Coworth Park, el hotel en el que Harry pasará la última noche como soltero

  • Estará acompañado de su hermano Guillermo. A ambos les resulta familiar este hotel, ya que se hospedaban en él cuando jugaban al polo. 
Coworth Park
Coworth Park

Ascot situada a escasos diez kilómetros de Windsor es mundialmente conocido por las tradicionales carreras de obstáculos de caballos pura sangre. En concreto, La Royal Meeting, una prueba que constituye un verdadero desafío para los mejores ‘jockeys’ del mundo. Setos de más de dos metros de altura, obligan a los caballos a exigirse al máximo en los saltos mientras los jinetes azuzan al caballo a mantener el galope. La carrera mueve millones de libras en apuestas, como grandes inversiones en vestidos de llamativos colores, tocados y sombreros ostentosos, pero elegantes. Coworth Park es, en cambio, un lugar único para el descanso y la desconexión.  Y ese es el nombre del lujoso hotel en el que el Príncipe Harry pasará la última noche como soltero antes de casarse con Meghan Markle. Una romántica casa de campo inglesa en uno de los laterales de Gran Parque de Windsor. Tan solo le separarán unos 24 kilómetros de su futura mujer, que se alojará en Cliveden House, quince millas al norte. 

Cuando hablamos de entornos rurales, probablemente no existan en el mundo experiencias similares a las que encontramos en la campiña británica. Ni el encanto de la Toscana italiana, ni el glamour de la Riviera francesa, ni el lujo del ‘country side’ de los Hamptons americanos; reúnen una componente de lujo y elegancia integrados de una forma tan absolutamente natural como ocurre en el condado de Berkshire, a sólo cuarenta minutos de Londres y un paso del castillo de Windsor. El Coworth Park es un hotel ubicado en un entorno rural y frondoso en el que se respira el ‘grandeur’ con el que vive la nobleza británica cuando reside en el campo. 

Un hotel en el que se respira un ambiente y servicios únicos, de exquisita etiqueta británica. Esa en la que se cuidan todos los detalles, pero sin presión; esa en el que se nota que el servicio está siempre atento, pero que al tiempo se oculta con incomparable corrección. El hotel está íntimamente ligado a los deportes ecuestres y posee una prestigiosa escuela de equitación en la que poder alquilar caballos para realizar escuelas por la campiña. Su magnífico spa, un edificio con forma de media luna y dos pisos dedicados a las aguas y más de una docena de tratamientos de relax y revitalización; completan la oferta.

El hotel reúne el encanto de una gran casa rural, pero que la cadena Dorchester ha sabido adaptar y transformar su interior reformando la estancia para que sea una experiencia moderna y agradable al máximo. Sus habitaciones están decoradas en tonos pastel, amplias y confortables, todas ellas con vistas al magnífico parque de los Coworth; aunque probablemente el Príncipe Harry ocupe una de las llamadas suites de autor, una casa independiente con jardín privado que incluye tres habitaciones tipo suites, baños con ‘amenities’ de Mtichell & Peache, grandes bañeras y camas ‘king size’ con doble colchón.

La gastronomía ocupa un lugar preeminente en la propuesta del Hotel Coworth. Un recetario de inspiración inglés que ha sido reconocida por la guía roja de Michelin con una estrella en base a la calidad de los productos empleados, la fineza con la que su chef ejecuta todos sus platos y la impecable presentación de cada plato. La mejor opción es el menú degustación de 100€.

Cinco platos que van desde la fabulosa, colorida y fresca tartaleta de caviar, pepino y yuzu; a un paté de hígado de pato; huevos trufados con judías; lubina con una fina sala de tomate ahumado, alcachofas y limón; y una excelente pieza de carne de kobe criada en las ‘Highlands’.

El restaurante, bajo un halo de cobre, sirve platos británicos con influencias francesas. Entre ellos, destacan los langostinos marinados, el caviar Exmoor y la carne de wagyu británica. El hotel también cuenta con una opción menos formal: The Barn. En un edificio separado y con un espacio adaptado a familias, este segundo restaurante cuenta con pastel de pescado, eglefino a la cerveza, hamburguesas, carnes y risotos. 

La mansión fue construida en 1776 y a lo largo de su historia ha servido como alojamiento para una escuela femenina y ha sido hogar de grandes señores y damas. Hoy en día, esta modernizada casa de campo se ha convertido en un hotel en el que la decoración gira alrededor de los caballos: de las puertas de los baños a retratos humorísticos de caballos o la ropa de cama de las habitaciones que desvelan los cascos bordados en oro después del servicio de descubierto.

 

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