frank Lavin ayudó a frustrar un atentado de Al Qaeda contra la legación de EEUU en Singapur en 2001.
    • Trabajó con el equipo de seguridad en detalles como el reconocimiento de su voz en la oscuridad y ahora comparte su experiencia.
La embajadora de EEUU ante la ONU dice que el ataque en Bengasi fue espontáneo
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lainformacion.com

¿Cuál es la prenda más importante para un embajador? Esta pregunta aparentemente banal que le plantearon al que iba a ser el representante de EEUU en Singapur en 2001 tenía truco. La respuesta no estaba en un buen traje de gala o en un chaleco antibalas escondido tras una elegante chaquetilla. Lo que tenía que tener Frank Lavin siempre a mano era un pijama y una bata presentables para cuando surgiera una emergencia en medio de la noche, "el momento 3AM", describe el ya exembajador de Singapur en la revista Foreign Affairs.

"No hay una buena razón por la que [el embajador en Libia] esté hoy muerto y yo siga vivo. Mientras los atentados en Kenia, Tanzania, Bali y ahora Libia nos recuerdan, aunque describamos a los terroristas como fanáticos, también son metódicos y calculadores", pensó el diplomático cuando una marabunta provocó la muerte del embajador en Libia, Christopher Stevens, y otros tres empleados. Después EEUU concluyó que había sido un ataque planificado y perpetrado por terroristas.

Lavin comparte ahora lo que aprendió tras ayudar a frustrar una conspiración de Al Qaeda contra la embajada de Singapur en 2001, el mismo año del fatídico 11S en Nueva York. El motivo, explica, era que aquel paraíso fiscal en medio de Asia se había convertido en lugar de paso para misiones en Afganistán, una vez comenzada la "guerra contra el terrorismo".

Éstas son las seis lecciones de seguridad que ofrece el diplomático:

1. Coordinación con el Gobierno de acogida: "Una coordinación estrecha es esencial, ni las instalaciones diplomáticas mejor protegidas pueden defenderse contra un ataque prolongado".

Lavin tenía que "actuar [de forma] normal" para no levantar sospechas frente a los terroristas, hacer como si no estuvieran investigando la amenaza. Tampoco debía comunicárselo a todos los miembros de la embajada, pues la norma del "no al doble estándar" -impuesta tras el atentado en un vuelo de Pan Am en 1998- habría obligado a EEUU a comunicar públicamente el inminente peligro. Solo pudo compartir la información con el equipo responsable de combatirlo.

2. Los espías y toda su información son cruciales: "Un buen servicio de Inteligencia salva vidas. Nuestra habilidad para recibir información en crudo [sin tratar] de los británicos y del Departamento de Seguridad Nacional de Singapur, al igual que a través de nuestras propias capacidades de Inteligencia, nos ayudó a predecir lo que Al Qaeda iba a hacer y diseñar mecanismos para enfrentarnos a ello".

"Traté de pasar el mayor tiempo posible con los marines, para asegurarnos de que reconocerían mi voz incluso en la oscuridad", detalla Lavin recordando los días en los que se preparaba ante el ya confirmado inminente ataque yihadista a su Embajada.

Su equipo investigó de todo aquellos días. Siguió la pista a una mujer a la que descubrieron observando la casa del ministro de Defensa sirio. Resultó ser una inocente estudiante de arquitectura.

También averiguaron qué pretendía un hombre que acudía a la parada de autobús frente a la Embajada cada día sobre la misma hora. Cuando le interrogaron, supieron que solo seguía las prescripciones de su médico que le mandaba caminar un kilómetro diario, y aquella parada estaba a medio kilómetro de su casa.

3. Ser popular sin relajar la seguridad: "No se debería confundir la popularidad con la seguridad. Procuré dejar claro al público general que los estadounidenses estaban preparados para mantenerse firmes [ante un ataque], pero que lo haríamos con bajo perfil. Nos encanta tener visitas, pero –por favor- llamen antes", comenta.

Lavin cree que la muerte del embajador en Libia en medio de las protestas por el polémico vídeo de Mahoma se debió en parte a la buena fama de Stevens. "Paradójicamente, los enormes puntos fuertes de Stevens –su relación con el pueblo libio, su coraje y sus revolucionarias credenciales- hicieron de él un objetivo-trofeo".

4. Burocracia, la justa: "Es importante trabajar con lo que tienes: el Gobierno de EEUU tiene enormes recursos, pero el acceso a ellos está restringido por la burocracia y las exigencias en tiempos de guerra", apunta.

Recuerda que un empleado de la Embajada de Singapur una vez comentó que el Gobierno de EEUU gastaba más en el funeral de una persona que en su protección. "Aquella afirmación no es literalmente correcta, por supuesto, pero destaca el hecho de que el Gobierno de EEUU tiende a actuar más rápidamente después de una crisis", admite Lavin.

5. La embajada es una gran familia: "Gestión, entrenamiento, motivación y comunicación: todos importan. Hay una razón por la que los embajadores deberían mantener una entrevista de entrada con cada nuevo empleado de la legación diplomática. Ayuda a establecer un patrón de comunicación y responsabilidad desde el principio". Lavin se asistía los viernes a las barbacoas organizadas por los marines, para conocerles y que le conocieran.

6. Frustrar atentados no basta: "Simplemente frustrar ataques no derrotará a Al Qaeda. Tomando esto prestado de un himno, 'no es suficiente desenvainar una rápida espada; también tienes que pisotear la cosecha donde las uvas de la ira están almacenadas'".

Lavin opina que EEUU debe ayudar también al país que acoja la embajada correspondiente en la mejora de sus condiciones cuando sea necesario, como en el caso de la transición libia hacia la democracia.

Cuenta que los yihadistas que en 2001 planeaban matarle a él y a los demás empleados de la legación diplomática en Singapur, finalmente cambiaron su objetivo a otro más sencillo. Atacaron en Bali, en aquella discoteca para turistas que ocupó las portadas de periódicos y telediarios, pues provocaron 202 muertes en octubre de 2002.

"A lo mejor el elemento más notable de esta historia es que mi experiencia no es inusual, es lo que hacen los embajadores", comenta Lavin.

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