"Cuando Zapatero dijo 'estamos en crisis', en Grecia ni se había mencionado"

  • Cuando Niko Kokalas volvió a su país hace dos años después de trabajar en España no se podía imaginar la situación en la que hoy estaría sumida Grecia. Su historia se suma a la de la arqueóloga Despina Koupsouba que no sabe si podrá permitirse tener un segundo hijo o a la de la joven Katerina, que prefiere no dar su apellido porque trabaja en dos sitios y no quiere que sus jefes se enteren.

Las protestas contra el plan de austeridad siguen atenazando Grecia
Las protestas contra el plan de austeridad siguen atenazando Grecia

Grecia está inmersa en huelgas generales de trabajadores del sector privado y funcionarios por los recortes programados por el plan de saneamiento del Gobiernode Giorgos Papandreu tras las presiones de la Unión Europea, un 10,5 por ciento de griegos en el paro y una deuda griega calificada como "basura" por S&P.

Pero más allá de los datos macroeconómicos, las historias personales de los griegos de a pie nos muestran las dificultades diarias a las que se están enfrentando en este país mediterráneo.

Nick Vassilopoulos tiene 27 años, es licenciado en Historia y lleva más de un año en el paro. "He trabajado en todo tipo de puestos, como músico, en una fábrica, como supervisor de una centralita de llamadas de una de las mayores empresas de telecomunicaciones de Grecia… hasta que en febrero de 2009 despidieron a todo mi departamento por culpa de la crisis", cuenta.

Después de buscar trabajo en Atenas durante más de un año y harto de no obtener ninguna oportunidad en la treintena de entrevistas de trabajo a las que ha acudido, se ha trasladado recientemente a la isla de Creta con la esperanza de encontrar allí la solución. "Los servicios sociales son muy débiles, apenas tienen recursos. La subvención del paro es de sólo 4.000 euros anuales", se lamenta.

Despina Koupsouba ha tenido más suerte. Esta mujer de 36 años es arqueóloga y funcionaria desde hace cinco años en el ministerio de Cultura en la sede de la capital. Sin embargo, su empleo seguro tampoco es suficiente para salir airosa de la crisis. Asegura que entre su marido, profesor asociado en la Universidad de Atenas, y ella van a perder entre 4.000 y 4.500 euros de ingresos anuales con los nuevos recortes anunciados por el Gobierno de Giorgos Papandreu, que afectan directamente a los salarios de los trabajadores, incluidos los funcionarios.

El economista Giorgos Banavas, de la Comisión del Mercado de Valores de Grecia, subraya que los funcionarios son los más afectados y se lamenta a la vez de la situación de incertidumbre que está viviendo el país: "Con las nuevas medidas se van a recortar todos sus salarios entorno al 30 por ciento, aunque aún no sabemos exactamente hasta dónde van a llegar todos los recortes".

Koupsouba cuenta que tiene un hijo de cinco años y le gustaría tener otro, pero ahora no se atreve: "No sé si nos podremos permitir tener un segundo hijo. Mi marido tiene un trabajo precario, con un contrato de septiembre a junio que se renueva cada año y no sabemos si le renovarán esta vez, porque van a contratar sólo al 50 por ciento de este profesorado".

Jóvenes en crisis... y de fiesta

Katerina es una ateniense treintañera que prefiere no dar su apellido porque tiene dos trabajos para poder llegar a fin de mes, algo que desconoce una de las compañías que la emplea. Es soltera y cuenta que tiene la ventaja de tener su propia casa, sin una hipoteca que pagar.

"Pero los gastos crecen cada mes. Antes pagaba 40 euros para llenar el depósito de gasolina, desde hace un par de meses pago 65 euros y ahora va a subir más. Las facturas de electricidad y agua también han subido entre un 5 y un 10 por ciento".

Niko Kokalas vive en Tesalónica, la segunda ciudad griega, situada al noreste del país. Es enfermero quirúrgico y hace dos años que volvió a su país después de trabajar durante tres años en España. "Cuando yo me fui [de España] fue cuando [José Luis Rodríguez] Zapatero dijo 'estamos en crisis', y en Grecia ni se había mencionado eso aún", recuerda.

Su puesto de funcionario le asegura el puesto de trabajo, pero también sufrirá los recortes del Gobierno: en vez de percibir las tres pagas extras tradicionales (Navidad, Semana Santa y verano), recibirá sólo una. Kokalas cree que la crisis griega no parece afectar a los jóvenes. "La gente joven no parece muy consciente. La gente sigue saliendo de fiesta. Para haber esta supuesta crisis, hay mucha gente pagando copas por al menos siete euros", asegura.

Pequeñas empresarias

Pero Nina Foufa tiene un presupuesto más ajustado que estos jóvenes de los que habla Kokalas. Trabaja como autónoma en la producción de vídeos y dice que algunas empresas le deben dinero porque éstas a su vez ni siquiera han recibido las subvenciones correspondientes.

A sus 33 años, se ve obligada a compartir piso con otras dos personas, pero está contenta porque este piso –al que se ha mudado recientemente- es más grande que el anterior y le permitirá trasladar su oficina a su propia casa, con lo que tendrá que pagar un solo alquiler de 170 euros.

Artemis Malavazou dirige una academia de idiomas en Atenas. Aunque su academia sigue teniendo alumnos y funcionando correctamente, Malavazou cuenta la gente está empezando a tener problemas para pagar las clases cada mes. "Este año ha sido la primera vez que he tenido que mandar un escrito con una orden de pago reclamando un retraso", cuenta con una mezcla de comprensión y sorpresa.

Dice que aunque la crisis no le está afectando mucho de momento, tampoco se atreve a gastar: "Tengo miedo de gastar dinero. No sé qué pasará el año que viene, no sé si tendré el mismo número de alumnos o no".

El economista Giorgos Banavas no niega la incertidumbre sobre el futuro de Grecia, pero se muestra optimista: "Ya hemos tocado fondo y ahora sólo podemos empezar a recuperarnos".

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