Críticas al plan del gobierno libanés para poner fin a la crisis de la basura

  • Un plan aprobado por el gobierno libanés para poner fin a la crisis de la basura, que provocó importantes manifestaciones anticorrupción, suscitó de inmediato críticas en el seno de la sociedad civil.

El proyecto fue anunciado en plena noche tras una reunión de más de seis horas del consejo de ministros mientras en Beirut había una nueva manifestación.

Entre otras medidas, el plan prevé rehabilitar dos vertederos para que la responsabilidad de recoger la basura pueda pasar a todos los ayuntamientos del territorio libanés.

El problema de las basuras empezó hace más de un mes y provocó una movilización popular inédita, en la que miles de personas han salido a la calle para expresar su hartazgo por la corrupción de los políticos.

La crisis empezó a mediados de julio, cuando el cierre del principal vertedero del país en Naamé (sur de Beirut) tuvo como consecuencia la acumulación de basuras en las calles de Beirut y sus alrededores.

Frente a la tardanza del gobierno en resolver el problema, nacieron varios movimientos populares, el más importante el llamado "Apestan", una referencia a los políticos.

El plan aprobado por el ministro de Medio Ambiente, Akram Chehayeb, prevé abrir el vertedero de Naamé durante sólo una semana para que puedan tirarse las montañas de basura acumuladas, una decisión que podía provocar protestas de los residentes que viven cerca del vertedero.

Los otros dos vertederos que se van a rehabilitar están situado en Masnaa (este), cerca de la frontera con Siria, y Akkar, una región pobre del norte del país, donde los habitantes ya han lanzado una campaña en contra del proyecto.

Aunque ya funcionan a nivel local, el gobierno quiere rehabilitarlos para recoger las basuras de Beirut y del Monte Líbano, en el centro del país, donde no hay vertederos.

Los dos vertederos cerrarán dentro de 18 meses cuando, al menos en teoría, los ayuntamientos de cada región podrán asumir su propia basura, que hasta ahora se limitaban a tirar sin tratarla.

Aunque el colectivo "Apestan" todavía no ha reaccionado oficialmente, algunos de sus miembros ponen en duda la voluntad del gobierno.

"Aprobamos el traspaso de responsabilidades a los ayuntamientos pero esta cuestión no está detallada de manera clara y transparente", dijo a la AFP Lucien Bourjeily, miembro del grupo.

También son escépticos algunos miembros de la comisión que asesoró el plan de gobierno, como Bassam Kantar, que vaticina que si dentro de 18 meses los ayuntamientos no están listos "las basuras volverán a estar en la calle".

Las protestas provocadas por la crisis de la basura han tomado una dimensión política, con críticas a un gobierno dividido incapaz de tomar decisiones.

Además, desde hace más de un año, el puesto de presidente está vacante y el parlamento ha prorrogado dos veces su propio mandato, con lo que no se han celebrado elecciones desde 2009.

Los líderes de los distintos partidos se reunieron el miércoles para intentar salir de la crisis, de momento sin resultado.

Mientras tanto, el parlamento sigue asediado, protegido por centenares de policías después de que los manifestantes lanzaran huevos contra los diputados gritando "¡Ladrones fuera!".

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