Conductores del metro de París no paran en ciertas estaciones por miedo a ataques

La quinta red de metro más antigua de Europa está viviendo sus horas más bajas. La violencia y el tráfico de drogas han golpeado con fuerza al las líneas de transporte subterráneo de París, ciudad en la que en sus entrañas ya no hay amor ni luz, sino miedo.

Ese es el sentimiento que llena la mente de los conductores de metro de la ciudad, concretamente los de las líneas 12 y 4. Y es que por miedo a ser atacados tanto ellos mismos como los pasajeros que viajan en los vagones, en ciertas paradas deciden no detenerse ante la presencia en los andenes de traficantes de droga y toxicómanos.

Los motivos para no operar la línea de manera normal no radican solo en su presencia, sino en su capacidad para generar episodios de violencia. Según informan medios franceses, en los últimos meses se han multiplicado los fenómenos violentos en los andenes del noroeste de la ciudad en los que están implicados drogadictos y traficantes.

Las estaciones marcadas en rojo en el itinerario son las de Marx Dormoy y Marcadet-Poissonniers, y en ellas cualquier pasajero puede estar en claro peligro.

 “Entre las peleas que hay en los andenes, que en muchas  ocasiones se terminan en el propio metro o en la vía, el conductor puede acabar atropellando a una persona. A eso hay que añadirle todas las consecuencias en materia policial y psicológica para los conductores",explica Marc Judith, delegado sindical de la RATP, empresa de transportes de la región de París, en declaraciones a la radio RTL.

Se trata de decisiones personales de los conductores, en ningún caso una consigna oficial de la empresa, aunque sí algo habitual. Por ello, la RATP ha tomado cartas en el asunto y realizará charlas sobre seguridad en el área.

Esta decisión de los conductores llega en un momento en el que la red de transporte público de París y sus alrededores está en el punto de mira. Un hombre fue apuñalado hasta la muerte en una pelea en el metro mientras otros viajeros lo grababan y hacían fotografías en vez de ayudarle.

Se trata de Andy Brigitte, un mecánico de 22 años que falleció tras ser atacado en la parada de Châtelet-Les Halles, en el corazón de la capital de Francia, durante una pelea con otro pasajero.

Según 'L'Obs', Brigitte "agonizó en el suelo mientras los pasajeros, en vez de ayudarle, filmaron su agonía y la compartieron en las redes sociales".