Una recuperación radicalmente desigual

Comprar hoteles para los 'sin techo': el plan de California ante la ola de pobreza

La situación en el estado más poblado de EEUU, el que tiene de lejos el mayor número de personas en la calle, es dramática. El alza de precios ahoga a quienes no pueden pagar su hipoteca o incluso un alquiler.

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Comprar hoteles para dar un refugio permanente a los sin techo de EEUU
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La imagen se repite por todos los Estados Unidos en cuanto llega la primavera. Campamentos de personas sin hogar toman aceras, aparcamientos, puentes y parques de las grandes ciudades, desde San Francisco hasta Washington. El que está a solo unos bloques del Fondo Monetario Internacional no para de crecer. Donde antes había diez tiendas, ahora llegan al medio centenar. Es más que una evidencia visual de cómo la recuperación está siendo radicalmente desigual.

Jerome Powell, el presidente de la Reserva Federal, dice que es uno de los quebraderos de cabeza que le quita el sueño. Lo cita en sus intervenciones públicas al referirse al problema de la pobreza. Cree incluso que las personas sin techo deberían formar parte del análisis sobre la fortaleza de la economía. Porque el recorte de tipos de interés al 0%, la compra masiva de bonos y los paquetes de estímulos están aupando Wall Street pero no a los más vulnerables.

La acción de la Fed, de hecho, tiene sus límites pese a la rotundidad con la que actuó Powell para aplacar los daños del desplome del mercado laboral. La política monetaria influye en el conjunto de la economía pero sus herramientas no sirven para resolver los problemas más pequeños. Incluso los potencia, como se observa en el mercado de la vivienda. El alza de precios está estrujando a los que no tienen suficiente para pagar la hipoteca o incluso un alquiler.

El coronavirus, a su vez, provocó que muchos se fueran de los refugios por miedo a los contagios. Lo que se teme ahora es una nueva ola de personas sin techos, cuando expire la moratoria a los desahucios el próximo 30 de junio. Ante esta situación, las autoridades locales y estatales están tratando de dar con fórmulas que permitan ofrecer una solución permanente a las personas sin hogar. Pero dar con una vivienda asequible es muy difícil, porque hay pocas opciones.

La ciudad de Nueva York, por ejemplo, tuvo que recurrir a hoteles que se quedaron sin turistas como solución temporal para dar acogida a los sin techo durante la cuarentena y así protegerlos del virus. Es una iniciativa similar a la que recurrieron en Seattle, Portland, San Francisco y Los Ángeles en la costa Oeste. Pero la situación en California, el estado más poblado del país, es dramática. Es el que tiene de lejos el mayor número de personas viviendo en las aceras.

La gran dificultad en este momento, con la reapertura de la economía, es asegurarse de que estas personas no vuelvan a las tiendas cuando los hoteles recuperen las operaciones normales mientras la crisis económica sigue causando estragos entre los más vulnerables. La idea del gobernador de California, Gavin Newsom, para evitarlo es dar directamente dinero a las ciudades y los condados para que adquieran hoteles y los reconviertan en viviendas asequibles.

Newsom asegura que gracias a este programa se va a conseguir en dos años lo que llevaría dos décadas. Los responsables en el condado de Alameda, que incluye la ciudad de Oakland, coinciden que es más efectivo adquirir una propiedad para crear viviendas permanentes que estar renovando el programa de alquiler de hoteles. Es más, por la experiencia de los últimos meses están convencidos de los sin techo aceptarán esa solución estable antes que volver a los refugios.

El Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano estima que había unas 161.000 personas sin techo en California en 2020. El 70% vive literalmente en la calle. En Nueva York suman 91.000 personas, un 40% si se toma como referencia el periodo previo a la crisis financiera de 2008. Y las cifras seguirán creciendo. Las autoridades locales coinciden en que hay una necesidad enorme de invertir en viviendas asequibles, servicios de apoyo y otros recursos para los más necesitados.

El programa de hoteles en California ha sido bautizado como Homekey. Puede parecer poca cosa cuando se tiene en cuenta el tamaño de la población y el total de personas sin techo. Pero ya está sirviendo de modelo para afrontar problemas estructurales que arrastran las grandes ciudades desde hace décadas. Adquirir un hotel o centros comerciales abandonados para reconvertirlos en viviendas asequibles es menos costoso que construir un nuevo edificio de cero.

El condado de King, en Seattle, también está en proceso de adquirir una docena de hoteles para dar una residencia permanente a personas sin hogar. "Las cosas van a ir a peor tras la pandemia si no se actúa de una manera contundente", señalan desde del departamento de Servicios Humanos en esta localidad. El estado de Washington está entre los que tiene el número más alto de personas sin techo por habitante y se encuentra entre los que sufrió el mayor incremento.

Oregón y la ciudad de Austin en Texas tienen en marcha iniciativas similares a la de California. El plan de rescate que acaba de firmar el presidente Joe Biden incluye una partida de 5.000 millones de dólares destinada a ofrecer vivienda asequible a las personas con menos recursos, que cubre este tipo de conversiones. La National Alliance to End Homellessness calcula que podrían transformarse unos 75.000 hoteles en tres años siguiendo el concepto de California.

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